Expediente 2015

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Vidas paralelas

Luis Velázquez

Los dos disputaron, primero, el corazón de Fidel Herrera, y luego, de Javier Duarte.

Los dos, a diferencia de sus jefes, son falderos, al grado de la discreción y el bajo perfil.

Los dos fueron secretarios particulares de un gobernador, tiempo aquel cuando se pelearon por cobrar el diezmo y el doble diezmo que les entregaban en efectivo, con billetes nuevecitos, denominaciones de 500 y mil pesos, amarrados con ligas, como por ejemplo, el caso de Las maletas voladoras de El chileno.

Los dos fueron presidentes del CDE del PRI y diputados locales y coordinadores de la bancada priista en el Congreso local.

Los dos, ni hablar, se enfrentaron, y como en la novela “El arlequín”, de Morris West, donde un par de magnates choca, pelea, se mata y un tercero sale ganón, los dos, pues, perdieron la candidatura priista a gobernador.

Los dos son diputados federales electos, y según parece, luego del descalabro por la sucesión de la silla embrujada de palacio, se han reencontrado y ahora viven el uno para el otro y el otro para el uno como reza el adagio popular, oh maravilla.

Uno, Érick Lagos Hernández, está llamado, dicen, a coordinar la bancada priista de legisladores federales en el Congreso de la Unión, debido, se afirma, al siguiente pretexto: es la mejor copia del góber fogoso y gozoso, pues camina como Fidel, habla como Fidel, manotea como Fidel, actúa como Fidel, ríe como Fidel, ama como Fidel, aun, claro, sin la inteligencia, el talento, la experiencia y las mañas de Fidel.

Y el otro, Jorge Alejandro Carvallo Delfín (el hijo más ruin que he tenido, que dice su padre pródigo) será el vicecoordinador de la bancada jarocha en la Cámara de Diputados.

Así, unidos luego del descarrilamiento más grande de sus vidas frívolas, el parcito se ha integrado, por ahora, en un bloque, digamos, como aquellos tiempos de Rafael Hernández Ochoa, cuando Fidel Herrera y Miguel Ángel Yunes Linares eran el uno y el dos, el dos y el uno, hasta que, y por desgracia, se les atravesó una mujer (la sobrina del góber de entonces), y luego otra (la Chiquitiboom) y luego otra (una búlgara) y el apocalipsis fermentó en las entrañas de los dos, más, mucho más, en Miguel Ángel, que era el adolorido.´

Érick Lagos y Jorge Carvallo, el par de Chamacos de la fidelidad que han disputado el poder político y social en los últimos diez años y siete meses; pero también compiten por el poder económico para determinar al más enriquecido a la sombra oficial y, bueno, el tamaulipeco Gabriel Deantes Ramos lleva la delantera.

Y a mucha honra, sí señor.

MIRARON EL ÁRBOL Y PERDIERON EL BOSQUE

Tal cual, el partido tricolor ha dejado atrás, por lo pronto, a Adolfo Mota Hernández, el diputado federal electo por el distrito de Xalapa rural, quien con su panino, el senador Emilio Gamboa Patrón se soñaba gran jefe jarocho en el Congreso federal.

También Alberto Silva Ramos quedó rebasado, quien de igual manera se miraba en la coordinación, pero, bueno, Érick y Carvallo se le escaparon al diablo y también de hecho y derecho lo trascendieron.

Los cuatro, claro, perdieron la candidatura priista a gobernador.

Incluso, en vez de aliarse pelearon por la tajada más grande del pastel y nunca, jamás, levantaron en la tendencia de la encuesta histórica.

Miraron el árbol, es decir, el puesto más cercano, y perdieron el bosque, la gubernatura, creyendo que les llegaría por herencia.

Se equivocaron.

Les pasó la misma maldición histórica de cuando Ignacio Morales Lechuga, Fidel Herrera, Yunes Linares y Dante Delgado se enfrascaron en una pelea innecesaria y perdieron la presidencia de la república que como dice Adolfo Mota nos quedaron a deber, en la lógica de Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines.

Ahora, digamos, pensarían como consuelo en el año 2018.

Pero en política, 2018 está lejos, lejísimos, inalcanzable, aun cuando de igual manera, desde el Congreso federal pudieran empujar la carreta de manera individualista, como hasta ahora, y/o en una alianza generacional indestructible.

LOS DIPUTADOS DE DUARTE

El miércoles 29 de julio, en la mañana, el jefe máximo, Javier Duarte, se reunió en Xalapa (una vez más) con los diputados federales electos.

Todo indica, en efecto, que Lagos será el capitán de la nave y Carvallo el capitán dos.

Tremenda tarea histórica, pues la bancada priista con Javier Duarte gobernador es la segunda fuerza legislativa en el Congreso de la Unión, con sus 21 diputados unis y pluris, luego del estado de México, con Eruviel Ávila, quien ganó 39 curules.

Tal cual, Duarte tiene una gran posibilidad de negociación para muchas cosas, entre ellas, conjurar por completo la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación en la Procuraduría General de la República, para enderezar el entuerto de las irregularidades millonarias en Veracruz con los fondos federales.

Y de paso, claro, cabildear mayores apoyos federales para Veracruz, ahora cuando sólo faltan dieciséis meses al sexenio.

Y, por supuesto, en el gran debate legislativo en puerta sobre el presupuesto federal del año entrante, y más con el llamado Presupuesto Cero, en que muchos programas sociales serán recortados, los diputados federales de Duarte serán, pudieran ser clave.

Érick y Carvallo, por tanto, jugando a las grandes ligas, siempre y cuando, claro, sean plurales, en ningún momento excluyentes, tampoco se pitorreen de los demás como, por ejemplo, Érick Lagos de Adolfo Mota a quien llama con sorna La locota.

En fin, uno y otro, como los amantes pasionales, volverán a disfrutar su luna de miel…