domingo, diciembre 22, 2024

Línea Caliente

Cartas de Peña: Meade y Pepe Yunes

Por Edgar Hernández*

Para quienes están ciertos que los recientes cambios en el gabinete solo benefician a la causa del “Grupo Hidalgo”, el resurgimiento de Carlos Salinas, o que en el rebote se los va a comer Manlio Fabio Beltrones, deberán ir más a fondo en la observancia del ajedrez político.

No se tratan de cambios cosméticos, tampoco de una especie de gatopardismo al estilo peñista.

Habría que considerar en primer término que entre Osorio Chong y Videgaray sale ganando el segundo con la incorporación de Nuño a la SEP y el ascenso de José Antonio Meade a la Sedesol.

Y en el juego sucesorio, tanto el federal del 2018 como en el veracruzano del 2016, las fortalezas y alianzas giran en favor de José Francisco Yunes Zorrilla.

Aun así no se pude dar por muerto a Héctor Yunes Landa en razón de que si la tendencia peñista se inclina por favorecer la candidatura estatal a quien vaya arriba en las encuestas entonces habrá que pensar en un cierre de fotofinish entre Pepe y Héctor.

Ambos están a décimas de diferencia.

Por tanto para la víspera del destape, que habrá de sucederse después del 15 de noviembre, el presidente Peña Nieto permitirá que factores de poder opinen y propongan, que sus cercanos le dibujen el escenario que garantice la permanencia del PRI en Los Pinos.

Y eso sucederá cuando el grupo Beltrones, acaso de la mano del “Grupo Hidalgo” con Miguel Angel Osorio Chong a la cabeza, opinen en favor de Héctor y por lado el gran elector escuche la propuesta del grupo Videgaray en favor de Pepe.

En los hechos Videgaray, Meade y Nuño apuestan por Pepe.

Lo del peroteño responde a una estrategia de grupo rumbo a la sucesión presidencial en donde como se ha dicho van por el 2018, colocando su primera estación de poder en Veracruz en el 2016 con Pepe a la cabeza.

En el escenario, sin embargo, no se puede dejar de observar cómo se mueven otros actores políticos.

Para Andrés Manuel López Obrador, dirigente de Morena e identificado como el principal adversario del peñismo, “ni siquiera se puede hablar de gatopardismo” porque deja a los “intocables”: Osorio, Videgaray y Ruiz Esparza, “el zar de los contratos”.

El Peje observa pues que los enemigos a vencer siguen al lado de EPN y que para Veracruz, segunda reserva electoral, la estrategia sería horadar la fuerza priista alcanzando una alianza con Dante Delgado Rannauro, quien tal vez sí, tal vez no juegue en función de la grave enfermedad que padece en la garganta misma que lo tiene postrado.

Los “morenos” podrían pues aliarse con quien aún conserva fuerza política en Veracruz para lanzar a Cuitláhuac García Jiménez, la sorpresa de Xalapa, que ganó la diputación federal sin mover un dedo. Ganó la fuerza de López Obrador.

En otro sentido está el juego del PAN en donde la apuesta por Veracruz está en favor de Juan Bueno Torio, más que por Miguel Angel Yunes Linares, quien sueña en llevar a la cárcel a Fidel Herrera y Javier Duarte por la vía del juicio político.

Bueno Torio es fajador, de pelea, con dinero, respaldo ciudadano y todo para ganar en el marco de la creciente irritación veracruzana contra el PRI-gobierno.

Pero bueno, siguiendo con el análisis nacional, otros mencionan que sale ganando el Grupo Atlacomulco, en una nueva alianza con el ex presidente Carlos Salinas. Así explican el ascenso de Claudia Ruiz Massieu a la cancillería.

Y si es así, regresando al posicionamiento, Héctor gana.

Sin embargo, frente a la perspectiva de la sucesión presidencial, Peña Nieto no mueve a sus dos principales precandidatos Videgaray y Meade, sólo incorpora a Aurelio Nuño, considerado el jefe de la “triada” de Los Pinos (junto con Videgaray y Osorio) a una secretaría compleja y muy delicada como la SEP, y a José Antonio Meade a Sedesol, ambos son aliados de Videgaray.

José Antonio Meade, economista y abogado, es la sorpresa de los cambios. Algunos ya lo perfilan como “presidenciable”, otros lo ubican como el operador presidencial de Videgaray y hay quienes lo colocan como el más fuerte pial de Nuño.

En cualquiera de las interpretaciones Pepe Yunes gana.

Pepe y Meade son amigos, aliados, excompañeros de aula y hoy una fórmula para aliviar las tribulaciones que aquejan a Veracruz.

El circuito de poder pues, se cierra al tomar cartas en el rescate de Veracruz, Luis Videgaray, quien le apuesta a la reestructuración de la deuda, así como a la inyección de recursos para salvar lo que resta del año (no se tiene ni para pagar la nómina) con 5 mil millones de pesos y en paralelo Meade apoyar el alivio ciudadano con dinero fresco proveniente de la Secretaría de Desarrollo Social.

Llegará dinero, pero etiquetado.

Nadie podrá meter la mano al dinero antes del que llegue al destinatario final, tampoco podrá desviarse a otras prioridades, ni meterse en la malhadada “licuadora”.

El centinela de esos recursos será justamente José Francisco Yunes Zorrilla, a quien hubiera gustado trabajar por Veracruz un periodo sexenal, pero no será así. Será un bienio para después continuar su carrera política al lado del grupo que hoy sueña con suceder a Peña Nieto.

Tiempo al tiempo.

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