viernes, abril 19, 2024

Barandal

•Asesinan inocentes

•Veracruz delincuencial

•Matanza en “La bartola”

Luis Velázquez

ESCALERAS: Nada retrata más el dolor de la vorágine delincuencial en Veracruz como el asesinato del estudiante de la Universidad Veracruzana y músico de 28 años, José Ignacio Cortaza, la madrugada del sábado 27, en “La cantinita de Bartola”, en Xalapa, donde trabajaba para mantener a su esposa y dos hijos y seguir su carrera.

Su madre, la señora Laura Fernández, resume el sufrimiento de la siguiente manera:

“No se vale que me lo hayan matado así”.

(Así, su hijo, el músico, tocaba en el bar. Y de pronto, zas, un grupo de sicarios armados entraron. Y dispararon a diestra y siniestra. Quizá nomás para mostrar el puño y el músculo a la yunicidad. Aquí estamos, habrían intentado los carteles manifestar su presencia).

“Claro que quiero justicia, pero sé que eso no me devolverá a mi hijo”.

(Igual, igualito, quince mil madres y padres de familia esperan el regreso de sus hijos desaparecidos que según contabiliza la estadística de la muerte la diputada Marijose Gamboa. Y si en el duartazgo se habría dado la mayoría, también en la yunicidad).

“Era buen padre, buen hijo”.

(Tal cual, una realidad avasallante donde en la yunicidad, igual que en el duartazgo, siguen matando a inocentes. Niños, mujeres, ancianos y jóvenes, como en el caso en que el músico José Ignacio Cortázar, perdió la vida al mismo tiempo que el guardia de seguridad, José Antonio Hernández, de 36 años. Y ni modo que la secretaría de Seguridad Pública salga con el cuento de que eran malandros, como ha sido, igual que en el sexenio anterior, su cacareo tradicional).

PASAMANOS: “Estaba en el último semestre (en la facultad de Música). En julio se iba a recibir de músico y le gustaba dar clases en la UV” (La Jornada, Eirinet Gómez).

(Están en Veracruz matando a gente inocente. La historia de sangre y muerte en la yunicidad se inauguró con el asesinato de los cuatro niños de 3, 4, 6 y 7 años de edad en una colonia popular de Coatzacoalcos, tiempo cuando el gobernador Yunes brincó de inmediato asegurando que era un ajuste de cuentas entre malandros, porque el padre era sicario).

El padre del joven músico acribillado, Santiago Cortaza, manifiesta la tragedia de un Veracruz donde, y como dice Pepe Yunes Zorrilla, la inseguridad está igual o peor que en el duartazgo.

“¿Qué están haciendo las autoridades? ¡Puras promesas!”.

(Cierto, cada ocho días, por ejemplo, reuniones estelares sobre seguridad. A cada rato, avisos en la prensa de que detuvieron a una banda más de pistoleros. Y no obstante, Veracruz sigue como un río de sangre y un valle de la muerte. Con todo y que, y como reza la cantaleta consabida, en la campaña de candidato a gobernador en el año 2016, Yunes aseguró que en 6 meses pacificaría Veracruz. Han transcurrido catorce).

“¿Qué seguridad están dando las autoridades al pueblo?”.

(Respuesta concreta y específica: ninguna, todo indica. En todo caso, el Estado Delincuencial sigue derrotando al Estado Policiaco, al Estado de Derecho. Con Javier Duarte, la presunta alianza. Con Miguel Ángel Yunes padre, la manifiesta incapacidad, principio de Peter le llaman).

CASCAJO: “Sé que me hijo ya no volverá. Pero hay muchos jóvenes que necesitan vivir, estudiar, divertirse. Y que tienen sueños e ilusiones como mi hijo”.

(La realidad avasallante. En muchos pueblos de Veracruz, de hecho y derecho, un virtual Estado de Sitio. Apenas pardea, apenas anochece, las familias se encierran en sus casas, porque las calles se vuelven propiedad de los malandros. Además de la inseguridad, la impunidad).

“No puede ser posible que tengamos encerrados a nuestros hijos porque una bola de delincuentes en cualquier momento nos los pueden matar. Nos quieren atar con el terror”.

(Es la realidad avasallante. La vida prendida con alfileres. Nadie tiene segura la vida. Ni siquiera, vaya, los ricos con sus escoltas. Ocho guardaespaldas protegiendo al secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, y su familia, un domingo en la tarde en la plaza comercial “Las Animas” de Xalapa).

RODAPIÉ: El titular de un reportaje de Proceso sobre Veracruz, el número 2151, firmado por el corresponsal Noé Zavaleta dice así:

“El ‘superhéroe’ Yunes, incapaz ante el crimen en Veracruz”.

Nadie duda de que el superhéroe hace todo por cumplir, digamos, con su promesa de campaña electoral.

“Voy por Javier Duarte”, dijo y fue.

“Voy por Karime Macías” prometió y en esas anda.

Hizo llorar al prestanombre de Javier Duarte, Moisés Mansur.

“Voy por los malandros” dijo en Poza Rica y vive en la posibilidad.

“Solo duermo dos horas al día porque durante las otras 22 horas persigo a los malandros” dijo el secretario de Seguridad Pública y terminó desmayado en un evento público en Boca del Río.

El resultado social es el siguiente:

A: Dos mil 414 asesinatos en el primer año del “gobierno del cambio”.

Doscientos secuestrados en el mismo periodo.

PLAZOLETA: En medio del fuego, el gobernador Yunes acuñó la siguiente frase bíblica:

“Es fácil criticar desde la computadora”.

Entonces, su diputado local, ex de AMLO y de MORENA, Sebastián Reyes, “lanzó su espada en prenda” y dijo:

Los medios exageran. Yo soy de Coatzacoalcos y el pueblo está tranquilo. La inseguridad está magnificada.

“¡Pinches medios!” exclamaría Arturo Bermúdez Zurita, el secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte, a quien la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Namiko Matzumoto, se le tiraba al piso y ahora, ni modo, duerme en una cama de piedra, ajá, en el penal de Pacho Viejo.

La integrante del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos”, señora María Elena Gutiérrez Domínguez, resume la procuración de justicia en Veracruz:

“El Fiscal Jorge Wínckler Ortiz (sus antepasados eran cirqueros en Rusia según Antón Chéjov) es indiferente e indolente. No nos recibe. Y solo lo hace obligado por la presencia del subsecretario de Derecho Humanos de la secretaría de Gobernación”, el elbista Roberto Campa Cifrián desde el tiempo aquel de Miguel Ángel Yunes Linares y la profe Elba Esther Gordillo en el Congreso de la Unión.

Por encima de secuestros, desapariciones, asesinatos y fosas clandestinas, la única prioridad en el Veracruz es heredar el trono imperial y faraónico al hijo mayor.

Y si hay quienes lo cuestionan son “unos charlatanes”, como dijera el primogénito en Coatzacoalcos, el municipio más polvoriento de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.

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