sábado, mayo 10, 2025

EL PODER DE LA VERDAD

POR: MARY GARCIA

En nuestro país pasan cosas actualmente para lo cual no estábamos preparados, crisis política, social, económica, que nos provocan desasosiego, miedo y depresión, esto lo vemos reflejado en los comentarios que la gente hace en reuniones, a través de redes sociales, a través de medios de comunicación, e incluso en la calle vemos rostros que denotan incertidumbre, pero si analizamos lo que hoy vivimos debemos tomar conciencia y ser honestos con nosotros mismos, el mexicano promedio teme o evade su propia responsabilidad en los problemas que le aquejan, es común que cuando vivimos un conflicto busquemos culpables antes de aceptar nuestra culpa, y en lo que hoy sucede a nivel nacional tenemos una gran responsabilidad, hablo de la sociedad en general.

Es demasiado fácil echarle la culpa de todos nuestros problemas a los gobiernos, es lógico, son quienes están al frente y su deber es cuidarnos, darnos un estado prospero verdad?, eso es lo que pensamos, pero no es la realidad, porque aunque los gobiernos tienen el deber de representarnos, de velar por los intereses del pueblo, de cuidar que haya orden social, de hacer prevalecer el Estado de derecho y cuidar que se protejan las garantías que establece la Constitución, no es su deber formar hombres y mujeres útiles a la sociedad, ese deber es de nosotros, ese deber es de los padres y madres mexicanos.

Si bien es cierto que dentro de los gabinetes de los distintos órdenes de gobierno existen hombres y mujeres corruptos, y esto daña la prosperidad de la nación, también es cierto que esas personas fueron criadas por padres mexicanos, y esa falta de valores vienen de casa, porque un hombre con valores bien cimentados no es fácil de manipular o caer en la tentación de cometer lo que sabe es un delito.

Eso hablando de delincuentes de alcurnia, pero si nos vamos a la clase media, o al medio que hoy se encuentra en extrema pobreza, las cosas se ponen peor, porque si no enseñamos valores a los niños, y aparte de ello, las circunstancias de extrema necesidad los empuja al delito, se convierten en presa fácil del mal que hoy nos aqueja.

Si empezamos por aceptar nuestra responsabilidad en lo que hoy sucede en el país, y comenzamos a cambiar nuestro esquema de educación a los hijos, podremos cambiar el futuro de las próximas generaciones, pues esos hombres y mujeres que hoy están al margen de la ley, un día fueron niños, fueron sanos de mente, no nacieron siendo malos, tenían sueños, ganas de vivir, y si hubiesen contado con unos padres amorosos que les inculcaran amor y respeto al prójimo, amor al trabajo honrado y sobre todo el sentido de la responsabilidad y el valor que tiene la vida, hoy estaríamos contando otra historia, al menos el daño fuese menor.

La tecnología nos ha traído cambios positivos pero también nos ha arrebatado la inocencia de nuestros niños, a través de imágenes cargadas de violencia en forma de juegos, así mismo ha separado a las familias, que aun viviendo en la propia casa, hay lejanía, pero eso también es porque nos ha quedado grande lo que llamamos prosperidad, no hemos sabido manejar los instrumentos que se han inventado para agilizar y hacer más fáciles la vida, en lugar de ello, nos hace falta tiempo, y nos acerca a las personas que están lejos, pero nos aleja de las personas que tenemos cerca, que son al final de cuentas las que deben tener prioridad en nuestras vidas.

De qué sirve hoy tener más dinero, porque padre y madre trabajan y hay dos sueldos, si los juguetes caros, buena comida, casa y coche de lujo, no le dan a los hijos lo más importante que requieren para su formación como seres humanos, de que sirve decir que debemos forjar un futuro para ellos, si se pierden de los momentos más hermosos que es la niñez, y que tarde o temprano se convertirá en un reproche.

En conclusión, no es el Gobierno nuestro problema, somos nosotros, si educamos correctamente formando seres humanos positivos, útiles a la sociedad, inteligentes, responsables, mas humanos, vamos a cambiar el rumbo, porque la violencia genera más violencia, y es un círculo vicioso del cual no se sale fácilmente, y estos seres que hoy formaremos serán los gobernantes y los votantes del mañana.

Ahora, si queremos que el cambio se agilice, podemos ayudar al vecino, a las amigas, a compañeros de escuela, del taller, del trabajo, del salón de belleza, platicando del tema, transmitiendo el mensaje para que  actúen en consecuencia, porque es ahora o nunca, o preparamos a niños y jóvenes con amor para  vivir en paz, o con violencia para defenderse en la guerra.

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