martes, abril 16, 2024

Expediente 2018

El diputado frívolo

Luis Velázquez

Allá la población electoral si desea seguir creyendo en el PVEM y sus huestes.

Por ejemplo:

La semana anterior en la LXIV Legislatura hubo fiesta organizada por el diputado local del Verde, Manuel Francisco Francisco Martínez.

De pronto, muchos legisladores abandonaron la sesión y la tarea legislativa y el sacrificio por el millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros y se fueron en caravana a conocer y disfrutar el espectáculo en el estacionamiento.

Y el espectáculo era, digamos, cirquense, pues Martínez alardeaba de su camioneta marca Lincoln, color azul eléctrico, casi casi morado, que con el blindaje “a prueba de bomba” casi llega a los dos millones de pesos.

De hecho y derecho, ultra contra súper lujosa.

Lujosísima, vaya.

Uno de sus colegas exclamó:

“Parece un torton de lujo”.

Para entonces, nadie recordaba que el diputado local del PVEM había sido acusado en la sesión parlamentaria de secuestrar al secretario General de MORENA y con lo que se armó un mitote.

La felicidad plena para el diputado frívolo, académico, fundador de tecnológicos, ganadero, ex alcalde de Chicontepec y expositor pedagógico en foros internacionales, ni más ni menos, en la Cuba socialista soñada por Ernesto “El che” Guevara y los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz.

JUSTIN TRUDEAU Y MARTÍNEZ MARTÍNEZ

En su autobiografía, “Todo aquello que nos une”, Justin Trudeau, primer ministro canadiense y líder del Partido Liberal, cuenta que tuvo una educación privilegiada.

A los diez años de edad, al lado de su padre, también Ministro de Canadá, había recorrido cincuenta países.

Y siempre conociendo de primera mano a los ministros y presidentes de igual número de naciones.

Años después, ya solito, había conocido cien naciones más, y con frecuencia, recibido en el palacio de gobierno de cada país por los presidentes en turno.

Mi padre, cuenta en sus memorias, siempre me educó alrededor de la cultura y el amor a la gente, a la naturaleza y a los libros.

Nunca, jamás, jamás, jamás, dice, me educó pensando que los bienes materiales (¡Oh Lincoln del diputado Verde) son la prioridad en la vida.

Pero, bueno, bastaría recordar el cisma político en Chiapas, donde 14 diputados locales renunciaron al PVEM al mismo tiempo, rechazando la imposición del gobernador Manuel Velasco Coello con el candidato a jefe del Poder Ejecutivo Estatal.

Y también, de paso, repasar la transformación camaleónica de un montón de priistas al PVEM en Veracruz, ahora cuando el tricolor está en el tercer lugar de la preferencia, sin posibilidad de que con un milagro pudiera levantar.

LA ALCALDESA BILLETES

En Tamiahua, al norte de Veracruz, una militante del PVEM gobierna el pueblo, el pueblo donde en el siglo pasado, Joaquín Hernández Galicia, “La Quina” se comprara una isla como líder nacional de los petroleros.

Y el pueblo, donde siempre se dijo el duartista Alberto Silva Ramos, en sociedad con sus SOCIOS, se construyó un hotel.

Y el pueblo, donde un ex gobernador de Tamaulipas, parece Tomás Yarrington, compró un ranchito y Fidel Herrera Beltrán le habría construido una carreterita.

La presidenta municipal se llama Citlali Medellín, quien en su campaña electoral el año anterior gritara “a los cuatro vientos” que ¡Tamiahua se viste de verde!

Ella, todo indica, es fashion. Y ella parece discípula del diputado federal, el duartiano Érick Alejandro Lagos Hernández, quien “en la plenitud del pinche poder” exclamaba como filosofía social, política y económica que “todo lo que en política se compra con billete… sale barato”.

Tal cual, la alcaldesa acuñó una frase bíblica circulando en las redes sociales como un éxito provocador:

“Todo lo que se compra con dinero sale barato”.

¡Ah!, pero igual que Érick Lagos, famoso en la cancha priista porque acercaba faldas a Fidel Herrera y Javier Duarte, la presidenta municipal “se curó en salud”, y advirtió a la mitad de la población y a la otra mitad:

“Mis principios y valores, dijo, no tienen precio”.

Sabrá el viejito del pueblo, pues, y como reza el proverbio bíblico, “toda alabanza en boca propia es vituperio”.

Pero con políticos así en el PVEM, caray, pareciera “tiro de gracia” para perder las elecciones de diputados locales y federales, senadores, gobernador y presidente de la república el primero de julio en Veracruz

CONCESIONES AL PVEM

El PRI tendrá razones poderosas para seguir aliándose con el PVEM, cuando algunas de sus figuras estelares siguen mostrando su calidad moral y ética con tales desaguisados.

Por ejemplo, de cara a la elección de diputados locales concesionó un montón de parcelas distritales al PVEM, entre ellas, los siguientes:

Pánuco, Tantoyuca, Misantla, Emiliano Zapata, Boca del Río, Medellín, Huatusco, Zongolica, Santiago Tuxtla y Acayucan.

Y, bueno, concesionar nueve distritos significa, de entrada, demasiadas canonjías, aun cuando, al mismo tiempo, caray, un priista quisquilloso diría que los han enviado a batallas con derrotas anunciadas.

Por ejemplo:

En Pánuco, el cacique que parece invencible es el ex priista y panista, Ricardo García Guzmán, con sus hijos.

En Tantoyuca, el cacique mayor de todos los caudillos azules de Veracruz es Joaquín “El chapito” Guzmán Avilés, con toda su familia.

En Misantla, el cacique es el profesor Gustavo Moreno, quien ex priista ahora va como candidato de MORENA.

Boca del Río es feudo de los Yunes azules y ganar a ellos en las urnas está en chino.

En Huatusco, y luego de la ruptura priista con que el diputado federal, Jorge Carvallo, provocara un cisma y un sismo imponiendo a su candidata Martha Utrera, resulta difícil la victoria del PVEM en las urnas.

En Zongolica, el cacique legendario es el priista Mario Zepahua Valencia y el PRI concesionó la parcela al PVEM.

En Santiago Tuxtla, ante el PVEM está el nuevo cacicazgo de la diputada local, Jazmín Copete, candidata del PAN, PRD y PMC al Senado de la República.

Y en Acayucan sólo truenen los chicharros de las cacicas Regina y Fabiola Vázquez Saut, y el PVEM “ni el polvo les verán”.

Tal cual, se entendería que el PRI concesionó tales feudos al PVEM para evitar un descalabro peor del que ya padecen desde que Javier Duarte originara las tres derrotas consecutivas con la gubernatura, el Congreso y las alcaldías.

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