- Bloqueadas candidaturas independientes
- Demasiados candados en Veracruz
- Varios ladran; pero para negociar
Luis Velázquez
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En material electoral, como en la vida, hay muchas sorpresas.
Nadie cree, por ejemplo, que Érick Lagos haya obtenido 72 mil votos en el distrito de Acayucan como candidato a diputado federal, a menos que los comprara.
Pero, también, resulta insólito el caso de los candidatos independientes al Congreso de la Unión que reportaron un número de firmas para registrarse en el INE, Instituto Nacional Electoral, y la votación en las urnas fue mucho menor.
Eduardo Sergio de la Torre Jaramillo se registró, por ejemplo, con 7 mil firmas de apoyo, en tanto en las urnas sólo obtuvo 2,449 sufragios.
En Coatzacoalcos, Esteban Valle Martínez se registró con 6,914 votos y logró 3,629 en las urnas.
Roberto García Alonso Bautista presentó 8,383 firmas de apoyo y en las urnas apenas y mereció 1,340.
Tal cual, una cosita es que un mitin, un informe de labores senatoriales, el político acarree miles de fans (familiares, amigos, ninis y socios), y a la hora estelar, cuando más los necesitan, todos acudan a las urnas.
Claro, en ningún momento se trata de un caso excepcional en Veracruz, sino, por el contrario, es una constante en el resto del país.
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Un estudio de los académicos José Lorenzo Álvarez Montero y Petra Armenta Ramírez incluye los siguientes ejemplos, que reproducen el mismo esquema de Veracruz.
Sergio Rivera Figueroa fue candidato independiente al Congreso de la Unión por un distrito en Chihuahua, se registró con 5,149 votos y sólo obtuvo 1,749 en las urnas.
Manuel Alberto Merlo Martínez lo fue en Puebla con 5,810 firmas y obtuvo 5,208 sufragios.
Adolfo Pulido Santiago fue en Tabasco y se registró con 5,295 votos y quedó con 2,321 en las urnas.
Diana Elizabeth Chavira Martínez se registró en Tamaulipas con 6,411 firmas y obtuvo 3,110 votos en las urnas.
Manuel Heriberto Santillán Martínez se registró en Tamaulipas con 6,144 firmas y logró 4,983 votos.
Daniel Romero López se registró en Tlaxcala con 5,313 votos y mereció 2,488 en las urnas.
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Según los investigadores, académicos de la Universidad Veracruzana, las desventajas de las candidaturas independientes a diputados federales fueron las siguientes:
Gastos de tope de campaña reducidos y limitados a 112 mil 73 pesos con 36 centavos, en tanto un candidato partidista podía ejercer un millón 260 mil.
Falta de infraestructura electoral.
El veto para publicitarse en la radio y la televisión.
La presentación de su registro con firmas de personas fallecidas.
Registros inexistentes.
Duplicidad de firmas.
La conducta de algunos aspirantes, resultado de la improvisación, falta de civilidad, ignorancia y/o mala fe en el manejo de los apoyos ciudadanos con firmas en el registro y la baja votación.
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Así, y dado los candados que el gobierno de Veracruz levantó con la reforma electoral para la candidatura independiente a gobernador, será difícil que tales se registren para la contienda del año entrante.
Además, está visto con la experiencia de El bronco de Nuevo León que una candidatura ciudadana en ningún momento se fragua de la noche a la mañana.
Ante todo, se necesita un liderazgo social de norte a sur y de este a oeste de la entidad federativa, y al momento, ningún político, ningún ciudadano la tiene en Veracruz.
Por eso, los pataleos del diputado local, Ricardo Ahued Bardahuil, de que se lanzaría de candidato independiente eran un simple levantón de manos para intimidar con el petate del muerto al gabinete duartista.
Tampoco lo harían los senadores Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla, si quedaran fuera de la contienda priista y/o les jugaran de manera sucia, pues su priismo está arraigado, no obstante que el hartazgo ciudadano en contra de todo lo que huele a partido tricolor está fuera de duda.
Si Dante Delgado quisiera lanzarse de candidato ciudadano el tiempo ya se le pasó dado su desarraigo de Veracruz, ocupado en otras latitudes geográficas del país donde en verdad la está haciendo, como en Jalisco, por ejemplo.
Menos, claro, Gerardo Buganza Salmerón, a quien el diputado federal electo, Erick Lagos Hernández, se empeña en promover como tal ante Yunes Landa, quizá, acaso, fiel a su estilo, para sembrar la cizaña.
Y más porque Buganza tiene claro un antecedente: la reforma electoral de Veracruz fue elaborada con el único objetivo de bloquear las candidaturas independientes.
Y Buganza, quien en otros tiempos aprendió lo que significa estar en contra del sistema político, sólo desea terminar el sexenio con lealtad perruna a Javier Duarte para retirarse a la vida privada, sin tentaciones políticas de ninguna naturaleza, por más, mucho más que en su fundación Generando Bienestar una leyenda proclame con el índice un Veracruz independiente.