sábado, abril 20, 2024

Escenarios

•Pepe solo ara el surco
•“No les voy a fallar” dice
•Pero el PRI, en el limbo

Luis Velázquez


UNO. Un hombre solitario arando el surco

Pepe Yunes, dice un priista, es un buen producto político electoral.
Y en el mosaico del cuarteto de candidatos a la gubernatura, nadie lo dudaría.
Pero al mismo tiempo, parece que lo estuvieran vendiendo mal, cuando, caray, lo dicen algunos teóricos de la publicidad y la propaganda, el producto ha de venderse lo mejor posible.
Por ejemplo, el día cuando el país celebra la Constitución Política estuvo en Huayacocotla y exaltó la honestidad de la población que vive y habita y trabaja en Veracruz, pues no todos son como Javier Duarte y los duartistas.
Durante veinte años, les dijo, he caminado al lado de ustedes.
Y «con la cara en alto les vengo a pedir esta oportunidad».
Tal cual, el inminente candidato del PRI al trono imperial y faraónico pasea su honradez «a prueba de bomba» entre la población electoral.
Una vida limpia, sin que nadie le reproche negocios lícitos o ilícitos a la sombra del poder, ni tampoco empresas fantasmas, ni el diezmo y el doble diezmo, ni el jineteo bursátil, ni «aviadurías» para los suyos, ni desvío de recursos ni tráfico de influencias para favorecer a otros.
Y sin embargo, luego de que durante dos décadas ha trotado en la cancha política sin una mancha en su biografía, sólo en una o dos ocasiones, el presidente del CDE del PRI se ha referido a su honradez.
Y en contraparte, ningún presidente de comité municipal del partido tricolor ha cacareado la honestidad del precandidato.
Y, bueno, él sólo empujando la carreta y arando el surco, resulta inverosímil cuaje en el ánimo social.

DOS. Gran gestor social

Hay en el país 500 diputados federales y 128 Senadores de la República. Y de todos ellos, Pepe Yunes fue uno de los pocos, excepcionales, que en su tiempo legislativo se volvieron gestores sociales.
Como Senador, por ejemplo, cabildeó más de cuatro mil millones de pesos federales, fresquecitos, para los presidentes municipales y productores organizados, y los que entregara en forma directa, sin rodeos, a los beneficiados para evitar así, entre otras cositas, la llamada «Operación licuadora» a la que era tan proclive Javier Duarte y los duartistas.
Es más, en su tiempo desafío al mismo Duarte porque también deseaba «meter la mano al cajón» de tales fondos federales.
Y no obstante, en ninguno de los anuncios espectaculares a orilla de carretera el hecho es manejado y por el contrario, solo él, en su discurso con los priistas, los cita y convoca, en tanto el priismo restante, ni fu ni fa.
Por fortuna, y ya se conocerá su efecto electoral, los ex ediles y los ediles en funciones y de todos los partidos están conscientes de su cabildeo legislativo para bajar recursos y están con él para la candidatura a la silla embrujada de palacio.
Pero se trata de un plus, caray, y por ningún pretexto se vale el silencio de las huestes priistas.
Bastaría referir que en un tiempo de diputado federal, Cuitláhuac García Jiménez, por segunda ocasión candidato a gobernador de Veracruz, ni un centavo federal ha bajado para Veracruz.
Por el contrario, en su precampaña se la ha pasado rafagueando a todos, sin excepción, pontificando como sacerdote en homilía dominical desde el púlpito populista.

