viernes, abril 19, 2024

Expediente 2019

Muchas traiciones
Luis Velázquez

10 de septiembre de 2019

Javier Duarte sigue purificándose. Pero en su ascensión, igual que los fanáticos de la fe religiosa, se inmola y latiguea. Y confirma la tesis universal de que la política es sucia. Muy sucia. Demasiado sucia. Como por ejemplo, su confesión de que en su tiempo pactó todo y con todo con Miguel Ángel Yunes Linares, el autor de que esté preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México condenado a 9 años de prisión.
Primero, quiso exonerarse con llamadas telefónicas a los medios, exclusivas, declaraciones y hasta invitaciones a comer a un reportero en el penal. Ahora, publicó un artículo intitulado «El PRI azul» y en donde «salió peor el caldo que las albóndigas».
Una: revela que como gobernador llevó a Yunes con Enrique Peña Nieto, candidato presidencial, y pactaron, con todo y que Yunes era el promotor de la candidata panista, Josefina Vázquez Mota.
Dos: dice que a partir del momento Yunes operaba para Vázquez Mota, pero pasaba todas las coordenadas de la campaña electoral panista al búnker peñista a través de su antiguo amigo, Miguel Ángel Osorio Chong, ambos diputados federales bajo la batuta de la profe Elba Esther Gordillo, y a quien ambos, dice, traicionaron.
Tres: asegura que cuando Peña Nieto triunfó en las urnas, el primer favor a Yunes Linares fue asignarle 35 policías federales como sus escoltas y escoltas de su familia.
Cuatro: revela que Yunes le pidió lo ayudara para que Fernando Yunes Márquez fuera elegido Senador de la República porque Julen Rementería del Puerto estaba muy fuerte y lo podía desbarrancar.
Pero, además, se volvería un peligro para quedarse con la candidatura panista a gobernador en el año 2016.
Cinco: deja claro que Yunes y sus hijos traicionaron al PAN desde que, además, el primogénito era coordinador estatal del programa social «Oportunidades» y trabajaron a favor de Peña Nieto. Y por tanto,  «traicionaron a Felipe Calderón con su propio programa social».
Seis: si Yunes Linares llegó a la gubernatura se debió, revela Duarte, a un pacto con Osorio Chong, entonces, secretario de Gobernación de Peña Nieto, y por supuesto, con el visto bueno del presidente de la república, a cambio de que Yunes sería promotor político de Osorio Chong para la candidatura presidencial del año 2018.
Es decir, el estercolero puro. La política como un cochinero. Los pactos y acuerdos y componendas por encima de todo. Y aun cuando algunos teóricos dicen que la plenitud de la política son los acuerdos, caray, vale un soberano cacahuate la traición.
Claro, Napoleón Bonaparte decía que la traición es parte consustancial de la política.
Pero ¡qué cochinero!
Simple y sencillamente, da asco. Los políticos son vomitivos dice el profesor Carlos Ronzón Verónica.

TODOS SON TRAIDORES

El artículo de Duarte en un periódico local es la Biblia de las traiciones.
Javier Duarte, traicionando a su partido, el PRI, aliándose con Yunes.
Yunes, traicionando al PAN, aliado con Peña Nieto, a través de Duarte.
Duarte, traicionando a las elites priistas cuando favoreció a Fernando Yunes para senador.
Yunes, traicionando a Josefina Vázquez Mota, la candidata presidencial del PAN.
Yunes, traicionando a Felipe Calderón, cuyo sexenio terminaba buscando enroscarse con Peña Nieto.
Osorio Chong pactando con Yunes para la gubernatura a cambio de que Yunes, gobernador, trabajara por Osorio Chong para suceder a Peña Nieto.
La traición como eje rector, vaso comunicante, de la política.
Nunca la traición en su nivel más alto tanto en la historia local como nacional.
Y lo peor, como decía el filósofo José López Portillo, «los políticos convertidos en unos cínicos».
Todos, traicionándose como la acción más natural del mundo, sin que nadie respingue.
Incluso, y a costa, y como revela Duarte en su texto, el encumbramiento de Yunes Linares desequilibrando de por medio «a la administración estatal que en aquel entonces yo encabezaba para posicionar al yunismo como el único grupo opositor al régimen local».
Y desde luego, «con los apoyos financieros y mediáticos que desde la secretaría de Gobernación (Osorio Chong) brindaban a Yunes Linares».
Es decir, el dinero público desviado con todo y todo para financiar campañas electorales. Y de la oposición.
Así lo escribió Javier Duarte, y si fue necesario que estuviera preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México para contar lo que ha contado, ni hablar, una cosita es vivir refundido en la prisión y otra que mienta.

LA GUBERNATURA DE 2 AÑOS

En otra parte del texto, el ex gobernador preso habla de la modificación constitucional para pasar de 6 años la jefatura del Poder Ejecutivo a dos.
Dice de Héctor Yunes Landa: «Osorio Chong tripuló a Héctor Yunes convenciéndolo en que tuviera un discurso crítico y agresivo contra mí, su argumento era que la única posibilidad de ganar iba a ser si se deslindaba de mí (lo cual era una sandez inmensa ya que mi gobierno y yo representábamos al priismo) al tiempo que le dijo que era su candidato a la gubernatura de Veracruz, lo cual era evidentemente una trampa en la cual ingenuamente Héctor cayó no obstante que yo se lo advertí en repetidas ocasiones».
De Pepe Yunes Zorrilla dice: «A Pepe lo disciplinaron desde el centro, su amigo Luis Videgaray habló con él y con eso tuvo para no insistir más en su aspiración gubernamental en el 2016, le vendieron el 2018, lo que no sabía es que Osorio y Yunes Linares tenían otros planes para esa elección (el chiquiyunes)».
Pero…
Pero en el caso de Pepe Yunes, en aquel cabildeo político y mediático siempre estuvo en contra de la gubernatura de 2 años argumentando su inconveniencia política y económica.
Segundo, su decisión de abstenerse de participar en una contienda de dos años fue cien por ciento personal sin influencias externas, además como dejó constancia en su momento, y desde el principio, en el discurso político.
Incluso, y luego de fijarse su postura decidió con firmeza apoyar a Héctor Yunes Landa como el candidato de dos años para evitar que Javier Duarte impusiera a su candidato.

«ENMIGOS MORTALES» DE DUARTE

Y, bueno, más allá de los juicios de valor de Duarte en su artículo periodístico, dice que a partir del lanzamiento de Yunes Linares como candidato panista, «mi prioridad era mi supervivencia. Sabía que tenía frente a mis dos enemigos mortales (como eran Yunes y Miguel Ángel Osorio Chong) y no tenía a ningún aliado que pudiera hacerles contrapeso».
Duarte, como se recuerda, buscó, cierto, la supervivencia, pero terminó en el Reclusorio Norte, desde donde sigue recordando a la diputada federal, Anilú Ingram Vallines, de quien dice que su grupo político impulsó a Fernando Yunes Márquez para alcalde jarocho, y de «quien es de todos sabido que es gente cercanísima a Miguel Ángel Osorio Chong».

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