Por: Luis Velázquez
Raúl Arias en América Latina
Organiza IV foro educativo
Honra a México; más a Veracruz
01 de julio de 2015
I
El exrector de la Universidad Veracruzana, doctor en Economía, Raúl Arias Lovillo, está dando la gran batalla por la educación superior en América Latina.
Desde su cuartel en Ecuador, donde se desempeña como asesor y cabildero en una universidad católica, camina de norte a sur y de este a oeste del continente con foros de reflexión y exposición de ideas para enaltecer la calidad educativa.
La semanas anterior, por ejemplo, organizó un foro en Monterrey, donde se concitaron los directivos de varias escuelas públicas de América Latina y en donde la UV tuvo una representación decorosa.
En el mes de octubre, por ejemplo, y desde ahora, se efectuará el cuarto foro educativo, con sede en Ecuador, con la participación de todas las naciones del continente iberoamericano, y que organiza con el interés superior del presidente Rafael Correa.
De Xalapa, donde impartiera clases hasta llegar a la secretaría Académica y la rectoría de la UV, Arias Lovillo ha dejado atrás lo que José López Portillo llamaba el localismo empobrecedor y ahora juega en las grandes ligas de la educación continental.
En el bosque, más, mucho más allá del árbol.
Quiso así marcar una raya entre su tiempo en la rectoría y el postiempo, pues aun cuando tenía invitaciones, por ejemplo, para trabajar en la ANUIES y en la Secretaría de Educación Pública y también en otras universidades del país, otras oportunidades se abrieron en América Latina.
Y, por tanto, prefirió alejarse de la patria chica para mirar desde otros ámbitos la realidad.
La sana lejanía, pues.
II
Claro, en su periplo continental, también plantea un recorrido por algunos de los programas educativos cuando fuera rector de la UV, todos vigentes, y que pueden aprovecharse en otras latitudes.
Su eje central es por ahora la calidad del servicio social, con la misma intensidad con que, por ejemplo, José Vasconcelos, el secretario de Educación del presidente Álvaro Obregón, revolucionara la conciencia educativa de su tiempo y lanzara programas inéditos, entre otros, aquel de la impresión de los libros clásicos en papel revolución (para que saliera más barato) y que regalaban a los profesores y estudiantes.
Tiempo cuando se leía hasta debajo de los árboles en los espacios rurales.
Tal cual fue, y por ejemplo, un programa de Arias Lovillo en la UV cuando obsequiaban libros clásicos, básicos, imprescindibles, a los estudiantes de nuevo ingreso y que ahora, y por desgracia, ha sido cancelado.
Pero, bueno, Juan Maldonado Pereda afirmaba que la política es un tragadero de hombres, y ni hablar, expresa el adagio popular, muerto el rey, viva el rey.
III
Desde Ecuador, como del resto del continente, hay otras miradas sobre el mundo.
Por ejemplo, y como dijera el escritor Jorge Volpi cuando llegara a París a estudiar, por vez primera, dijo, tomé noción de que más que un mexicano era, soy un latinoamericano.
Y desde tal tesitura, muchos presidentes de América Latina, por fortuna todos civiles ahora luego de la terrible noche de los cuchillos largos, buscan proyectarse en otras dimensiones geográficas, transmitiendo sus experiencias; pero también con una gran conciencia social.
Si por ejemplo, en un país de AL han obtenido un resultado educativo, social, político, económico, etcétera, fuera de serie, entonces, la más alta expresión política es compartir con las demás naciones.
Y es ahí donde desde Ecuador, Raúl Arias empuja cada día la carreta, lejos, muy lejos de las intrigas y habladurías palaciegas, con una mirada universal, mirando pa’lante, sin escuchar los cantos sórdidos de las sirenas engañosas.
En aquellos confines, el exrector pasea su autoridad moral y ética, su amplio conocimiento y experiencia educativa, honrando al país; pero más, mucho más, a Veracruz… que tanto lo necesita en las horas turbulentas que se viven y padecen.