domingo, septiembre 22, 2024

Expediente 2019

Wínckler, a Pacho Viejo
Luis Velázquez
23 de septiembre de 2019

Hay orden de aprehensión de la Fiscalía de Veracruz contra el exfiscal Jorge Wínckler, Marcos Even Torres Zamudio, Fiscal Anticorrupción, y Luis Eduardo Coronel junior, Fiscal de Desaparecidos, más tres funcionarios más, acusados de secuestro.
El relato bíblico se repite:
«Con la vara que mides… serás medido».
«Los carniceros de hoy… serán las reses del mañana».
«No hagas a otros… lo que no quieras te hagan a ti».
Mal fario, mal karma, pésima vibra, ahora ellos andan huyendo, todo indica, de igual manera como en la yunicidad un montón de duartistas anduvieron «a salto de mata» hasta ser detenidos y encarcelados en el penal de Pacho Viejo.
Así, y entre otros, los más felices con la orden de captura de Wínckler y asociados, son los siguientes:
Luis Ángel Bravo Contreras, Arturo Bermúdez Zurita y María Georgina Domínguez Colio.
Juan Antonio Nemi Dib, Mauricio Audirac Murillo, Francisco Valencia y César del Ángel.
Y, claro, feliz también el Solecito, la O.N.G. integrada con padres con hijos desaparecidos.
El más feliz, Javier Duarte, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
En la barandilla decidirán si son culpables o inocentes de lo que son señalados.
Pero mientras, la pesadilla ha vuelto.
Cada 6 años, el ajuste de cuentas. De acuerdo con la profecía, la política, «un tragadero de hombres».
En el caso, Wínckler, anexos y conexos, son apenas, apenitas, la puntita del iceberg. El objetivo superior de Cuitláhuac y asociados es Miguel Ángel Yunes Linares, uno de los cuatro políticos, con Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón, odiados por el presidente de la república.
Y en política, como en la vida, «lo que aquí se hace… aquí se paga».
Así ha ocurrido siempre en la historia del mundo. Así continúa sucediendo. Así será «por los siglos de los siglos». Y más, en un sistema político autoritario y represivo.

LOS DUEÑOS DEL PODER

Pero más allá de la cortadera de cabezas en cada cambio de gobierno, el peso histórico es  canijo:
1. Los abusos y excesos en el ejercicio del poder. Yo soy el Estado decía Luis XIV.
2. La espantosa y cínica corrupción política. México, en el primer lugar de corrupción en América Latina y uno de los primeros en el ranking mundial.
3. El ajuste de cuentas entre las elites políticas, donde las traiciones, las intrigas y los complots significan un vaso comunicante.
4. La impunidad creciente durante tantos años, digamos, desde Porfirio Díaz Mori a la fecha.
Insólito: Angélica Rivero, «La gaviota» de Enrique Peña Nieto ordenó le construyeran una mansión especial en Los Pinos para vivir.
5. Cada 6 años aparecen nuevos ricos y nuevas familias pudientes a la sombra y cobijo del poder.
6. Sólo cuatro familias (Slim, Salinas Pliego, Bailleres y Larrea) son dueñas del 8 por ciento del Producto Nacional Bruto frente a 6 de cada diez mexicanos en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre y la baja, bajísima calidad educativa, de salud, de seguridad y de procuración de justicia.
7. Desde Porfirio Díaz a la fecha, las cúpulas políticas están seguras de que por más y más que roben al erario, pocos, excepcionales terminan en una cárcel.
Y cuando se ha dado, son hechos aislados como ajuste de cuentas:
José López Portillo encarcelando a 7 secretarios de Estado de Luis Echeverría Alvarez, entre ellos, a un par de jarochos, Eugenio Méndez Docurro, de Comunicaciones, y Félix Barra García, originario de Poza Rica y secretario de la Reforma Agraria.
Miguel de la Madrid encarcelando a otro montón de portillistas, entre ellos, el senador Jorge Díaz Serrano, su competidor en la carrera presidencial.
Ernesto Zedillo, encarcelando a Raúl Salinas de Gortari.
Patricio Chirinos Calero, encarcelando a Dante Delgado Rannauro, Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri.
Agustín Acosta Lagunes, encarcelando a José Luis Lobato Campos, Q.E.P.D.
La vida pública es vomitiva, da asco, dice el politólogo y maestro, Carlos Ronzón Verónica.
Lo peor:
Nada indica que el sexenio de Cuitláhuac está habitado por ángeles de la pureza y querubines.
Casos, por ejemplo, el nepotismo de los Eleazares Guerrero, anexos y conexos.
Y la compra por dedazo de las patrullas policiacas y las medicinas.
Insólito: nada pasó. Nada ha pasado. Nada pasará.
Son los dueños del poder estatal en Veracruz.

DESAPARICIÓN FORZADA

La orden de aprehensión contra Wínckler y asociados se basa en «la probable privación de la libertad en su modalidad de secuestro» de una persona (al parecer, el chofer que fue del exfiscal duartista Luis Ángel Bravo Contreras según el diario Notiver) y está considerado como desaparición forzada.
Y la desaparición forzada «es un delito de lesa humanidad», el peor de los delitos, que nunca, jamás, expira, como, por ejemplo, la desaparición forzada en el duartazgo, incluso, hasta con retenes instalados en las carreteras de Veracruz donde los policías detenían a los conductores y entregaban a los malandros.
Además de Wínckler, Even y Coronel, la orden de captura llega a un trío de ex funcionarios en la yunicidad, a saber, Roberto More Mil, Sergio García Celis y Uriel Rodrigo González Hernández.
El quinteto, en la mira, la picota y la barandilla.
En su momento, los duartistas que estuvieran presos y enfrentan, se cree, el proceso penal en libertad, se declararon inocentes y víctimas de una feroz persecución y represión.
Ahora, también los yunistas.
La historia de siempre.
El país de la corrupción y la impunidad, desde que Moctezuma II enviara unos burritos cargados de oro y veinte doncellas, todas vírgenes, al sifilítico Hernán Cortés, recién desembarcado en las playas de Chalchihuecan.
«¡Cosas veréis, mi querido Cid!» decía aquel señor flaco y enjuto, soñando con los molinos de viento.

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