•Meade 2018
•Videgaray, cabildero
•Rescate del peñismo
Por: Luis Velázquez
PASAMANOS: La visita relámpago de Donald Trum a Enrique Peña Nieto descarriló a Luis Videgaray Caso como secretario de Hacienda y Crédito Público, pero lo peor, lo eliminó por completo de la inminente candidatura presidencial 2018.
Ahora, todo indica, salvo un milagro, que el gasolinazo entre un 14 y 20 por ciento a partir de ayer pudiera, digamos, descarrilar de igual manera a José Antonio Meade, el único mexicano, por encima, incluso, de Plutarco Elías Calles, quien fue secretario de Estado en cuatro ocasiones, antes de ocupar la presidencia de la república.
Y es, que además, ninguna duda existe de que Meade Kuribreña, quien ha sido 5 veces Ministro, también estaría, igual que “El turco” fundador del partido abuelito del PRI, en la antesala de Los Pinos.
Pero el gasolinazo ha encendido la protesta iracunda tanto en las redes sociales como en las calles, a punto de estallar.
Y más, con la entrada en acción de los partidos de oposición, los empresarios, los transportistas y los consumidores (El País, Jacobo García), digamos, en un frente común.
El domingo entró en vigor la llamada liberalización del precio de las gasolinas y el diésel.
Con todo, Meade dijo que “se mantendrá el precio competitivo ya que la gasolina es un poco más cara que en Texas, la mitad de Uruguay y más barata que en Brasil, Chile o Centroamérica”.
Sólo que en la calle, y por desgracia, hay enojo y coraje social.
Y más, porque mientras en los cuatro años del peñismo la gasolina ha subido en un 26 por cierto según Andrés Manuel López Obrador, el puntero en todas las encuestas para el 2018, el salario mínimo apenas, apenitas y ha llegado o llegaría al diez por ciento.
Además, según la jefa de análisis del Banco Base, la zozobra con el discurso bravío de Trump, el futuro del TLC, el peso depreciado (el dólar rebasando los 21 pesos), el raquítico aumento del salario, el incremento en las tasas eléctricas y las tasas de interés, el desempleo creciente y la migración frenada, por ahora, por tantas amenazas de Trump, aun cuando y como se sabe Barack Obama entrará a la historia nacional como el deportador de migrante más despiadado.
Los golpes fallidos de Peña Nieto con Videgaray y ahora, quizá, con Meade, sólo apuntarían a Miguel Ángel Osorio Chong para que pase de secretario de Gobernación a candidato presidencial.
Quizá. Quizá. Quizá.
BALAUSTRADAS: Desde los 17, 18 años de edad, Meade actuaba en la política estudiantil con un proyecto futuro.
Digamos, quizá, igual que Lázaro Cárdenas, quien a los 13, 14 años de edad, soñando que estaba predestinado para cambiar el rumbo y el destino del país según cuenta Pedro Angel Palou en su novela “Tierra roja” sobre su vida.
Meade, por ejemplo, siempre fue la referencia con Videgaray en el ITAM.
Pero mientras Videgaray es un político cien por ciento cerebral que soóo escucha y sopesa y calibra y siempre anda con las neuronas fermentadas analizando escenarios, Meade sumaba y sumaba amigos.
Es más, por aquí se abrió paso en la administración pública siempre incorporaba a sus amigos y compañeros con una inteligencia deslumbrante.
Y más aún, los ha conservado desde entonces y para siempre.
Videgaray, en cambio, era más selectivo, porque, digamos, así es su temperamento, su carácter, su idiosincracia, su ser, su identidad.
Meade, por ejemplo, deslumbraba tanto a las elites priistas y panistas, con quienes ha trabajado, con su insólito cabildeo, cuando, y por ejemplo, en la visita del Papa Francisco a México se reuniera en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México en una rara y extraña coincidencia con todos los obispos, arzobispos y cardenales en una sala especial y todos, sin excepción, lo saludaron con abrazos y afectos, pero llamándose todos y entre ellos por sus nombres.
Secretario de Hacienda en dos ocasiones, secretario de Relaciones Exteriores, secretario de Desarrollo Social y secretario de Energía, director que liquidara Banrural y creara
Financiera Rural, nacido el 27 de febrero de 1969, casado, padre de 3 hijos, con posgrado en Yale, donde estudiara Bill Clinton, Meade y Videgaray son el uno y el dos desde el tiempo del ITAM.
Y si Videgaray quedó fuera del Peñismo por el Trumpazo, ninguna duda hay de la relación estrecha con Peña Nieto, y por añadidura, determinante como su conciencia política, económica y social para el año 2018.
ESCALERAS: Las columnas periodísticas de la Ciudad de México han publicado que Videgaray sigue cabildeado con Meade asuntitos para Peña Nieto, el más importante, alrededor de un vaso comunicante con el presidente electo de Estados Unidos.
El más significativo para un cambio sustancial en el caso del Tratado de Libre Comercio, pero también de la política migratoria que enunciara como discurso rijoso en la campaña presidencial y que significa la deportación de miles y miles de paisanos indocumentados.
Pero además, de la amenaza de levantar el muro en la frontera norte, aun cuando ha de precisarse que parte de los 3,200 kilómetros colindantes con EU tienen ya un mural de Berlín.
Y de ser así, como en el carril peñista esperan, entonces, será un campanazo de grandes jugadas para rescatar, primero, el Peñismo, y luego enseguida, levantar la expectativa para el partido tricolor de cara a la elección, digamos, del gobernador en el estado de México, y de Los Pinos en el año 2018.
Y si, digamos, el milagro es logrado, entonces, las neuronas y el corazón de Peña Nieto estará con Meade vía, además, Videgaray, pues con todo Osorio Chong también arrastra tiempos nublados como son, entre otros, Ayotzinapapa, Tlatlaya, Nochixtlán, la CNTE, Tanihuato, la gran fuga, con todo y captura, de Joaquín “El chapo” Guzmán, y la terrible y espantosa corrupción política del mayor número de gobernadores priistas en el país, los últimos de los cuales son Rodrigo Medina de Nuevo León, Javier Duarte de Veracruz (el peor), César Duarte de Chihuahua y Roberto Borge de Quintana Roo, simple y llanamente, como jefe político del gabinete federal.
