El Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) llevan años midiendo los avances de alumnos e idoneidad de profesores sin saber para qué, reveló una auditoría de desempeño practicada al Sistema Nacional de Evaluación Educativa.
Así, pese a que el INEE y la SEP saben que 65.5% de los alumnos de nivel básico se ubican en el nivel más bajo en matemáticas y 33% en el más bajo en lenguaje –por ejemplo–, ambas instituciones no saben cómo utilizar esos resultados, de acuerdo con la información dada a conocer por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
“No se emitieron directrices para orientar la toma de decisiones de las autoridades educativas; en consecuencia, el instituto y la secretaría carecieron de información sobre la contribución de las evaluaciones en la mejora de la calidad de 25 millones 780 mil alumnos de educación básica”, explica el documento de la ASF.
El INEE es la institución encargada de llevar a cabo las pruebas que miden el avance de la educación y sus alcances en el país, y para hacerlo debería contar con un modelo que le permita conocer cada cierto tiempo el avance de los alumnos y actuar en consecuencia.
Estas herramientas se incluyen en la Política Nacional de Evaluación de la Educación, compuesta por parámetros e instrumentos de evaluación, directrices en función de los resultados, indicadores, mecanismos de difusión de resultados, entre otros.
Sin embargo, la ASF reveló que el diseño de las evaluaciones sigue incompleto, pese a que la estrategia se planteó desde que se llevó a cabo la Reforma Educativa en 2013.
En aquel entonces se hizo un diagnóstico en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, donde se estableció que la información hacía falta, precisamente, para orientar la toma de decisiones y mejorar la política educativa.
La reforma, que requirió modificar el artículo 3 constitucional, posibilitó que la ley del INEE delineara cómo se debían comparar los resultados en los que se contrasta el nivel de aprendizaje deseado contra los resultados de las pruebas aplicadas.
Para ello, en 2015 se diseñaron las pruebas PLANEA, que se aplican a los alumnos de nivel básico y que han permitido conocer el avance de sus conocimientos; sin embargo, no existe un mecanismo que explique cómo proceder a partir de los resultados.
“(El INEE) no desarrolló modelos de uso de los resultados de las evaluaciones de la calidad de la educación básica para las escuelas de este nivel, con el propósito de contribuir a garantizar la calidad de los servicios educativos”, reitera el documento.