Ecuador.-La presencia del exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, en la embajada de México en Quito ha generado un conflicto diplomático entre ambos países. La Cancillería ecuatoriana ha expresado su preocupación ante esta situación, solicitando la colaboración del gobierno mexicano para que Glas abandone la representación diplomática de manera inmediata, ya que consideran ilegal la posibilidad de que se le conceda asilo.
El gobierno de Ecuador, a través de una carta enviada a la embajada mexicana, ha hecho hincapié en la urgencia de esta solicitud, en respuesta al requerimiento de la Fiscalía General del Estado, que investiga a Glas y a otros exservidores por presuntas irregularidades en una obra contratada en la provincia de Manabí, afectada por un terremoto en 2016, durante el periodo en el que Glas ejercía su cargo.
La posición oficial ecuatoriana insiste en la ilegitimidad de otorgar asilo diplomático a Glas y ha solicitado a la embajada mexicana información sobre las razones específicas de su presencia en el recinto diplomático. Además, han enfatizado en la esperanza de recibir la colaboración de México en este asunto.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha comunicado que Glas se presentó en la embajada mexicana el 17 de diciembre, solicitando resguardo debido a temores sobre su seguridad y libertad personal. México ha otorgado acceso al exvicepresidente en calidad de huésped, respaldándose en el marco jurídico de protección internacional de personas y otras normativas constitucionales y legales. No obstante, se ha aclarado que el otorgamiento de un asilo político será analizado y requerirá información adicional conforme a tratados y el derecho internacional.
El trasfondo legal de Glas añade complejidad a este escenario, ya que fue condenado a prisión por casos de corrupción durante su periodo como vicepresidente. A pesar de haber obtenido libertad provisional en noviembre de 2022 por decisiones judiciales, enfrenta una nueva orden de prisión preventiva en relación con un caso de presunta delincuencia organizada.
Esta situación se agrava aún más, dado que Glas había recuperado sus derechos políticos en junio, pero también enfrenta acusaciones de acoso por parte de su exasistente. Estos elementos confluyen en un panorama conflictivo que involucra tanto aspectos legales como diplomáticos entre Ecuador y México.
