lunes, mayo 13, 2024

Expediente 2017

Rebatinga priista

Luis Velázquez

Nadie en Veracruz defiende a Javier Duarte. Ni a los duartistas. Ni los mismos priistas. Ni siquiera, vaya, Fidel Herrera Beltrán, quien le dio todo, absolutamente todo. Secretario particular, subsecretario y secretario de Finanzas. Diputado federal y gobernador. Por encima, incluso, de quienes más lo merecían en un sistema político monárquico, digamos, como Ranulfo Márquez y Antonio Benítez Lucho.

Y es que por su culpa, el PRI está en la ruleta rusa. Y en caída libre. Un priista lo dice así: de las 212 presidencias municipales apenas, apenitas, ganaremos unas 40. Y alcaldías chiquitas.

Y no obstante, la soberbia y la ambición persiguen a una parte de la elite tricolor. A seis días, por ejemplo, de vencer el plazo para el registro de los candidatos, en el puerto jarocho lo siguen buscando, Diógenes con su lámpara. El eslabón perdido.

Y aun cuando la Yunicidad sigue obsesionada, y más que lo será, con encarcelar a los duartistas, los tricolores jarochos aprovechan todo para colgarse de la ubre presupuestal.

Por ejemplo: Lorena Martínez, la delegada del CEN del PRI, pronto registró la fragilidad humana, política y moral de todos y cada uno del llamado “G50”, 50 priistas jarochos, y los tentó. Y cuando fue planteada la posibilidad de que el panista Francisco Ávila Camberos fuera el candidato externo a la presidencia municipal, y antes, mucho antes de que todos se fueran a su yugular, les ofreció una que otra de las delegaciones federales para que entre ellos se las repartieran.

Así, sintió y pensó, estaba segura de que los apaciguaría en su carnicería despiadada e inclemente.

Es más, según las versiones, Lorena Martínez cambió barajitas con el delegado federal de la secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong (MAO le llama su Barbie jarocha), el defeño Ángel Isaac Ochoa, miembro del legendario grupo porrístico del Politécnico conocido como “los Johnny”, y pactaron.

Pactaron así que a cambio de apoyar sin reservas a Francisco Ávila serían ungidos delegados.

Unos, en la fiebre política, revisaron las delegaciones. Primero, se fueron por las que por ahora están desocupadas. Migración, Conagua, Educación y Trabajo, cuyos titulares, Dionisio Pérez Jácome y Francisco Mora, “tiraron la toalla” porque ni siquiera les enviaban recursos para comprar el papel sanitario.

Luego, se fueron a las delegaciones ocupadas.

Y cuando la misma delegada del CEN del PRI elaboraba con su propio puño y letra la lista de las delegaciones a cambiar, la primera en ser anotada fue Elizabeth Morales, quien de la Profeco pasaría, mejor dicho, fue reubicada en el ISSSTE, la mismita que dejara Renato Alarcón para usufructuar la presidencia del CDE del PRI.

Pero…, entonces, alguien por ahí deslizó el nombre de Felipe Amadeo Flores Espinoza.

–No lo podemos dejar fuera, dijo.

Y luego de revisar el mapa de las delegaciones, se les hizo fácil decir que sería acomodado en la delegación federal del IMSS.

EL PRIISTA QUE CHAQUETEÓ AL PARTIDO

Las tribus rojas empezaron, pues, a reencontrarse pensando en las delegaciones. Estaban seguros de que Ávila Camberos aceptaría la nominación. Y si ganaba o perdía era otro cantar. Ellos tendrían espacios suficientes para acomodarse y reubicar a los suyos.

De pronto, se les atravesó Fidel Herrera Beltrán.

Primero, soñando con imponer a su hijo, el diputado federal, Javier Herrera Borunda, como candidato a la alcaldía para enfrentar, derecho, derechito, a Miguel Ángel Yunes Linares con su hijo Fernando.

Pero las hordas se impusieron y lo tumbaron.

Entonces, el fogoso reaccionó con furia y cabildeó a favor de su exsocio, o socio todavía, Antonio Sierra.

Según versiones de Ranulfo Márquez, el fogoso aceleró a Gustavo Sousa, su carnal putativo, para tumbar a Francisco Ávila y favorecer a Sierra.

Pero según el CDE del PRI, Carolina Gudiño presionó a Fidel para tumbar a Toño Sierra.

En tales días revolcados, cuando la candidatura se les enredó tanto, un enviado especial tocó la puerta edilicia de Ramón Poo Gil y le dijo que el CEN le expresaba toda su confianza para elegir al candidato.

Pero Poo Gil reaccionó con furia. Y dijo:

“Yo convencí a Paco Ávila para que fuera el candidato externo del PRI. ¡Pero los grupos priistas me torpedearon. ¡Y ahora ni madres! ¡Busquen ustedes a su candidato!”.

Incluso, el delegado federal de la SEGOB, apodado “Mister Simpatía”, reaccionó con sorpresa y dijo:

“¡Ramón Poo está chaqueteando al partido!”.

ADIÓS… DELEGACIONES FEDERALES

Derrumbado Ávila Camberos, el “G 50”, integrado, dicen, por 50 priistas jarochos, aun cuando unos dicen que ni a la mitad llegan, se quedaron sin caballo a la mitad del río.

Adiós, delegaciones federales… para todos, a excepción de Elizabeth Morales, cuya mansión en Xalapa se la prestó a su alter ego, Lorena Martínez, para vivir en estos días como enviada especial del CEN del PRI y cuyos vasos comunicantes llegan, por cierto, a la secretaría de Gobernación.

Incluso, hasta Felipe Amadeo Flores Espinoza quedó vestido y alborotado. Y lo peor, sin deberla ni temerla, porque anda en su rancho, “La chicharra”, con experimentos genéticos para exportar becerritos a Estados Unidos.

LA LISTA NEGRA EN UN WHATSAPP

El sábado 1 de abril (casi día de san Francisco (de Ávila Camberos), en un salón de fiestas frente al aeropuerto de “El lencero”, en Emiliano Zapata, llamado “Las cúpulas”, las cúpulas priistas festejaron el cumpleaños de Mr. Simpatía, el delegado federal de la SEGOB, Ángel Isaac Ochoa.

La pachanguita, a base de iguana en barbacoa y cochinito a la cubana, fue un desorden. Más de dos horas después ni había comida ni tampoco alcohol y la primavera ardiente… del carajo.

Además, citados a las 14 horas, Mr. Simpatía llegó 150 minutos después y la delegada, Lorena Martínez, acompañada de Elizabeth Morales, llegó 180 minutos más tarde, con una sonrisita, como si nada.

Y cuando empezaron a llegar los tamalitos de barbacoa de iguana y las bebidas, Mr. Simpatía miraba en su WhatsApp la lista de puño y letra de Lorena Martínez con los delegados federales que todavía, digamos, podrían cambiar si se considera que hay varias en el limbo.

Entonces dijo al de junto:

“La delegada no manda, mando yo”.

El caso es que los priistas jarochos quedaron alborotados, porque ni siquiera, vaya, pudieron entronizar a Flores Espinoza como delegado en el IMSS en vez de Antonio Benítez Lucho.

Y lo peor, que a seis días de vencer el registro continúan sin candidato a la presidencia municipal y donde ya desde ahora dan un como hecho que el panista Fernando Yunes Márquez será el ganador, pues en MORENA, con Ricardo Exsome de abanderado, la pasión política también está causando estragos.

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