Malecón del Paseo

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•Un día de Porfirio Díaz

•León Tolstoi lo glorificó

•Fue un hombre fiel

Luis Velázquez

19 de julio de 2019

EMBARCADERO: El viejito del pueblo dice que a la gente común y sencilla, también a los intelectuales, escritores, novelistas y cuentistas, por ejemplo, les fascina estar cerca del Príncipe, el jefe máximo en el poder político… Así, y por ejemplo, podría entenderse la fascinación que el dictador Porfirio Díaz Mori ejerció sobre el gran novelista ruso, León Tolstoi, considerado el más grande escritor de su tiempo… Tan es así que Tolstoi le escribió una elegía y en reciprocidad, háganos favor, el dictador lo quiso nombrar diputado federal por un distrito de Oaxaca…

ROMPEOLAS: Un día en la vida de Porfirio Díaz era así… A las 5 pm y durante una hora trotaba a caballo en el Cerro de Chapultepec… De 6 a 7 de la mañana, nadaba en la alberca… A las 7 de la mañana, desayunaba cecina y tamalitos, siempre guisados con la sazón oaxaqueña, la única comida que aceptaba… Luego, al Palacio Nacional… Su alimento más fuerte, intenso y nutritivo era el poder… 33 años encaramados en la cima presidencial…

ASTILLEROS: Nunca, sin embargo, se habló de abusos y excesos sexuales del poder, en contraparte, por ejemplo, de su paisano, el político, intelectual y escritor, José Vasconcelos, quien poseía avidez sexual… Además, un hombre pasional, cien por ciento celoso, a tal grado que cuando alguna vez terminara su relación con una damita y ella se cobijara en los brazos de otro, le enviaba cartas al marido donde detallaba las posiciones del Kamasutra que solían practicar… Porfirio Díaz casó con Carmelita, la niña que lo educara en la vida social y le fue fiel…

ESCOLLERAS: El caricaturista Jesús León Toral asesinó a Álvaro Obregón, reelecto presidente de la república, en el restaurante “La bombilla” donde le pegó un tiro y cayó desplomado sobre un plato con mole que había pedido… Era el tiempo de los sinarquistas apasionados jefaturados por la madre Conchita… Porfirio Díaz, en cambio, se perpetuó en el poder movido por su propia gloria, su propia adoración, y por eso mismo, entre otras cositas, siempre aparecía en los actos públicos con el uniforme de militar repleto de medallas y preseas que le habían conferido por sus hazañas en la guerra…

PLAZOLETA: En aquellos tiempos, antes y después de Porfirio Díaz, las ciudades icónicas estaban clasificadas de la siguiente manera… Babilonia, la ciudad del placer sexual… Atenas, el centro de la cultura mundial… Calcuta, la ciudad del dolor… Italia, la ciudad del arte… París, la ciudad del placer fino y exquisito… Y México, la ciudad de la dictadura política… Así, el país se prestigió en el mundo, con todo y que otros “señores de horca y cuchillo” florecieron en otras latitudes geográficas del mundo…

PALMERAS: Por eso la famosa sentencia cívica del “Sufragio efectivo, no reelección” alcanzó dimensión universal… Unos dicen que la frase fue acuñada por Ricardo Flores Magón en el periódico “Regeneración”, tan combativo a Díaz Mori… Otros, que su creador fue José Vasconcelos y luego la adoptó Francisco I. Madero… Incluso, en gratitud, Madero le ofreció la subsecretaría de Justicia, pero político ambicioso, Vasconcelos la rechazó… Años más tarde, cuando Porfirio Díaz ya estaba exiliado y Madero asesinado, el presidente Álvaro Obregón nombró a Vasconcelos secretario de Educación… Y aun cuando nunca en su vida impartió clases en el salón escolar, todo mundo llamaba “maestro” a Vasconcelos… Incluso, llegaron a decirle “el maestro de América”, grandeza de un hombre con una inteligencia incandescente, igual que Napoleón Bonaparte, ambos de estatura baja…