Ecuador.-La sombra de las amenazas y el narcotráfico ha envuelto la trágica muerte del candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio. Días antes de su asesinato, Villavicencio denunció en una entrevista con el medio regional NTN24 que había recibido amenazas de un cártel mexicano, el cual, según sus palabras, tenía conexiones con actores políticos en Ecuador.
En sus declaraciones, Villavicencio señaló que las amenazas eran originadas por el líder de un grupo delincuencial, apodado ‘El Fito’, que estaba vinculado al mencionado cártel mexicano. Las advertencias incluían la posibilidad de atentar contra su vida si continuaba hablando sobre esta estructura delictiva y sus conexiones políticas.
El entonces candidato manifestó que su programa de gobierno tenía como objetivo romper y desmantelar estas estructuras de narcotraficantes que estaban colaborando con figuras políticas en el país. Villavicencio consideraba que estas acciones de las organizaciones criminales eran una respuesta a la amenaza que representaba su propuesta de campaña para las operaciones de estas asociaciones delictivas.
A pesar de su valiente postura y su llamado a no ceder ante las estructuras criminales, Villavicencio no pudo escapar a la tragedia. Fue asesinado a balazos al final de un acto de campaña en la capital, Quito, lo que ha conmovido a todo el país y ha dejado interrogantes sobre las circunstancias precisas de su muerte y el impacto que esto podría tener en el panorama político ecuatoriano.
La violencia que rodea este caso y las afirmaciones del propio Villavicencio subrayan la urgente necesidad de abordar la amenaza del narcotráfico y las conexiones con la política en Ecuador. La sociedad ecuatoriana espera respuestas, justicia y medidas para enfrentar esta creciente problemática que ha cobrado la vida de un líder político en pleno ejercicio de sus deberes cívicos.