TRES. Pepe seguirá creciendo

En su tiempo senatorial, Pepe canalizó apoyos extras para muchísima gente a través de sus autoridades y dirigentes de productores.
Se los dijo en Huayacocotla cuando, por ejemplo, hablara de las carretas que fueron reconstruidas y «que contrastan mucho con lo que se ven en otros estados cercanos».
Además, su cabildeo también fue, en el caso de la región de Chicontepec, cuando fuera diputado federal.
Y no obstante, su biografía política, logros, hechos y resultados, se ha omitido al momento.
Se ignora si porque, digamos, lo tengan reservado para algún operativo propagandístico superior, fuera  de serie, a partir de los meses de mayo y junio cuando las campañas alcancen dimensión estelar.
Okey.
Pero en contraparte, ha de subrayarse que en la percepción ciudadana ahora cuando está por terminar la parte de la precampaña electoral y que durara unos cuarenta días, todo parece indicar que el PAN con sus aliados va en primer lugar, MORENA y los suyos en segundo y el PRI y el PVEM en tercero.
Y aun cuando el politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que el PAN con Miguel Ángel Yunes Márquez y MORENA con Cuitláhuac García ya llegaron a su tope, el único que puede remontar y crecer y rebasar es Pepe Yunes.

CUATRO. «Durmiendo en sus laureles»

El inminente candidato priista trae un programa de gobierno definido, en que incluye la estrategia y el camino para.
Por ejemplo, en Huayacocotla planteó la tesis de que «es posible generar mejores condiciones productivas que impacten el ingreso y permitan a la gente, con su trabajo, sus recursos, su talento y su sacrificio, resolver sus problemas.
Es posible, dijo, que el gobierno se haga presente en el día a día con los temas que a la gente importan, que tienen que ver con cómo vamos a formar a nuestra niñez, tener acceso a derechos sociales fundamentales que hoy sólo se encuentran en las páginas de la Constitución pero no en nuestros días, en perjuicio de nosotros mismos.
Es posible generar un entorno integral, donde podamos resolver el problema de la inseguridad. No podemos, bajo ninguna circunstancia, conformarnos con un presente que no nos da oportunidad de crecimiento”.
Y, bueno, en todo programa de comunicación política, y desde la perspectiva de los medios, una cosita es el boletín del día, y otra el efecto mediático a través de la crónica, el reportaje, la caricatura, la columna política, el artículo de opinión y la columna, para seguir haciendo ruido.
Y sin embargo, en las cinco semanas que Yunes Zorrilla lleva en precampaña, más allá del boletín, ninguno de los géneros periodísticos ha sido manejado.
Y por añadidura, el efecto se pierde y diluye.
Y más, si sus genios, pésimos discípulos de Joseph Goebbels, «duermen en sus laureles».

CINCO.  «No les voy a fallar»

En su eje discurso, una y otra vez el priista ha repetido una frase bíblica.
«No les voy fallar», dice.
Nadie dudaría de que se continúa deslindando del duartazgo que además de fallar a la población de Veracruz, falló más a su partido, el tricolor, que terminara expulsándolo.
Pero si el precandidato lo ha dicho una y otra ocasión es que para el priismo cacareara en todos lados, de norte a sur y de este a oeste, la filosofía social de su candidato en un Veracruz descarrilado por completo en la moral pública.
Incluso, a veces pareciera que lo están dejando solo… por más que alrededor giren como en un carrusel de caballitos las elites rojas buscando, la mayoría, digamos, el 99 por ciento, la posibilidad de una candidatura.
Y lo peor, si sienten que los dejaron fuera o los rebasaron, entonces, les está dando, como siempre, por despotricar contra el mismo Pepe Yunes, en tanto otros, de plano, desertan a otros partidos.
Pepe Yunes dijo en Huayacocotla que es la hora de construir un Veracruz «donde quepamos todos y donde podamos, sin pretextos ni obstáculos, alcanzar la realización como personas, pensando en la familia y la comunidad».
Sin duda.
Pero hasta Napoleón Bonaparte decía que con otro José María Morelos ganaría la guerra.
Y los generales de 5 estrellas y de 4 y 3 estrellas, etcétera, y los coroneles y los operadores, del priismo local parecieran estar replegados esperando que Pepe Yunes repunte para, digamos, hacerse los aparecidos.

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