Los líderes de la Unión Europea pidieron este martes al Reino Unido activar el divorcio con el bloque «rápidamente» antes de un primer cara a cara con David Cameron desde el referéndum que aprobó el Brexit y abrió las puertas a una crisis inimaginable.
El primer ministro británico, David Cameron, insiste que antes de activar la salida el Reino Unido debe tener claro qué tipo de relación tendrá con la Unión Europea (UE).
Pero este martes, antes de la cumbre, los llamados a Londres para que «clarifique» sus intenciones se repitieron, así como las advertencias.
En un encendido debate en el Parlamento Europeo, el presidente de laComisión Europea, Jean-Claude Juncker, adelantó que le pediría a Cameron «clarificar lo antes posible» la situación tras el Brexit, afirmando que la UE no puede instalarse en «una incertidumbre prolongada».
«Sin notificación no hay negociación», zanjó Juncker, en sintonía con la posición adoptada el lunes por Alemania, Francia e Italia de empezar las negociaciones con Londres solamente una vez que el gobierno británico notifique formalmente su decisión de salir de la Unión Europea.
El Reino Unido no puede esperar una «selección [de la UE] a la carta» en el proceso de negociación, advirtió además la canciller alemana Angela Merkel antes de despegar hacia Bruselas, esto es que los británicos no pueden esperar mantener privilegios de la UE sin compartir las obligaciones.
Pero aunque la UE se muestre «comprensiva» sobre los tiempos del gobierno británico para notificar su deseo de salida, tarea que recaerá en el próximo jefe de gobierno británico que llegará al 10 Downing Street en septiembre, el bloque está listo para iniciar «desde hoy» el proceso de divorcio.
«Europa está lista para iniciar el proceso de divorcio desde hoy mismo, sin ningún entusiasmo como pueden imaginar. Este no es el escenario con el que soñábamos», dijo al llegar a la cumbre el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El resultado del referéndum abrió una crisis de consecuencias desconocidas, tanto en el Reino Unido como en la Unión Europea. Los mercados financieros la recibieron como un azote y Gran Bretaña perdió la mejor calificación financiera.