viernes, abril 19, 2024

Expediente 2018

Desenvainada la guillotina

Luis Velázquez

El CDE del PRI tiene nuevo presidente. Un presidente para tiempos adversos y turbulentos. Del misticismo político con Renato Alarcón a los tambores de guerra que ha sonado Américo Zúñiga Martínez. Llegó con la guillotina desenvainada. Y tal cual se mantendrá.

Y más, porque está en juego el destino compartido desde la adolescencia, quizá antes, con Pepe Yunes Zorrilla.

Y más, porque si el tricolor perdiera la gubernatura el primero de julio, entonces, las elites y la militancia vivirá “fuera del presupuesto” hasta el año 2024, salvo aquellas que como los Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota y Édgar Spinoso, entre otros, pacten con la yunicidad.

En el discurso de toma de posesión, el ex presidente municipal de Xalapa, ex diputado local y ex secretario de Trabajo y Previsión Social, fue contundente.

“Estamos enojados todos los veracruzanos, sin excepción, porque nunca como hoy habíamos visto tanta violencia en las calles, en las colonias, en las rancherías, en las congregaciones.

“Y a esa violencia se suma la violencia política, el encono, la guerra de un par de locos que no saben construir y que sólo saben destruir”.

El nuevo dirigente omitió nombres. Se ignora si se habrá referido como “par de locos” a Miguel Ángel Yunes Linares y Andrés Manuel López Obrador.

Y/o a al gobernador Yunes y a Cuitláhuac García Jiménez.

Y/o a Cuitláhuac y AMLO.

Pero los tambores de guerra han sonado.

“Ojo por ojo y diente por diente”.

Pepe Yunes, en el discurso de conciliación. Américo Zúñiga, en el discurso de confrontación.

Américo Zúñiga el Aurelio Nuño Mayer y el Enrique Ochoa Reza de Pepe Yunes.

AMÉRICO, EN PRUEBA DE FUEGO

Américo es un político libre, autónomo, independiente, crítico y autocrítico.

Por ejemplo, se enfrentó a Javier Duarte, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, no obstante que ambos eran, entonces, priistas, pues Duarte fue expulsado del partido fundado por “El turco” Plutarco Elías Calles.

Interpuso, por ejemplo, a Duarte, una controversia constitucional.

Le organizó una caminata de presidentes municipales en la avenida Reforma de la Ciudad de México, el corazón social y urbanístico del país.

Tocó puertas en el Senado de la República reclamando el cabildeo para que Duarte entregara las participaciones y subsidios federales a los alcaldes.

Y le lanzó una ofensiva y contraofensiva en algunos medios nacionales donde las puertas se les abrieron.

Fue civilizado con el gobernador Yunes Linares en los últimos doce meses en que convivieran en el poder estatal y municipal.

Ahora, por aquí tomó posesión mostró su identidad guerrillera.

Tiempo rudo y huracanado para el tricolor pues en menos de un año perdió la gubernatura, la mayoría en el Poder Legislativo local y la mayoría de presidencias municipales.

Tiempo más huracanado y duro cuando en el sentir electoral y político y social, la mitad de la población y la otra mitad asegura que MORENA con AMLO se mantiene en primer lugar, el PAN, PRD y el MC con Ricardo Anaya en segundo y el PRI con el Panal y el PVEM en tercero.

Y como dice Porfirio Muñoz Ledo, el ex de todo, menos de presidente de la república, será muy difícil, imposible, que el PRI remonte.

Tal es el desafío, prueba de fuego, de Américo Zúñiga. Levantar al tricolor para ganar, mínimo, mínimo, mínimo, la silla embrujada del palacio principal de Xalapa, aunque, digamos, pierda las diputaciones locales y federales y hasta la senaduría.

LLUEVE PLOMO

El sábado 14 cuando Américo Zúñiga tomara posesión los malandros enviaron mensajes al gobernador, a tono, digamos, con el discurso americanista de que “todos los veracruzanos, sin excepción, estamos hartos”.

En Xalapa, la sede de los tres poderes, los malosos tiraron nueve cuerpos desmembrados, hallados en una camioneta y con cartulinas cariñosas y afectivas para el secretario de Seguridad Pública.

Y de postre, y en cámara lenta como en las películas de terror y horror, de incertidumbre y zozobra, un hombre maniatado fue lanzado desde un auto en movimiento y ejecutado a balazos, ni más ni menos, frente al Tribunal Superior de Justicia.

Y en Acayucan, el municipio que según el Sistema Nacional de Seguridad Pública aumentó la violencia en el año 2017 en un tres mil cien por ciento, el plomo le llovió a un cristiano en el bulevar Acayucan.

Y la policía informaba que los cuatro decapitados y exhibidas las cabezas en Sayula de Alemán,, no en la Alhóndiga de Granaditas como a Miguel Hidalgo, sino en un taxi, eran originarios de Texistepec, en el sur de Veracruz.

Dijo Américo, como un indio yaqui danzando y alistándose para la guerra:

“Nadie está satisfecho con el gobierno del cambio. Un cambio en el que nadie cree y un cambio que realmente ha tenido sumido a Veracruz en las peores crisis de desempleo, desigualdad y de inseguridad”.

LA PLAZA ELECTORAL ES DE QUIEN LA TRABAJA

Más aún.

Y sin una bolita de cristal para profetizar el futuro inmediato, el nuevo presidente del CDE del PRI dijo que “los políticos que hoy están con demagogia, insultos y gritos, tratando de convencer a la gente quedarán marginados de la voluntad popular”.

Ya se verá, claro, porque como dice el viejito del pueblo, la plaza electoral es de quien la trabaja.

Y en la justa cívica en puerta, cada parte (MORENA con Cuitláhuac, PAN con Miguel Ángel Yunes Linares y PRI con Pepe Yunes Zorrilla) desarrolla su mejor estrategia para convencer a la población electoral, donde más allá del voto duro de cada partido, y considerando que la gente vota por la persona, el 25.5 por ciento de los ciudadanos con credencial del INE está y sigue indeciso.

Por fortuna, Américo Zúñiga nombró secretario de Acción Electoral al experto Zeferino Tejeda Uscanga, quien nunca en su vida ha perdido una elección.

Y cuando pareciera que así fuera (caso Carolina Gudiño Corro como candidata a presidente municipal en el Fidelato), la ganó en el tribunal electoral.

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