Será la sexta vez que América y Cruz Azul jueguen tras aquel 26 de mayo que marcó la historia del Clásico Joven. Para algunos alegría, para otros amargura, pero lo cierto es que el “gol” que Moisés Muñoz marcó (en realidad autogol de Alejandro Castro) en el tiempo de compensación de la Final del Clausura 2013 es inolvidable.
Aquella noche en el Estadio Azteca, América consiguió su undécima corona del futbol mexicano, con 28 hombres sobre el terreno de juego y dos directores técnicos que a menos de tres años son nombres totalmente diferentes a los que construyeron la Final más emotiva y dramática de los torneos cortos.
Ninguno de los dos estrategas continúa. Miguel Herrera dejó al América para dirigir el Mundial de Brasil 2014 con el Tri y luego de un penoso incidente se fue para hoy dirigir a Xolos; mientras que Guillermo Vázquez dejó de trabajar un tiempo para actualmente ser el DT subcampeón (otra vez) con Pumas.
Por América, Paul Aguilar, Rubens Sambueza, Osvaldo Martínez –quien entró de cambio por Sambueza- y el propio Moisés Muñoz son los únicos que sobreviven de aquel plantel azulcrema.
De la Máquina celeste son más los jugadores que aún están en el equipo. Jesús Corona, el “Cata” Domínguez (único canterano de ambos equipos), Gerardo Torrado, el “Chaco” Giménez y Rogelio Chávez que entró de cambio antes de la debacle cementera, se mantienen en la escuadra dirigida por Tomás Boy.
Protagonista de aquel gol donde Moisés remató de cabeza, Alejandro Castro quedó marcado por desviar el esférico hacia la portería cementera, y hoy defiende a Pumas.
Curiosamente los cuatro americanistas que sobreviven son titulares indiscutibles, mientras que por Cruz Azul solo Corona y Domínguez están en el 11 ideal de Tomás Boy.