domingo, mayo 5, 2024

Escenarios

•La ciudad de las estrellas

•La ciudad de las estafas

•La La Land de Javier Duarte

Por Luis Velázquez

1

En el cine, la película se llama “La La Land” y significa la ciudad de las estrellas.

En la realidad, el filme se transfigura en “Ra Ta Land” y significa “la ciudad de las estafas”.

En la ficción la película es premiada con seis Oscares.

Y en el terreno de los hechos premiada por “la Academia de los desfalcos, saqueos y latrocinios”… que “tiene el agrado de anunciar la película ganadora de este año”.

En la película, los actores son Emma Stone y Ryan Gosling.

En la película de no ficción, el actor estelar es, ni más ni menos, que Javier Duarte, el prófugo de la justicia, y a quien en el suplemento “Revista R” de Reforma (domingo 26 de octubre, 2017) presentan de la siguiente manera:

“Un priista con sueños de grandeza… Ella anotaba en su diario todo lo que hacían para alcanzar sus anhelos… Ambos creían merecer la abundancia”.

Así, en el suplemento dominical del diario describen a Duarte y a Karime Macías como “la pareja que se robó todos los premios de la Academia”.

Y en la fotografía que anuncia el premio aparecen Emma Stone bailando con Duarte, quien apretuja los labios, tenso, haciendo esfuerzo heroico por mantener los pasitos estilizados, con traje azul y corbata rojo, y zapatos blanco y negro, igualitos que Rossling en el filme.

Al fondo, aparece la ciudad alumbrada en la noche y más al fondo la montaña arropada con la neblina, casi casi el amanecer, digamos, entre las sombras y las luces.

Los premios fueron distribuidores de la siguiente manera:

Mejor actor, Javier Duarte. Mejor actriz, Karime Macías.

Mejor director, Duarte. Mejores efectos visuales, Duarte.

Mejor guión original, K. Macías. Mejor diario adaptado: K. Macías (por aquello del diario hallado en la bodeguita de Córdoba donde, entre otras cositas, escribiera durante cincuenta veces lo siguiente: “Merezco abundancia. Merezco abundancia. Merezco abundancia”.

Mejor maquillaje: J. Duarte. Mejor montaje: J. Duarte. Mejor banda sonora: J. Duarte y el PRI veracruzano.

¡Duarte y Karime honrando a Veracruz! ¡En las grandes ligas fílmicas!

Arrastrando consigo el descrédito y la desvergüenza.

2

Y es que el caso Duarte y Karime, la pareja política más famosa en el continente latinoamericano, ha rebasado por completo, digamos, a Daniel Ortega, presidente vitalicio de Nicaragua, y a su esotérica esposa, quien ya se cree presidenciable, y ni se diga a Cristina y Néstor Kichner, QEPD, de Argentina, casi casi a la altura de Juan Domigo Perón y Evita.

Ellos han entrado a la gloria y la inmortalidad como la pareja más corrupta de la política continental.

Nunca, por ejemplo, podrá olvidarse que cada quince días, Karime trepaba al avión oficial propiedad del gobierno de Veracruz para volar a la Ciudad de México, con el único objetivo de darse manicure y pedicure y corte de cabello en una estética de plaza comercial de lujo, en Polanco.

Ni tampoco a Karime galopando en sus caballos preferidos (Duarte le regaló dos), claro, en los ranchos “El faunito” y “Las mesas” en el Valle de México, además de que también con cargo al erario le pagaban el sueldo al entrenador de equitación.

Ni menos se olvidará a Duarte tripulando su lancha italiana de 9 millones de pesos en el Golfo de México y desembarcando en el río Papaloapan, a la altura de Tlacotalpan, donde lo esperaban sus amigos, socios y aliados, Moisés Mansur Cisneyros, Jaime Porres y Franky

García, además de uno que otro compinche, para festines que terminaban al amanecer.

Ni tampoco se olvidará a Duarte jugando con sus seis perros mascotas a los que tenía más cariño que respeto a los secuestrados, desaparecidos, asesinados y sepultados en fosas clandestinas en Veracruz durante su sexenio aciago, revolcado, turbulento y corrupto.

Por eso, resulta admirable el ingenio y la inteligencia del semanario “Revista R” de Reforma con el estelar “Ra Ta Land, la ciudad de las estafas”.

3

El premio de Reforma a Karime y Duarte contrasta con varias cositas y hechos, entre ellos, los siguientes:

El diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, echado para adelante gritando “a los cuatro vientos” que es inocente y que demostrará su pureza y candor ante la acusación de un presunto desvío de más de 25 mil millones de pesos.

La frase cándida de Arturo Bermúdez Zurita jurando y perjurando que es inocente cuando estaba ya en una crujía del penal de Pacho Viejo.

La peor candidez de Antonio Gómez Pelegrín exclamando al mundo que “yo le decía que estaba mal desviar los recursos federales, pero no me hacía caso, no me hacía caso, no me hacía caso”.

Y la candidez universal de Flavino Ríos Alvarado diciendo que “era mi amigo, era mi amigo, era mi amigo, pero nos engañó a todos”.

Desde luego, también la versión de que por aquí el góber azul advirtió a Moisés Mansur que encarcelaría a su esposa, de inmediato despepitó todo, absolutamente todo en contra de Duarte, rebasando por completo la traición de Judas.

Por eso el acierto de Reforma “Ra Ta Land”, porque con las anécdotas y charadas que giran alrededor de la ex pareja política bien podría filmarse una película que rebasaría por completo la historia de los doce Césares de Suetonio.

Y por supuesto, el eje rector sería Calígula, quien “en la plenitud del pinche poder” ordenó que el palacio fuera revestido con monedas de oro y plata en todos los pisos y rincones y luego caminó descalzo sobre ellas para sentir por la planta de los pies la energía y el karma del dinero mientras enloquecido gritaba que era el hombre más rico del imperio y del emporio.

¡Qué grandes fueron Javier Duarte y Karime Macías!

¡Honor y gloria para los dos”

¡Vida eterna!

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