lunes, mayo 13, 2024

Barandal

•Saqueo del IPE

•Falacias de Duarte

•Fidel Herrera se fue cabezón

Por: Luis Velázquez

PASAMANOS: Una vez más, el gobernador de Veracruz en turno está convirtiendo al Instituto de Pensiones, IPE, en su piñata administrativa, económica y financiera, todo, para tapar el cráter que ellos mismos han creado.

Ahora, Javier Duarte, JD, ha confirmado que ofrecieron al IPE “una gama de propiedades… para compensar (ajá) el déficit” que arrastra, de igual manera como “sus antecesores desde Dante Delgado Rannauro”.

Igual que entonces, el llamado sexenio próspero reproduce la misma falacia, resumida en la hipótesis oficial de que así se “acrecienta lo que es el patrimonio del IPE” cuando en realidad están tapando presumibles trastupijes.

Es más, ahora cuando JD ha confirmado que entre otras propiedades quiere vender al IPE (lo que terminará ocurriendo en un Veracruz autoritario) el estadio de fútbol, Luis “Pirata” Fuentes, queda claro que el siempre digno Armando Adriano Fabre renunció, en efecto, a la dirección del Instituto por oponerse a que tal enjuague se consumara.

Falso, entonces, que se pretenda incrementar el patrimonio de la dependencia.

Falso que sea para “compensar el déficit”.

En realidad quedaría expreso que el duartismo ha dispuesto de la millonaria Reserva Técnica como parte del saqueo que ha caracterizado el sexenio y que ha llevado, entre otras cositas, a la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación en contra de 19 funcionarios en la procuraduría General de Justicia de la nación, y de paso, el par de denuncias penales de la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara.

Y que de igual manera ha sido reproducido hasta con el destino de las participaciones federales que en la lógica del presidente del CDE del PRD, Rogelio Franco Castán, han sido y son jineteados en el mundo bursátil, donde, como es sabido, se gana o se pierde.

BALAUSTRADAS: En el fidelato, el fogoso empezó a desviar recursos del IPE, como siempre decía, ajá, para hacer política, y que a la postre, y en la fama pública (voz populis vos Deus) se aseguraba que lo había enriquecido más que a Miguel Alemán Velasco.

Entonces, hacia el final del sexenio, Fidel Herrera quiso “compensar el déficit y acrecentar el patrimonio del IPE” entregándole un total de 700 lotes, muchos en breña, muchos a campo raso, muchos a orilla de barrancas, muchos cachitos de lotes, para subsanar las cantidades millonarias de las que había dispuesto.

Según JD, el mismo fenómeno habría ocurrido con Miguel Alemán, Patricio Chirinos y Dante Delgado, aun cuando y como en el caso se precisaría que con Chirinos, con todo y la inseguridad y la represión en su sexenio, saneó las finanzas del Instituto de Pensiones.

Fue el mismo caso, por ejemplo, del maestro José Luis Lobato Campos, director del IPE con don Rafael Hernández Ochoa, cuando para, en efecto, “acrecentar el patrimonio” construyeron varios hoteles, entre ellos, el Xalapa y la remodelación del hotel Chachalacas, además de cines en Xalapa y Veracruz, como una fuente de ingresos.

En ningún momento, el saqueo del IPE.

Años después, no obstante, otros gobernadores le dieron en la torre al IPE y vendieron los cines y quedaron con los hoteles, todavía a la fecha.

Pero al momento, y como el IPE en ningún momento es una agencia inmobiliaria, los 700 lotes con los que el góber fogoso “compensó el déficit” ahí siguen, intocados e intocables, por ahora, y hasta donde se sabe si se sabe bien, en la lista de bienes.

Ya podrá el lector visualizar el destino del estadio de fútbol Luis “Pirata” Fuentes en manos del IPE y que por cierto también fue ofertado al empresario y político Fidel Kuri Grajales, dueño con el líder ferrocarrilero, Víctor Flores Morales, de la franquicia de los Tiburones Rojos.

ESCALERAS: Estamos, pues, ante una nueva falacia duartista.

Y si JD se atrevió a descarrilar a la Universidad Veracruzana, donde nunca estudió pero fue becado (tiempo aquel de Mauricio Rullán y Édgar Spinoso secretarios particulares del rector Víctor Arredondo Álvarez), nada le cuesta desplomar al IPE, que es una dependencia más del gobierno del estado, y por tanto, el director, su empleado.

Y si el empleado se opone, entonces, la renuncia.

Todo indicaría que JD habría dispuesto ya de la Reserva Técnica y quiere “tapar el sol con un dedo”, el aguacero con una sombrilla como solía decir el uruguayo José Mujica, el ex presidente más honesto y austero de América Latina.

Un atraco más del que ninguno de los seis precandidatos a la mini/gubernatura se ha ocupado.

Tampoco los diputados locales ni federales ni los senadores.

Ni menos, mucho menos, los más de 15 líderes sindicales del IPE ni quienes forman parte del Consejo de Administración, entre ellos, Enrique Levet Gorozpe, del Fesapauv, quien juega con el escore para ver si aumenta el número de sus familiares en la nómina oficial y que a la fecha suman ocho.

El lodazal resulta inverosímil.

Más aún el silencio del ORFIS, Órgano de Simulación Fiscal, y de la Comisión de Vigilancia del Congreso, a cargo, por cierto, de un exconvicto del penal de Topo Chico, Nuevo León, todos empleados de JD, y que callan porque “a río revuelto… ganancia de pescadores”.

El único con dignidad es Armando Adriano Fabre, quien prefirió renunciar ante tantas fechorías que había soportado.

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