- Pitorreo duartista
- Destino del crédito
- Fortunas bajo sospecha
Luis Velázquez
EMBARCADERO: En el acuerdo de la LXIII Legislatura que aprobara al gobernador créditos por 21 mil 700 millones de pesos hay tres enunciados subliminales que parecen una burla, un pitorreo, una bofetada social a los graves y grandes pendientes de Veracruz, donde según el CONEVAL, seis de cada diez habitantes están en la pobreza y la miseria.
Pero, además, donde según el CONEVAL hay millón y medio de personas que todos los días sólo ingieren una o dos comidas al día, y mal comidas.
Y en donde según la investigadora Patricia Ponce, Veracruz ha mudado en el estado productor y exportador número uno del país de trabajadoras sexuales que ante el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre venden su cuerpo como mercancía.
Y en donde, además, la tierra jarocha se ha convertido en un estado migrante a los campos agrícolas del norte de la nación y a Estados Unidos, donde en 19 de las 50 entidades federativas hay leyes xenófobas, racistas y segregacionistas.
Tal cual, dice que un crédito será para pagar la deuda bancaria que dejó Fidel Herrera Beltrán, donde, oh paradoja, el señor Javier Duarte fue subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación que, por supuesto, todo aprobada y todo avalaba y a todo le daba curso, incluido el dispendio y el derroche del fogoso como lo ha denunciado Flavino Ríos Alvarado, cuarto secretario General de Gobierno.
Otro crédito, dice, será destinado para obras y acciones contra la pobreza, cuando, caray, de hecho y derecho ha terminado el quinto año del duartismo, y el CONEVAL ha desacreditado por completo al llamado sexenio próspero, y lo peor, que de aquí pa’lante, el único objetivo del sexenio será ganar la elección de gobernador y diputados locales, y blindarse a sí mismo con un sucesor y una LXIV Legislatura a modo a fin de evitar la cárcel para los llamados “peces gordos”.
ROMPEOLAS: Pero además, asegurar que mil 700 millones de pesos serán para “obras y acciones contra la pobreza” suena a farsa, burla, pitorreo y sarcasmo, pues bastaría recordar que según el CONEVAL, los municipios en los tres primeros lugares de miseria son Veracruz, Xalapa y Banderilla.
Y, bueno, en el caso de Banderilla se entendería, pero en el caso de Xalapa, la capital de los tres poderes, y Veracruz, la subcapital, parece inverosímil que existan familias que sólo hacen una o dos comidas dada la precariedad, la miseria insultante, que viven y padecen.
A pesar, incluso, del cacareo del secretario de Desarrollo Económico, el Truman Capote del siglo XXI en tierra jarocha, el panista Érik Porres Blesa, de que el sexenio próspero ocupa el primer lugar en inversión nacional y extranjera en el país.
Desde luego, el tablajero secretario de Turismo, Harry Grappa alardeará que los restaurantes están llenos.
Claro, pero bastaría un periplo en las 150 colonias proletarias, por ejemplo, del puerto jarocho, y las cien de Xalapa, para olisquear la miseria de tantas familias, y ni se diga, caminar por las unidades habitacionales que florecen como hongos, donde cierto, las familias tienen su casita de interés social y la antena de la televisión en el techo que manifiesta la llamada cultura de la pobreza; pero al mismo tiempo, terminando cada quincena con angustias inimaginables.
Por eso, el apartadito ese de que una parte del crédito millonario es para “acciones contra la pobreza” ni la burla perdona.
Pero, bueno, mientras haya duartistas que en el transcurso del sexenio han enaltecido su calidad de vida y mejorado su patrimonio personal (Gabriel Deantes, Jorge Carvallo Delfín, Érick Lagos, Adolfo Mota, Alberto Silva, Ricardo García Guzmán y Vicente Benítez, entre otros), todo se vale, y por tanto, ni un paso atrás en la conquista revolucionaria.
ASTILLEROS: Otra parte del crédito, dice el acuerdo, será destinada a inversiones productivas.
¡Ah!, ¿cuáles inversiones productivas, señores del poder, cuáles?
Incluso, ni solicitando al “Payaso del ábaco”, el priista José Ramón Gutiérrez, alias “El Joseraton”, alias “La española de Capezzio”, podrían enumerarse las llamadas inversiones productivas logradas en el transcurso del sexenio que de hecho y derecho está pirando, pero que al mismo tiempo, abriga por delante trece meses para, digamos, y como dice Gerardo Buganza, “El llorón del video”, “ordeñar la vaca”.
El contribuyente, la población electoral, el ciudadano común y sencillo, desearía en verdad, con toda la frialdad de las neuronas, escuchar al detalle la construcción de una obra pública trascendente en un pueblo, en una región, de Veracruz, erigida por el duartismo.
Hay, claro, por ahí, obra federal del peñismo que forma parte del plan nacional de infraestructura, pero en ningún momento obra construida por el gobierno de Veracruz.
Y menos, mucho menos, “inversiones productivas”, a menos, claro, que tales sean denominadas, por ejemplo, el edificio de cuatro pisos de Gabriel Deantes, secretario de Trabajo y Previsión Social, y el jet Bech Craft modelo 1993, matrícula XBPOR, de nueve pasajeros, propiedad del diputado federal, Jorge Carvallo Delfín.
Y/o la cadena hotelera de Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública.
Y/o los diez metrosexuales asignados por Adolfo Mota al subsecretario de Educación, Nemesio Domínguez.
Y/o las estaciones de radio de la exvocera, María Georgina Domínguez.
Por eso mismo, cuando Javier Duarte fue informado de la aprobación del crédito millonario en el Congreso, exclamó la siguiente frase bíblica:
“Estoy contento de ver las cosas que nos hemos propuesto, lamentablemente para desfortuna de pocos”.
El mundo color de rosa que cada quien imagina en su corazón y en el hígado.