Expediente 2016

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“Tirar la piedra y esconder la mano”

Por: Luis Velázquez

En Huatusco, el precandidato priista a la mini/gubernatura (dos años igual que Fernando Gutiérrez Barrios y Guadalupe Victoria) rafagueó con furia a los políticos corruptos, como si fuera Jesús látigo en mano expulsando del templo a los mercenarios.

Pero, oh paradoja, y como ha venido sucediendo en el transcurso de su periplo preelectoral, “tiró la piedra y escondió la mano”.

Y, por tanto, huracán sin rumbo, una vez predijo la cárcel para los políticos pillos, ladrones, rateros y corruptos de Veracruz, pero sin pronunciar un solo nombre.

Y así, “hasta mi abuelito andaría en bicicleta” como suele expresar Miguel Alemán Velasco.

Por ejemplo:

El candidato priista denunció que en Veracruz hay “un grupo (de políticos) que son rateros”, pero la audiencia quedó en las mismas, pues nunca citó ni por descuido ni por lenguaraz un solo nombre de esos políticos rateros.

Dijo que en la tierra jarocha hay “funcionarios corruptos” y sabrá la astróloga el nombre de tales políticos corruptos que aun aceptando sin conceder que el ciudadano común y sencillo los conozca y tenga identificados como presuntos, otra cosita es que el aspirante al trono imperial y faraónico los mencione por su nombre y apellido y cargos públicos desempeñados en la tarea de gobernar y en donde hayan “metido la mano al cajón”.

Dijo que en Veracruz hay políticos “millonarios que han aparecido de la noche a la mañana”, y de igual manera, ningún nombre, ningún apellido, ningún apodo, ningún retrato hablado, ningún señal, ningún indicio, quizá, acaso, porque así cree que ha de alimentarse la imaginación jarocha y que cada uno la vislumbre a gusto.

Dijo que los políticos corruptos “han de devolver el dinero robado”, pero también calló sus nombres, y lo que es peor, omitió precisar los nombres y el dinero que se han robado al cobijo del poder y más aún, la fecha concreta y específica en que se fregaron el dinero del erario.

Dijo que los políticos pillos “deben dejar de ser funcionarios de por vida”, es decir, inhabilitados para siempre, y lástima de perorata, pues más allá, como dice el adagio ranchero, de que “de lengua me como un taco”, lo importante son más que los pelos de la burra, “la burra completa”.

Dijo que hay políticos en Veracruz (ni modo que se refiriera a los políticos de Estados Unidos, que también andan en precampaña por la Casa Blanca) que “en lugar de combatir la corrupción… se hicieron ricos”.

Y una vez más, el candidato priista a la mini… soslayó la realidad, se fue por la tangente, “tiró la piedra y escondió la mano”.

SANGRE EN EL RUEDO

Se insiste: la población de Veracruz ya sabe, está consciente de que en el duartismo, y también en el fidelato, el recurso público fue manejado con sentido patrimonialista.

Pero además, que nunca Javier Duarte procedió en contra de Fidel Herrera Beltrán y los fidelistas y sus socios y cómplices, porque, además, formó parte de tal gabinete legal como subsecretario (que mandaba por encima de Rafael Murillo Pérez) y secretario de Finanzas y Planeación y candidato a diputado federal (que seguía mandando en la SEFIPLAN) y diputado federal (que continuaba ordenando).

Y aun cuando la población se pregunta el destino del dinero público, tanto estatal como federal, para haber llegado “al desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” denunciada por el senador Pepe Yunes, si el precandidato priista a la mini se ocupa de los políticos pillos, ladrones y rateros, entonces, su postura mínima es poner nombres a los hechos, las circunstancias y las personas.

Además, está claro, la población electoral, el ciudadano y el contribuyente que votan en las urnas, quiere sangre en el ruedo.

Tal cual, el simple hecho de que el precandidato se reduzca a enunciados generales, y al mismo tiempo, superfluos, inofensivos, el pastorcito gritando que ahí viene el lobo, ninguna simpatía ni expectativas alienta en el contribuyente para sufragar a su favor en la boleta electoral.

En contraparte, el candidato azul a la mini ha centrado su discurso en contra de la corrupción asegurando que su objetivo central será encarcelar a Javier Duarte y a los duartistas pillos, aun cuando, solo habla del gobernador, en tanto omite los nombres del gabinete legal y ampliado que han “ordeñado la vaca” suiza que significan los cien millones de presupuesto anual del gobierno de Veracruz, más el diezmo y el doble diezmo, más el jineteo bursátil del erario estatal y federal, más la llamada “Operación licuadora”, más el tráfico de influencias, más los conflictos de intereses.

“ALABANZA EN BOCA PROPIA ES VITUPERIO”

Según el politólogo Carlos Ronzón Verónica, el precandidato azul tiene un eje central en su discurso, como es la cárcel para Javier Duarte.

En tanto, el precandidato rojo está desvariando, brincando de un lado para otro en el eje temático, sin centrarse en una línea rectora, incidiendo en lugares comunes por todos conocidos de antemano.

Y lo que es peor: atrapado en el ego, como aquello de que soy “el médico general” que necesita Veracruz y  “el único que puede componer” su destino, porque “estoy mucho más que listo” porque “soy el niño de dieces en la facultad de Leyes de la UV” y porque “soy honesto”.

Además, dice el ranchero sabio, “toda alabanza en boca propia es vituperio”.