Por: Jesenia Marcel
El gobernador Javier Duarte de Ochoa parece estar viviendo el peor momento en el final de su administración, ya que por las deslealtades y traiciones que ha comenzado a percibir por parte de algunos miembros de su gabinete y excolaboradores con quiénes incluso llegó a establecer fuertes lazos de amistad y hasta de complicidad.
El Jefe del Ejecutivo del estado habría dejado de confiar plenamente en sus titulares, por lo que a espaldas de éstos últimamente estaría tratando en privado con funcionarios menores, pero de mayor confianza, determinando asuntos de su interés sobre los que exige total discreción.
Una de estas situaciones se vendría dando en la Contraloría General del Estado, dónde el titular Ricardo García Guzmán habría dejado de ser confiable para Duarte desdé que el contralor y su hijo Ricardo García Escalante, actual presidente municipal de Pánuco, no lo acompañaron hace 17 días a la Fiscalía General para presentar, rodeado de otros funcionarios, alcaldes y diputados locales y federales, una denuncia penal por enriquecimiento ilícito en contra del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares.
Pero las ambiciones reeleccionistas de la familia García Escalante han comenzado a generar descontento entre los militantes del partido blanquiazul e inclusive del PRI, quienes en la pasada elección no apoyaron al priista Héctor Yunes sino al de la alianza PAN-PRD.
El diputado local Joaquín Guzmán Avilés, otro de los operadores políticos y hombres fuertes de Yunes Linares, encabezó una reunión en esa zona huasteca para tratar temas y acordar proyectos que detonen el desarrollo de la región norte de Veracruz.
Los panistas están manejando un doble discurso, pues los supuestos acuerdos que traería Enrique Pérez con el contralor duartista parecen diferir de lo asegurado por Guzmán Avilés. Sería el mismo caso del extesorero de la Sefiplan y exoficial Mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, Vicente Benítez González, diputado electo por San Andrés Tuxtla, quien presuntamente ya habría tenido acercamientos con el equipo de Yunes a través de Enrique Pérez, muy allegado a su familia materna, y de Valentín Arrieta San Román, su ex secretario particular en la SEV y cercano a los hijos de Yunes.
El priista, que está por llegar a la LXIV Legislatura por el Partido Nueva Alianza, al parecer no resistió la presión mediática que activaron en su contra por un reportaje de una televisora de Costa Rica, Teletica, que le descubrió nueve propiedades en Centroamérica, a nombre suyo y de su esposa Mariela de los Ángeles Núñez, de nacionalidad costarricense.
En conferencia de prensa, Yunes dijo que pediría al fiscal general Luis Ángel Bravo Contreras que actuará contra Benítez.
Sin embargo, luego de esa declaración, extrañamente el gobernador electo no ha vuelto a ocuparse del exfuncionario duartista, cuyo caso, sospechosamente, ha pasado a segundo término por la filtración de las propiedades inmobiliarias en Texas de Arturo Bermúdez Zurita, cuya renuncia a la Secretaría de Seguridad Pública se atribuyó el virtual gobernante panista.