Escenarios

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  • De Luis Echeverría a Xóchilt Osorio 
  • El arte de cantinflear en política 
  • Pónganse, señores, un zípper 

Luis Velázquez

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A la tercera secretaria de Educación de Veracruz, SEV, profesora Xóchilt Osorio, le estaría dando la misma necesidad fisiológica que a Luis Echeverría Álvarez de hablar sin ton ni son, luego de que durante tantos años de su vida burocrática ambos permanecieran en las sombras, sin pasarela ni micrófono enfrente.

Cierto, en su libro El estilo personal de gobernar, el historiador Daniel Cosío Villegas, un clásico de la política, analiza la diarrea verbal que Echeverría padeció apenas ungido candidato priista a presidente de la república y que, incluso, llevara a Gustavo Díaz Ordaz a repensar la posibilidad de enfermarlo, y más luego de su discurso en la universidad nicolaíta cuando solicita un minuto de silencio por los muertos del 68, que tanto enfureciera al ejército.

Ungido en Los Pinos, apenas veía a unos 50 personas reunidas a su alrededor de inmediato se arrancaba con una de sus peroratas hablando a diestra y siniestra, sin un orden lógico.

Tal cual está pasando a la tercera titular de la SEV, quien desde el sexenio de Miguel Alemán Velasco, mínimo, permaneciera en las sombras de la dependencia, incluso como subsecretaria, pero sin juego político ni tampoco discursivo.

2

El lunes 17 de agosto, la titular de la SEV presidió una ceremonia con los bachilleres del COBAEV, en Xalapa, donde entre otras cositas, cuando se dirigió a la población estudiantil les dijo que estudiaran mucho, porque entre ellos quizá, acaso, estaría el futuro gobernador o gobernadora de Veracruz, el futuro secretario de Educación, el futuro diputado local o federal.

Es decir, el mesianismo populista, demagógico, ramplón y barato, cuya esencia discursiva puede encontrarse en el manual del orador del Toast Master, donde Adolfo Mota fue campeón internacional.

Quizá la secretaria tenga una bolita de cristal para vislumbrar el futuro profesional y político que espera a tales chicos; pero, bueno, en el Veracruz sórdido, turbulento y revolcado que vivimos suena tanto a utopía como acelere.

Más aún, a lugares comunes de la perorata.

Desde luego, nadie pudiera descartar, por ejemplo, que así como Luis Donaldo Colosio llegó a candidato presidencial porque de niño saludó al presidente Adolfo López Mateos en palacio nacional.

Y así como Bill Clinton, el presidente de Estados Unidos de las travesuras sexuales en la Oficina Oval, también estrechó la mano de su ídolo, John F. Kennedy en la Casa Blanca, y desde entonces soñó con la presidencia, también, digamos, la profecía de la titular de la SEV constituye una sorpresa para los alumnos del COBAEV.

Pero así como luego de Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines nunca, jamás hemos tenido gobernadores en Veracruz que brincan a Los Pinos, tampoco pudiera abrigarse tal posibilidad.

Y menos, mucho menos, cuando la calidad educativa de Veracruz está en el sótano.

Y más cuando se recuerda que 650 mil personas de 14 años de edad en adelante son analfabetas.

Y que un millón de paisanos tienen escuela primaria inconclusa.

Y otro millón, secundaria incompleta.

Y 600 mil, bachillerato a medias.

Tal cual, la probabilidad de que entre los bachilleres del COBAEV exista un futuro gobernador y/o un titular de la SEV y/o un diputado, se reduce a un dígito.

De algún modo se está reproduciendo el mismo discurso vacuo que otros duartistas han procurado.

Por ejemplo, Marcelo Montiel Montiel, secretario de Desarrollo Social, anunciando que descubrió el secreto económico para sacar de la pobreza y la miseria a los indígenas con el programa de una estufita ecológica, un pisito ecológico y un techito ecológico en Mixtla de Altamirano.

Alberto Silva Ramos, sucesor de Montiel Montiel en la SEDESOL jarocha, asegurando que en tres años del duartismo sacaría de la pobreza a dos millones de paisanos.

El Fiscal General, Luis Ángel Bravo Contreras, diciendo que apenas tomó posesión los carteles huyeron temerosos de Veracruz a regiones montañosas de otras entidades federativas.

Juan Antonio Nemi Dib, mentándole la madre al doctor Fernando Benítez Obeso, sucesor en la Secretaría de Salud.

Flavino Ríos Alvarado, secretario General de Gobierno, asegurando que de los 18 trabajadores de la información asesinados en Veracruz, en tres casos se han esclarecido los crímenes, cuando, caray, en los tres casos (Regina Martínez, Moisés Sánchez y Gregorio Jiménez) los asesinos están prófugos.

Por eso, y ante “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” como asegura el senador Pepe Yunes, lo mejor es que el gabinete legal se ponga un zíper y se faje dando resultados en la tarea de gobernar y ejercer el poder.

Los duartistas se han excedido hablando cuando el único aval de un político son los hechos y los resultados.