jueves, abril 25, 2024

Escenarios

•Motín priista

•Cuatro fantásticos

•Melate político

Luis Velázquez

UNO. Motín en el PRI

El candidato priista a gobernador necesita asestar un manotazo. Ya. Ya. Ya. Todo indica, hay motín a bordo en el arca de Pepe Yunes Zorrilla. Cuatro de sus, digamos, operadores, se han puesto demasiados nerviosos. Y se están “comiendo la torta antes de salir al recreo”.

El cuarteto, operadores en la oficina de campaña, se están promocionando en una página digital. Ellos son “la octava maravilla del mundo”. Se matan por el hueso. Todavía el pollo o la gallina andan sueltos en el corral y ellos los quieren cocinar.

Tiempo al tiempo. Antes del primero de diciembre del año que corre, fecha de la toma de posesión del nuevo gobierno, está el primero de julio.

Ellos violentan el tiempo.

Es más: hoy, hoy, hoy, es tiempo único y exclusivo del candidato. Todos, empujando la carreta por el objetivo.

Y más, cuando el tricolor lleva tres derrotas consecutivas, la peor, la última, 172 presidencias municipales perdidas el mismo día.

El tricolor, noqueado en el centro del ring.

Tanto que Porfirio Muñoz Ledo profetiza la desaparición del partido fundado por “El turco” Plutarco Elías Calles.

DOS. Atrás del Melate

En el cuarteto, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, se reproduce el viejo, histórico sueño mexicano.

Todavía no se sacan ni la lotería ni el Melate y están peleando… por un espacio más profundo, inalterable, en el corazón de Pepe, seguros de que Yunes Zorrilla ganará la elección.

Y lo hacen, en vez de cumplir con resultados, nueva estrategia, exhibiéndose en el periodismo digital.

Ellos son:

Pablo González, encargado de la oficina del candidato en Xalapa, una lumbrera, dicen en el medio cibernético.

José Lira Badilla, el genio de las finanzas.

Ernesto Alarcón Trujillo, el gran operador político, exalcalde de Perote y ex diputado local y federal.

Y Guillermo Franco González, ex presidente municipal de Perote y experto en finanzas públicas.

Sólo falta que antes de un manotazo, otros pepistas también se tiren al río mediático y se cabildeen.

En todo caso, y si de manera oficiosa fueron promovidos, entonces, caray, nada como recordar el dicho ranchero de “no me ayudes compadre”.

TRES. Hay tempestad y nadie se hinca…

Mal sigue el PRI.

Y lo peor, están “mirando la tempestad y nadie se hinca”.

Por ejemplo:

El sábado 3 de marzo, un día antes del aniversario tricolor, los ex presidentes del CDE desayunaron con la gurú Beatriz Paredes Rangel en el hotel Marriot en un salón de nombre “María Bonita”.

Y quizá en respeto a Agustín Lara, tirios y troyanos fueron invitados, entre ellos, los duartistas, mudados en yunistas, Érick Lagos Hernández y Jorge Carvallo Delfín.

Y aun cuando Beatriz Paredes se aplicó en su chamba, caray, Luis Donaldo Colosio, el mártir rojo, decía que los políticos desacreditados han de guardarse en “El cuarto de guerra”, sin asomarse, porque causan más daño que beneficio.

Y más, porque hasta el diputado federal, Tarek Abdalá, fue invitado.

Otro ejemplo:

En el PRI jarocho celebraron la fundación del tricolor.

Allí estuvieron, entre otros, Raúl Zarrabal Ferat, Carolina Gudiño Corro y Fabiola Balmori, y el nuevo presidente del comité municipal, el sobrino del cacique ferrocarrilero, Víctor Flores Morales, el Elvis Presley de la negritud.

El pastel de los 89 años era un pastelito demasiado jodido para tal festejo, pero, bueno, y como dice Carlos Ronzón, los tiempos de gloria se acabaron.

Lo peor del asunto fue que Rafael “El loco” Ochoa, el primo que nunca quiso Javier Duarte, fue el gran orador.

Y, caray, tan jodido anda el PRI, como escribió un alma generosa en las redes sociales, que el orador fue “El loco”.

Más grave aún que de los cuatro fantásticos de Pepe Yunes (Pablo González, José Lira, Ernesto Alarcón y Guillermo Franco) ninguno tuvo espacio y tiempo para supervisar los festejos del evento y que han de cuidarse hasta un segundo antes.

CUATRO. El PRI necesita un líder

Desde la fundación del partido abuelito del PRI, Partido Nacional Revolucionario, la familia roja está acostumbrada a tener un líder. Un gran líder. Un líder que transmita emoción, coraje, bravura, estrategia, mesura, incendiario, fajador de cantina, peleador callejero.

Pero luego del trío de derrotas electorales consecutivas, todo indica que el PRI siguen aprendiendo a ser oposición y están reprobados y han entrado en un ciclo depresivo político que si perdieran la gubernatura el primero de julio el modelo de César “El tlacuache” Garizurieta de que “vivir fuera del error es vivir en el error” se reproduciría en su magnitud pegándose un tiro cuando descubrieran que otra vez quedarían fuera del paraíso y ahora durante seis años.

Por lo pronto, bendito el Señor Todopoderoso que el cuarteto de pepistas tiene ánimo y esperanza para matarse por “el hueso”.

“¡Estamos vivos! diría Mafalda.

¡Y que viva Guillermo del Toro!

¡Hosanna, hosanna!

¡El niño Dios ha nacido!

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