•Lodazal yunista

•Denuncias penales

•Venganza Morenista

Por Luis Velázquez

UNO. Lodazal yunista

Si Veracruz es un tiradero de cadáveres, el lodo que está cayendo sobre la yunicidad pareciera el peor lodazal del mundo.

Y si Yunes Linares fue implacable contra las presuntas y manifiestas pillerías de Javier Duarte y los suyos, ahora, el góber jarocho de AMLO y el gabinete legal y ampliado están encargados de proyectar a uno de los peores gobiernos.

Un año y dos meses y medio después de tomar posesión, el sexenio marrón y guinda ha creado y recreado el peor descrédito sobre el bienio azul y como todavía por delante restan 4 años y nueve meses y medio tienen demasiado espacio y tiempo para abonar el desprestigio.

Por el momento, solo han encarcelado a ex funcionario de la secretaría de Finanzas y Planeación, pero andan prófugos de la justicia, “a salto de mata”, muchos más.

Y lo peor:

Igual que en la yunicidad los duartistas andaban con el alma en la mano, temerosos de dormir en el penal de Pacho Viejo, ahora, todo indica, los yunistas están igual o peor.

DOS. Muchas denuncias penales

En la cancha pública hay denuncias penales y acusaciones en contra de los titulares y subalternos de las secretarías de Educación, Salud y Seguridad Pública.

Y en contra de la Contraloría y de la Oficina del Programa de Gobierno.

Y en contra de la Comisión de Agua de Veracruz.

Y en contra de treinta organismos públicos descentralizados.

Y en contra de la dirección de Comunicación Social.

Más las que sigan acumulándose de aquí en adelante.

La historia se está reproduciendo, y más ahora con MORENA en el palacio, la MORENA cuyo líder máximo, AMLO, vive obsesionada con la honestidad y la austeridad y el ajuste de cuentas y la exhibida de los políticos antecesores, acusados todos de pillos y ladrones.

Y más, en el caso de Yunes Linares, uno de los tres políticos más odiados por el Obradorismo, pues los otros dos son Carlos Salinas y Vicente Fox.

El ajuste de cuentas contra Yunes Linares, más que provenir del góber jarocho de AMLO, tiene o tendría el sello característico de Andrés Manuel López Obrador.

Y más porque AMLO es hijo de un veracruzano, y por tanto, hasta derecho político tiene para soñar con la gubernatura de Veracruz en el año 2024, de igual manera como con la gubernatura de Tabasco.

TRES. Venganza morenista

Muchos meses después, Javier Duarte sigue declarándose inocente, con todo y que le dictaron 9 años de cárcel y según el trascendido que un juez federal le bajó la condena por órdenes de Enrique Peña Nieto.

Además, los funcionarios duartistas presos en el penal de Pacho Viejo donde estuvieron, ahora liberados, siguen declarándose ángeles de la pureza.

Ahora, los yunistas también se proclaman víctimas del sexenio marrón y guinda y hablan de una venganza.

Y allá que la autoridad decida y que los yunistas se defiendan de igual manera, digamos, como los duartistas se defendieron del ex gobernador panista.

Pero en la percepción ciudadana y con todo y el tiradero de lodo sigue multiplicándose una mala vibra.

Segundo, y en todo caso, de unas elites políticas que desean legitimarse acusando de pillos a sus antecesores y encarcelando a uno que otro.

Tercero, del ejercicio del poder con sentido patrimonialista para enriquecerse hasta donde sea posible desviando el dinero público.

Y cuarto, del riesgo de la impunidad total.

Desde hace muchos años, la política es así. En Veracruz empezó con Agustín Acosta Lagunes cuando encarcelara a gente de don Rafael Hernández Ochoa y en el país cuando fue destituido por corrupción el ex gobernador de Chihuahua, Óscar Flores Tapia.