Por: Luis Velázquez
•Ley anti-aborto en Veracruz
•Iglesia y PAN se impusieron
•Gran desprecio a mujeres
QUE NADIE LO OLVIDE, YO SOY EL GOBERNADOR
PASAMANOS: Desde hace ratito la ley anti-aborto en Veracruz estaba anunciada. Ahora, 45 de los 50 diputados la han aprobado. Fast track. Por dedazo.
El mismo susto que la iglesia de Guerrero le dio al exgobernador, Ángel Aguirre Rivero, de que sería excomulgado si su Congreso aprobaba la ley anti-aborto surtió efecto en Veracruz.
Antes, mucho antes de que el arzobispo Hipólito Reyes Larios advirtiera de la excomunión a Duarte, Duarte se disciplinó.
El grito de las ONG feministas en la LXIII Legislatura del ateo Juan Nicolás Callejas Arroyo fue indicativo:
“No queremos rosarios… en nuestros ovarios”.
“Aborto, sí, aborto, no, lo decido yo”.
La diputada Mónica Robles Barajas fue la única que en tribuna se opuso a la iniciativa del gobernador.
La secundaron con voto en contra sus homólogos Ana María Condado, Jesús Velázquez, Jesús Vázquez y Cuauhtémoc Pola.
Una vez más, el diputado vergonzante de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, capitalizó el voto a su favor.
Primero, y como siempre, que sufragaría en contra.
Luego, de pronto, y cuando se puso más caro, se arrepintió y votó a favor.
Es su jugada de siempre.
Pero la aplanadora callejista funcionó y funcionó bien.
Así, Callejas Arroyo tiene amarrada la diputación local pluri para su hijito, además de un carguito para su sobrina, que también soñaba con la curul, en la secretaría de Educación.
A partir de hoy, y por decreto duartista, prohibido el aborto en Veracruz.
De cualquier manera, seguirá ocurriendo, como hasta ahora, con ley o sin ley.
Más aún: con la ley anti-aborto, ni hablar, el precio de los médicos y comadronas aumentará.
Pudo más, entonces, el arzobispo que el legítimo reclamo de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su destino.
Un albazo legislativo como tantos otros. La mini/gubernatura. La reelección de alcaldes y diputados por más 20 años consecutivos. La aprobación de un crédito millonario tras otro. La Fiscalía General de nueve años. La Constitución Política reformada para satisfacción de Arturo Bermúdez y Gerardo Buganza con su par de súper/secretarías. La SSP y la SIOP.
“Yo soy el Estado”. Yo soy la ley. Yo soy el gobernador. Que nadie lo olvide.
EL CLUB DE TOBI
BALAUSTRADAS: Nada rara y extraña resulta la ley anti-aborto en un Veracruz gobernado como el Club de Tobi.
En el gabinete legal del duartismo sólo dos mujeres secretarias. Educación y Protección Civil.
De los 212 presidentes municipales, únicamente son 23 mujeres.
De los 50 diputados locales sólo 13 son mujeres.
De los tres senadores, los tres hombres que, bueno, serán dos y una mujer con Érika Ayala, la suplente de Héctor Yunes Landa.
De los 30 diputados federales, sólo trece mujeres.
Ninguna de las 6,500 burócratas estatales con maestrías y doctorados en cargos claves ni menores.
El rechazo a la Alerta de Género, echando la papa caliente a la Secretaría de Gobernación.
El menosprecio a tantas mujeres asesinadas, de las que solo en el mes de enero de este año van 5.
El desprecio a las mujeres desaparecidas, todas en la impunidad.
Pero además, victimizadas en doble y triple ocasión, asegurando que todas ellas huyeron con el novio y/o el amante.
Y, por añadidura, el gobernador, sometido a la elite eclesiástica, a la que en el año 2011 otorgara la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos con Fernando Perera Escamilla en pago a su defensa jurídica del sacerdote pedófilo y pornográfico, conocido como “El lobo estepario”, declarado prófugo de la justicia por el procurador de Justicia del DF, Miguel Ángel Mancera.
El duartismo, negociando con la iglesia, de espaldas a la población femenina que en Veracruz significa el 60 por ciento del total.
Incluso, bastaría recordar que el presidente Enrique Peña debió expedir una ley para obligar a los partidos políticos a nominar mujeres en la mitad de los cargos públicos de elección popular.
DERECHOS HUMANOS ATROPELLADOS
ESCALERAS: Vendrán ahora tiempos peores para las mujeres.
Ante la ley regresiva, cacería de médicos que apliquen el aborto.
Cacería de comadronas.
Abortos en consultorios improvisados e insalubres, digamos, en la clandestinidad.
Abortos en otras entidades federativas del país.
Muertes por abortos mal aplicados.
La satanización de una parte de la sociedad, incluso, desde el púlpito.
Veracruz, dividido entre los buenos que irán al cielo y los malos al infierno.
Los abortos clandestinos de tantas estudiantes de secundaria y bachillerato que salen embarazadas.
La iglesia, satisfecha, y los diputados panistas, amarrando indulgencias para entrar al paraíso celestial, en tanto miles de mujeres en el infierno.
Javier Duarte, brindando con vinito con el arzobispo y los obispos.
Una vez más, el gran atropello a los derechos humanos de las mujeres en Veracruz.
Lo dijo el mismo secretario de Salud, doctor Fernando Benítez Obeso:
El clandestinaje de abortos aumentará con el riesgo de que gran número termine en el deceso de la mujer (La Jornada Veracruz, Jair García, 22 de enero).
La activista Yadira Hidalgo, directora del Instituto de las Mujeres en Xalapa, fue indicativa: buscarán el amparo federal.
La mujer en Veracruz defendiendo sus legítimos derechos ante las decisiones autoritarias de los hombres y los machos.