miércoles, abril 24, 2024

Escenarios

•El polémico Yunes Jr.

•Deslinde y elogio al padre

•Que parricidio jarocho

Luis Velázquez

Uno. El polémico Yunes Jr.

En el registro como precandidato a gobernador, Miguel Ángel Yunes Márquez pronunció un discurso que sembró el surco de vientos huracanados.

El periódico Notiver resumió así su filosofía política y social:

“Yo soy yo y él es él” refiriéndose a su padre, el gobernador, y lo que en el carril político fue interpretado como un deslinde.

Pero también defendió y exaltó a su padre.

Por ejemplo, dijo que en la tarea de ejercer el poder y gobernar ”lo que ha hecho… ha sido de veras fantástico”.

Yo, insistió, “lo que he hecho es brillar con luz propia”.

Por eso quizá días anteriores, el presidente del CDE del PAN, advirtió a las elites azules que “es la única carta fuerte” para la nominación a gobernador.

Pero el precandidato del PAN, PRD y MC dijo que mientras a su padre “le tocó estabilizar a Veracruz… a mí me tocará la labor de despegar para que realmente Veracruz tenga un futuro brillante”.

Desde luego, el millón de indígenas, los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros nunca, jamás, “en la noche oscura de todos los tiempos” han tenido un presente ni un futuro brillante.

Pero, bueno, en el tiempo de la esperanza que se vive… todo es posible.

Jesús murió inmolado en la cruz, Emiliano Zapata y Pancho Villa fueron emboscados, Ernesto “El che” Guevara fue asesinado en Bolivia, y “los pobres entre los pobres” están peor, porque ahora ni esperanza abrigan.

Dos. Que parricidio jarocho

Pero más allá de los pobres y de los jodidos, el discurso de Yunes Márquez ha servido para que en la cancha opositora estén hablando de un parricidio.

El hijo, dicen, se ha deslindado del padre.

Tal cual, observan, mal anda el PAN cuando el hijo, soñando con la silla embrujada del palacio, marca una raya del padre, que ocupa la silla.

Incluso, en el carril opositor hablan de un parricidio, de igual manera como en el relato bíblico cuentan historias de matricidios, feminicidios, infanticidios y fratricidios y amanticidios y suicidios, claro.

Con todo, habituado a que en la pasarela política los adversarios y enemigos hablan del nepotismo, Yunes Márquez reviró de la siguiente manera a los críticos:

“Cada ser humano tiene diferentes ideas, aspiraciones, diferentes métodos de trabajo” (Notiver, Manuel Hernández, jueves 4 de enero, 2017).

En todo caso, dejó claro, él participa en una contienda electoral donde habrá de ganar los votos en las urnas.

Tres. Yunes Jr., en la cancha electoral

Nunca antes en la historia del país, un gobernador en funciones, como Miguel Ángel Yunes Linares, ha lanzado a un hijo como candidato al trono imperial y faraónico para heredarle el poder.

Se han dado ene número de casos donde, y por ejemplo, los presidentes municipales han lanzado a sus esposas, hijos, hermanos y hasta barbies a un cargo de elección popular, desde la misma alcaldía hasta una diputación local o federal.

Ahora mismo, unos treinta y cinco alcaldes de Veracruz tienen fuertes lazos consanguíneos con sus antecesores.

En Puebla, el ex gobernador Rafael Moreno Valle dejó pasar un periodo de menos de dos años y ha lanzado a su esposa como candidata a la silla embrujada, luego de que de pronto, ajá, tuviera una revelación como San Pablo y decidiera retirar su candidatura presidencial y declinar por Ricardo Anaya para evitar fracturas internas en el PAN.

Por eso, la nominación de Miguel Ángel junior ha despertado tanta polémica y controversia en el carril electoral.

En todo caso, y como él mismo dice, participa en una contienda electoral donde habrá de convencer a la militancia panista y a los indecisos de tachar su nombre en la boleta el próximo primero de julio.

Y por tanto, allá los candidatos del PRI (Pepe Yunes Zorrilla), MORENA (Cuitláhuac García Jiménez) y Panal (Miriam Judith González Sheridan) “si se dejan comer el mandado”.

Cuatro. Campañas, un mercado popular

Si en el carril opositor manejaran el discurso del parricidio porque el junior se ha deslindado del padre (“Yo soy yo y él es él”) y pegara en el ánimo electoral sólo se conocerá hasta el día de las urnas.

Si la población está de acuerdo y mira con simpatía que el hijo suceda al padre lo decidirá dentro de cinco meses y dos, tres semanas.

Si rafagueando “a tiro por viaje” a Javier Duarte restarán votos al pre/candidato del PRI y PVEM, sólo se sabrá el 1 de julio.

Si diciendo que Duarte es PRI y PRI es corrupción y llamando “El bodoque” al hijo del gobernador y diciendo que el “Cui” nada es porque todo es AMLO, la posibilidad de ganar sigue dando vueltas, como moneda en el aire.

Incluso, ha de preguntarse si con los discursos agresivos entre los pre-candidatos estarán incidiendo en las neuronas, el corazón y el hígado de cada ciudadano para quedar convencido que uno de los tres merece la gubernatura porque en verdad, en verdad, en verdad significa el bienestar social para el grueso de la población jodida y pobre.

Las precampañas apenas, apenitas están caminando y por delante hay muchos días de lodo.

La plaza pública electoral convertida en un simple pasillo de un mercado popular.

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