martes, abril 23, 2024

Escenarios

•Los Yunes de Veracruz

•Demasiados Yunes en el poder

•Pepe reconciliará a todos

Luis Velázquez

Uno. Los Yunes de Veracruz

Veracruz se ha estacionado en el tiempo político. Y sólo domina el apellido Yunes.

El año anterior, la elección de gobernador, por ejemplo, fue entre un Yunes (Miguel Ángel) y otro Yunes (Héctor).

El 1 de julio del 2018 será entre un Yunes (Miguel Ángel junior) y otro Yunes (Pepe).

En el año 2024 la disputa por la silla embrujada del palacio será entre un Yunes (Fernando) y otro Yunes (Andrea, la hija de Héctor, y que será lanzada de candidata a diputada local o federal (lo sopesan) por la vía uni y pluri, para así amarrar doble).

Desde el mundo árabe, los Yunes se imponen.

Y eso que según el listín telefónico sólo hay unas mil 500 personas, quizá dos mil, de apellido Yunes en el estado de Veracruz.

Unos Yunes, sirios. Otros, palestinos. Otros, israelitas.

Y aun cuando existe una población árabe insólita, cuyos antepasados llegaron por barco al puerto de Veracruz y unos aquí quedaron y otros caminaron en Veracruz, y otros migraron al interior del país, los Yunes predominan por encima de todos.

Cierto, hay muchos árabes dueños del poder económico, pero los Yunes, además, son dueños del poder político.

Y, por lo regular, las elites políticas terminan gobernando sobre las cúpulas empresariales.

El primer Yunes que debutara en el escenario político fue Miguel Ángel Yunes Linares. En el sexenio de Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980. Y en donde tuviera carrera meteórica gracias a don Pepe Yunes Suárez, padre de Pepe Yunes Zorrilla, amigo que era del gobernador en turno.

Luego, debutó en política Pepe Yunes Zorrilla, por cierto, al lado de Yunes Linares en la secretaría General de Gobierno.

Después, Héctor Yunes Landa.

Más tarde, los Yunes Márquez.

En el inter, otros Yunes. Los Aguilar Yunes. Los Yunes Choperena, etcétera.

Dos. Demasiados Yunes en el poder

En el gobierno de Veracruz han desfilado 75 gobernadores. Pero nunca, jamás, en la historia local, una dinastía familiar, como los Yunes, al frente del poder político, y que también es poder económico y poder social.

Unos dirán que son demasiados Yunes “en la plenitud del pinche poder” como dijera el clásico.

Cierto. Pero fatalismo, tendencia histórica, vocación política, destino superior, profecía cumplida, el caso es que ellos encarnan hoy el símbolo del poder.

Es más:

El año anterior, luego de que fue declarado gobernador electo, Miguel Ángel padre se reunió con una parte de su familia.

En total asistieron, entre otros, cuarenta y cinco sobrinos, además de los hermanos y los tíos, etcétera.

Yunes Linares lo dijo de manera enfática:

He pedido a mis 45 sobrinos que ninguno se meta en política.

Que me dejen gobernar apegado a la ley, el derecho y la justicia.

Que nadie intente “pasarse de listo” y menos, mucho menos, “meta las manos al cajón” porque, ni modo, aplicaré la ley.

Pero, bueno, “como Dios dispone y…”etcétera, entonces, sus hijos, Miguel Ángel y Fernando, ya fueron destapados por su señora madre de que será madre de dos gobernadores.

Faltará saber si los otros Yunes (Pepe y Héctor) “se dejan comer el mandado”.

En todo caso, lo indicativo es que un Yunes está gobernando Veracruz por dos años y otro Yunes, cualesquiera sea, por seis años, para así continuar (y perpetuar, hasta donde sea posible) la tradición… que de tradiciones, ni hablar, está construida la vida.

Tres. Honrar a Veracruz

La vida y la sangre y la historia árabe unió a un par de Yunes. Miguel Ángel y Héctor.

Pero la política los ha separado, por lo pronto, pues en ellos se reproducirá el fenómeno biológico de las parejas de que un día pelean y se distancian, pero como luego del fuego las cenizas quedan, entonces, regresan.

Todavía en la víspera del choque sanguíneo del año anterior, Miguel Ángel y Héctor se abrazaron efusivos en una boda familiar a la que asistieron.

Pero una vez candidatos a la gubernatura, uno del PAN y PRD y otro del PRI, la rebatinga por ganar las urnas los separó y se dijeron de todo.

Todavía ahora, “a tiro por viaje”, Héctor sigue rafagueando a su ex primo.

Quizá ahora, cuando otro Yunes, Pepe, quedó con la candidatura priista al trono imperial y faraónico, y Héctor se ha disciplinado, uno y otro se reencontrarán.

Incluso, y más allá de las pasiones políticas, y aprendida la lección, hasta Pepe Yunes Zorrilla sería el cabildero para reconciliar a los (ex)primos.

Y es que, por todos lados, resulta lamentable que dos Yunes, cada uno con sus atributos y relaciones políticas en el altiplano, anden por caminos diferentes cuando, caray, unidos, el destino social de Veracruz podría, digamos, ser enaltecido y honrado.

Cuatro. El proverbio árabe

Y más, cuando las diferencias entre Héctor y Miguel Ángel han trascendido en el seno familiar, de tal manera que unos Yunes están con Héctor y otros con Miguel Ángel.

Peor tantito: unos hermanos y sobrinos de Miguel Ángel están con Miguel Ángel y otros con Héctor.

Pero…de continuar la tendencia, entonces, el proverbio árabe de que “un ser humano se cotiza mejor por el número de enemigos que deja a la hora de la muerte” se cumplirá en su dimensión estelar.

Lo más terrible del caso será que las diferencias internas derrumben por completo el liderazgo político de los Yunes en Veracruz y sean relevados, digamos, por la nueva dinastía de los Zúñiga Martínez en la cancha priista o los Cuitláhuac y los Nahle en el carril de MORENA.

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