- El negocio del Túnel Sumergido
- Chocaron SEGOB, SIOP y Contraloría
- Mochada de $450 millones
Luis Velázquez
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Gerardo Buganza Salmerón, en la secretaría de Infraestructura y Obra Pública, quiso enderezar el caso del Túnel Sumergido, iniciado durante la administración del gobernador Miguel Alemán Velasco y Tomás Ruiz González, director de BANOBRAS; el banco que otorgó el préstamo correspondiente.
Entonces, habló con su director jurídico, Emeterio López Márquez, y semanas después la SIOP de Buganza interpuso una denuncia penal ante el Fiscal General de nueve años, Luis Ángel Bravo Contreras, primero, contra sus antecesores en la entonces SECOM por el caso del Túnel Sumergido, y segundo, contra 35 constructoras que con toda la impunidad del mundo habían recibido fondos para obra pública, y sin aplicarlos, sin duda, bañándose en tina para salpicar.
Incluso, y hasta donde se sabe, si se sabe bien, Buganza viajó a España, sede de una compañía constructora encargada del Túnel Sumergido (la otra es mexicana, avecindada en Coatzacoalcos) para así negociar la parte pendiente de concluir; pero, además, ajustar cuentas con la empresa española en el atraso e incumplimiento de la obra.
Tal cual, los hechos y las circunstancias se vinieron encima y Buganza, ni hablar, fue convocado por el jefe máximo para regresar a la Secretaría General de Gobierno, al mismo tiempo que ante Javier Duarte cabildeaba el sucesor en la SIOP, recomendando a Tomás Ruiz González, el titular de SEFIPLAN… que renunció y en donde a la fecha van seis.
No obstante, congruente consigo mismo, principios y valores que rigen su vida privada y pública, Buganza solicitó al jefe máximo le permitiera seguir manejando el caso del Túnel Sumergido hasta las últimas consecuencias.
Entonces, el gobernador envió una iniciativa de ley al Congreso para que la petición fuera cumplida y Buganza siguiera al frente de tal encomienda.
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Ya en la SEGOB, semanas después, Buganza sintió, por un lado, la frialdad del Fiscal General que ocho, nueve, diez meses después, ningún avance de la denuncia penal en contra de los ex de la SECOM y de los dueños de las compañías constructoras.
Pero, de igual manera, el frío de Tomás Ruiz González que por la libre cabildeaba otra salida al Túnel Sumergido.
Y más, por lo siguiente:
En su viaje a España, Buganza logró que la empresa a cargo del Túnel Sumergido devolviera, más o menos, el 30 por ciento del dinero que le habían otorgado para la obra correspondiente.
Y he aquí que, de pronto, el humo blanco que llegaba desde España y desde la SIOP de Tomás Ruiz iba en contra de tal cabildeo y gestoría y hechos y resultados.
Cauto, prudente, frío, muy frío, sereno, Buganza detectó el movimiento del humo blanco y lleno de cordura pidió al jefe máximo ser retirado del caso del Túnel Sumergido, como quedó expreso en un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial donde la tarea pasaba al titular de la SIOP, el exnovio de la actriz Ana de la Reguera, quien se hizo famosa con la serie “Capadocia”, donde luce todo su esplendor.
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Tal cual, la jugada fue cambiada, y entonces, apareció al bat Carlos Slim Helú, llamado por la SIOP de Ruiz González el mayor inversionista del mundo.
Y, bueno, según las versiones, Tomás Ruiz, quien ahora sueña y se promueve con la candidatura priista a gobernador, cabildeó con la empresa española y con Carlos Slim y Slim Helú quedó a la postre con el Túnel Sumergido, favorecido con un hecho inédito en el mundo cuando le entregaron la concesión por 45 años, y lo peor, con libertad tarifaria.
La SIOP habría exonerado a la empresa española a cambio, digamos, de una mochada, pues devolver el 30 por ciento del dinero público que le habían entregado significaba una pérdida millonaria.
Y, por tanto, y según se afirma (lo que uno se resiste a creer) la mochada habría sido de 450 millones de pesos.
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Así los hechos, fue entonces cuando, según las versiones, y para amarrarse el dedo, Tomás Ruiz González tenía pruebas de lo que él llamaba la corrupción de Buganza y las entregó al jefe máximo.
Pero, además, resulta extraño, raro y curioso, que en los mismos días el contralor Ricardo García Guzmán también acusó a Buganza ante el gobernador por presuntos trastupijes con el Túnel Sumergido.
Y García Guzmán se prestó al juego, porque desde el inicio de la primavera, en los días previos al destape de los candidatos a diputados federales, en una junta cumbre Buganza se opuso a que el PRI lanzara como candidato a legislador federal por el distrito de Pánuco a Ricardo García Escalante, hijo del contralor, presidente municipal de Pánuco, famoso por su pertenencia a la banda de Los Porkys, asesinos de un estudiante en Xalapa, y a quien Buganza ligó con los malosos.
Y, bueno, según las versiones, cuando en aquella junta cumbre le pidieron a Buganza las pruebas de inmediato las presentó.
Entonces, el contralor, quien tiene un hígado especializado en el resentimiento y el odio, contaba las horas de vengarse de Buganza.
Y el momento, según él, habría llegado empatado con Tomás Ruiz y teniendo como pretexto el Túnel Sumergido.
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Tomás Ruiz y García Guzmán, unidos en contra de Buganza, el jefe máximo lo llamó a cuentas.
Y Buganza contó su verdad con las pruebas en la mano.
Y desde entonces, Buganza es el político más feliz del sexenio duartista…