Escenarios

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•Mafiosos en Veracruz

•Fidel y Yunes, igualitos

•Denuncia de Buganza

 Luis Velázquez

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Una vez más, Gerardo Buganza, candidato independiente a gobernador, se ha ocupado de Fidel Herrera Beltrán.

Le llama “parte de la mafia’’.

Igual que la vez anterior le faltó precisar si mafia política, mafia delincuencial y/o, incluso, mafia literaria, como aquella creada por José Luis Cuevas, Carlos Fuentes, Luis Guillermo Piazza y Fernando Benítez, entre otros, en el siglo pasado, cuando el esplendor de la Zona Rosa en la ciudad de México.

Pero, bueno, mafia al fin.

En contraparte, al momento, desde la primera vez cuando Buganza llamara mafioso al góber fogoso y gozoso, el silencio de Fidel Herrera.

Y los fidelistas, ninguno de ellos (Jorge Carvallo Delfín, Érick Lagos Hernández, Alberto Silva Ramos, Antonio Benítez Lucho, Ranulfo Márquez Hernández, él mismo Javier Duarte) tiró su espada en prenda para defender a Fidel.

Y más porque, en todo caso, en la lógica de Buganza, si Fidel es mafioso, sus alumnos que formó y los amigos con quienes ha alternado en política, también son mafiosos, simple y llanamente, porque ahí estuvieron, mínimo, de los años 2004 a 2010.

Incluso, más, mucho más, en el caso de Duarte, quien fuera subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación, conocedor, por tanto, de todos los túneles fidelistas en el manejo del erario, además de que le heredara la gubernatura.

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Ahora, sin embargo, Buganza fue más lejos al comparecer en el programa televisivo Polaca a la veracruzana con los reporteros (en orden alfabético), Raymundo Jiménez, Manuel Rosete y José Ortiz.

Allí, acuñó las siguientes frases bíblicas:

Uno. Fidel Herrera y Miguel Ángel Yunes Linares son iguales de mafiosos. Son lo mismo. No hay diferencia.

Dos. “Yo trabajé para una institución (el gobierno de Veracruz), no para Javier Duarte”.

Tres. “Muchos quisieran verme crucificado”.

Y cuatro: Yo derroté a Fidel Herrera en las urnas para gobernador. “Tengo las actas electorales ordenadas por distrito en mi casa” y lo he comprobado una y otra vez.

Tal cual, Buganza descabeza a dos de los actores políticos a cuyo alrededor ha girado la política en Veracruz en los últimos 23 años.

Paradojas de la vida: mientras Yunes Linares ha acusado a Fidel de mafioso y Fidel a Yunes de mafioso, Buganza señala a los dos de mafiosos.

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El diccionario básico infantil dice que una mafia se refiere al crimen organizado y a sus grupos.

Nacida en Italia, la ley suprema de los mafiosos era La omertá, que significa la ley del silencio, es decir, la muerte para los adversarios y enemigos.

En el imperio romano, cuenta Paul Veyne, la mafia estaba ligada al fraude, la estafa, el robo y la violencia.

En Italia, la Cosa Nostra, que integraba a los jefes mafiosos, se definían como hombres de honor y con honor.

Gerardo Buganza italiano, ¿serán Fidel Herrera y Yunes Linares hombres de honor y con honor, y por eso les llama mafiosos?

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Más allá de la historia, cuando Buganza compara a Fidel y Miguel Ángel “como iguales, lo mismo, no hay diferencia”, alerta a la población electoral de estar frente a unos mafiosos.

Tan mafiosos que Miguel Ángel denunció que Fidel era el Zeta 1.

Pero, bueno, son momentos de histeria electoral, cuando, y por ejemplo, Renato Tronco llama prostituto político a Buganza y Gonzalo Guízar Valladares lo denomina sicario político.

Sería el mismo caso, por ejemplo, de Juan Antonio Nemi Dib cuando llamó hijo de la chingada al doctor Fernando Benítez Obeso, secretario de Salud.

Y cuando Javier Duarte llamó enanos políticos a Daniel Galindo Moreno y Aldo Vázquez por descarrilar a Ana Guadalupe Ingram como candidata a diputada federal.

En fin, la vida política se está moviendo, y mucho más cositas habrán de verse. Es tiempo de sorpresas y de sacar la ropa al tendedero, con tal de quedarse con el manejo de los cien mil millones de pesos de presupuesto anual del gobierno de Veracruz, más el diezmo y el doble diezmo, más los negocios lícitos e ilícitos al cobijo del poder público.