Caracas, Venezuela.
Leopoldo López, uno de los principales líderes opositores de Venezuela, encarcelado desde febrero de 2014, ha sido condenado este jueves a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de cárcel, que cumplirá en la prisión militar de Ramo Verde, el centro penitenciario donde duerme desde hace 18 meses. La juez Susana Barreiros lo considera culpable de participar e instigar las manifestaciones de 2014, que provocaron la muerte de 43 personas y cientos de heridos.
Al poco de conocerse la sentencia, López pidió a su mujer, Lilian Tintori, que trasladase un mensaje a todos sus seguidores: “Mantengan la calma”, rogó Tintori a los poco más de 200 simpatizantes de Voluntad Popular reunidos hasta la medianoche en la plaza Bolívar del municipio de Chacao, del que era alcalde López. Los seguidores de la formación que lidera el político preso, y por extensión todos los opositores al Gobierno venezolano están convocados este viernes en la plaza José Martí de Caracas, donde López fue detenido el 18 de febrero de 2014. La familia del líder opositor leerá una carta del político en la que reflexiona sobre el camino que, considera, deben seguir sus fieles a partir de ahora.
Durante la vista final de un juicio que se ha prolongado durante más de año y medio, López, que acudió a la última sesión vestido de traje y corbata, como hiciese solo la semana pasada, cuando se esperaba la sentencia por primera vez, trató de desmontar la tesis de la Fiscalía. El líder de Voluntad Popular aprovechó las tres horas de las que disponía para responder los argumentos del Ministerio Público, que le acusaba de instigación pública, asociación para delinquir y determinación en daño e incendio.
Según varios testigos presentes en la audiencia, al que no se permitió el acceso de los periodistas, el momento más emotivo de la intervención de López llegó al final, cuando le dijo a la juez lo que haría tras conocer la sentencia. Varios testimonios coinciden en que lo que le dijo fue una suerte de: “Si me deja libre, iré al cumpleaños de mi hija Manuela, me casaré de nuevo con mi esposa y saldré a recorrer Venezuela; si me condena, saldré con la cabeza bien alta. Va a tener usted más miedo de escribir esa sentencia que yo de recibirla”.
La sentencia, que será recurrida por la defensa de López, es una de las más duras que se barajaban antes de la vista final y constata el largo proceso de deterioro de la justicia venezolana. Algunos de los miembros del Gobierno, que ejerce control sobre el Poder Judicial, celebraron el veredicto: “Hay justicia y le salió barato al monstruo de Ramo Verde! 43 víctimas que descansan eternamente por su aventura fascista!”, tuiteó María Iris Valera, ministra de Asuntos Penitenciarios.
Mientras los Gobiernos de América Latina guardaron silencio al conocerse la sentencia, Estados Unidos no tardó en salir al paso de la decisión. El Departamento de Estado, a través de su funcionaria para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, aseguró estar “preocupado” por la condena al líder opositor.