martes, abril 30, 2024

Escenarios 

•Rebatinga por UV

•Claroscuros de Sara Ladrón

•Rocío Ojeda, en la cancha

Por Luis Velázquez

1

Una académica más de la Universidad Veracruzana se ha lanzado al ruedo por la rectoría. Y se ha ido a la yugular de la jefa máxima de las Lomas del Estadio. Derechito y sin rodeos, exaltando los errores y fracasos.

Es Rocío Ojeda Callado, ex directora de la facultad de Comunicación (FACICO). Ex presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas en el duartazgo, el sexenio fatídico, tiempo cuando la doctora Sara Ladrón se le fue encima con todo.

Y lo peor, sin resultado.

Rocío Ojeda, por ejemplo, anunció su candidatura sonando «los tambores de guerra», quizá, porque como dicen, en política la peor enemiga de una mujer es otra mujer.

En tiempo de austeridad, dijo, y en tiempo en que Javier Duarte retuvo el subsidio federal y estatal a la máxima casa de estudios, la rectora autorizó la compra de camionetas y automóviles para su equipo.

Y grave porque, aseguró, las unidades que había en el momento tenían aún larga y extensa vida útil.

«Faltó congruencia» dijo la dirigente estudiantil que fue de la FACICO en el tiempo convulso del porrismo universitario, cuando las pasiones políticas se dirimían a base a madrazo limpio.

Todavía peor: según la candidata a la rectoría, Sara Ladrón ha incurrido en un par de omisiones.

La primera, mal operación de recursos.

Y la segunda, falta de transparencia.

Es decir, opacidad…cuando, caray, en tiempos anteriores era la dependencia más auditada, más transparente, más clara.

«Parece ser, dijo, que a veces no se están manejando todos los procesos académicos de manera transparente y hay funcionarios, según las noticias, precisó, con mal uso de sus influencias y cargos, y lo peor, consentidos por las autoridades superiores».

Busca así Rocío Ojeda ubicarse en el centro de la competencia académica.

Y recurre a tal método, porque ha de estar segura, consciente, de que todos los vientos son favorables a Sara Ladrón para reelegirse.

A, es la rectora en funciones y la autonomía de la UV le permite reelegirse.

B, tiene el presupuesto de su lado para hacer un mejor papel.

C, tiene de su lado a la Junta de Gobierno…, que la eligió y bien puede reelegir.

Y D, tiene de su lado al gobernador, con todo y autonomía, independencia y soberanía, pero cuyo manotazo cuenta…, a favor y en contra.

La competencia se antoja la lucha entre David y Goliat y, bueno, en una de esas, David noquea a Goliat con una pedrada en la cabeza.

 

2

La candidata independiente a la rectoría de la UV pisó otro callo gigantesco, como es la oferta educativa, con el polémico y controvertido MEIF, el llamado método flexible para cursar la licenciatura.

Creado en la rectoría del doctor Víctor Arredondo Álvarez, nació torcido, en donde los horarios de clase en la mayor parte de las facultades fue establecido a favor de los maestros, sin duda, con presiones del FESAPAUV, que ya era dirigente Enrique Levet Gorozpe.

Así, cada profesor modificó su horario de clases a conveniencia y modo, partiendo de que tenían otro trabajo.

Los horarios se volvieron en las facultades (con excepciones admirables que han funcionado a perfección) una pesadilla para el educando, que entre otras cosas, los obliga desde entonces a permanecer en la facultad todo el santo día.

Y más porque son horarios irregulares y anárquicos.

Y lo peor, porque una elevada proporción de alumnos tiene necesidad de trabajar para apoyar en casa con la economía familiar.

Y con tales horarios necesitaron escoger entre la facultad y el trabajo.

Incluso, con imágenes infernales, en que, y por ejemplo, entran a las 7 de la mañana y reciben clases, digamos, hasta las 9 horas.

Después, tienen una o dos horas muertas y otra vez reanudan clase hacia las once de la mañana, y así, todo el día.

Nunca, jamás, dice Rocío Ojeda, la rectora Sara Ladrón se ha sentado a dialogar y negociar con las diferentes instancias, desde el sindicato hasta el cuerpo directivo de cada facultad pensando en el bienestar estudiantil.

«Falta diálogo. Cero acercamiento con la comunidad universitaria» insiste la candidata, quien ha integrado pian pianito, con un bajo perfil, discreto pero efectivo, combativo y guerrillero, a un grupo académico a su alrededor en todos y cada uno de los campus de la UV en el estado de Veracruz.

3

Ojeda Callado se une, por ahora, a un par de aspirantes más a la silla embrujada de la rectoría, a saber, el doctor Jorge Manzo Denes, director del Centro de Investigaciones Cerebrales, quien ya lleva camino andado y hasta una página web tiene en su cabildeo académico, y el maestro Manlio Fabio Cazarín, ex director de la facultad de Leyes de la UV, y quien desde hace ratito está levantando la mano, sin resultado.

Nadie pensaría que se pudiera, digamos, tratarse de un valor entendido para jugar, digamos, a la democracia cenicienta y así Sara Ladrón, la puntera, tenga competidores.

Ni tampoco se desearía pensar que juegan a la rectoría… para quedarse con algún cargo menor, pero dentro de la elite.

Jimmy Carter soñó como gobernador de su estado, Georgia, con la presidencia de Estados Unidos.

Y como era un desconocido se plantaba en las esquinas de las calles y solito se presentaba deteniendo a los peatones:

«Soy Jimmy Carter y soy cacahuatero y quiero ser presidente» decía.

Y aun cuando fue tachado de loquito se quedó con la Casa Blanca, 1977/1981, derrotando a Gerald Ford.

Nunca, por ejemplo, Javier Duarte ni los duartistas pensaron que Miguel Ángel Yunes Linares les ganaría en las urnas.

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