domingo, septiembre 22, 2024

Barandal

•Concurso de perros y gatos

•Un diputado vs el mundo

•Burdo ajuste de cuentas

Luis Velázquez

16 de febrero de 2019

ESCALERAS: Los morenistas de Veracruz han terminado en un concurso de perros y gatos en un costal chiquito. Ellos viven la fábula de los bandidos, los impolutos y los detectives.

El diputado local, Magdaleno Rosales, en contra del presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura, Juan Javier Gómez Cazarín, “El pelele”.

Pero también, Magdaleno Rosales en contra del secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos.

Y Gómez Cazarín, revirando a Magdaleno.

Y el gobernador defendiendo a Cisneros Burgos.

Y el diputado Gonzalo Guízar Valladares, solidario con Magdaleno porque le publicaron en las redes sociales donde aparece desnudo y defendiendo, de paso, una vez más, al Fiscal.

Y el Fiscal, riéndose, como dijera Magdaleno. “Somos la burla nacional”.

Perros y gatos en el mismo costal, aun cuando perritos y gatitos llegan a quererse mucho más. La pluralidad, ya se sabe. El tiempo, quizá, de la república amorosa en el reino animal.

PASAMANOS: Días de violencia y barbarie. Odios y resentimientos. Venganzas y ajustes de cuentas.

“Chorrea sangre” como dijera el Estado Mayor Presidencial cuando el asesinato del general Francisco R. Serrano y doce militares más, opuestos a la reelección del presidente Álvaro Obregón.

Al paso que vamos en Veracruz, y en la disputa por el poder, el asesinato de Emiliano Zapata en Chinameca, y la matazón de Huitzilac (general Serrano), y el crimen de Tlaxcalantongo (Venustiano Carranza) y el asesinato del restaurante ‘La bambilla’ en la ciudad de México (Álvaro Obrerón) serán resucitados.

Si “París bien vale una vida”, la silla embrujada del palacio de Veracruz (embrujada porque a todos enloquece decía Eufemio Zapata, el hermano de Emiliano) también lo vale.

CORREDORES: Es, sería, digamos, la hora de apaciguar la ira y la cólera política de la izquierda.

Poner en claro el desconcierto para que las partes se pongan a trabajar en lo suyo y que es enaltecer la calidad de vida del millón de indígenas y de los dos millones de campesinos y de los tres millones de obreros.

6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la pobreza, la miseria, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre y las elites políticas peleando por la caída del Fiscal para tener cada parte un Fiscal carnal, a modo.

Y ahora, enfurecidos con Magadaleno.

BALCONES: La Cuitlamanía habría deseado, por ejemplo, que las cúpulas políticas y sociales fueran una sociedad de robots, una asamblea de computadoras, unas máquinas humanas de relojería, un equipo de futurólogos apostando a la utopía, una jaula de mirlos y jilgueros, unas simples copias Xerox, meros oficios, memorandos, discursos repetitivos, loritos cacareando “me canso ganso”.

Pero es, ya se sabe, el tiempo de la libertad y de la dignidad humana y de la pluralidad ideológica.

Y ni modo que los diputados Magdaleno Rosales, Gonzalo Guízar Valladares y Érik Iván Aguilar “se tiren al piso” del jefe máximo de la izquierda local.

PASILLOS: Un rayo cuando cae lleva la muerte. Pero a las personas que están cerca y la libran les “desgarra la retina, rompe el tímpano, lesiona los pulmones, daña el cerebro y quema la piel” (Sergio Vilela, Perú, 1979, en el libro de Crónicas editado por la UNAM).

El rayo que cayó en la LXV Legislatura anunciando el fracaso de la bancada de la izquierda para destituir al Fiscal, por ahora en suspenso, todavía sigue causando estragos y ha comenzado a pudrir la vida del diputado Magdaleno Rosales desde el momento cuando la Cuitlamanía filtró su foto desnudo.

En todo caso, como decía David Alfaro Siqueiros, “la vida sin emociones se vuelve insípida”.

Y como escribe Juan Villoro en una de sus crónicas sabrosas, “la vida sin peligros carece de sabor”.

PUERTAS: El caso del Fiscal puso en el carril legislativo, político, social y mediático una realidad: los morenistas, tocados por la divinidad, hablan como profetas.

Por ejemplo, el diputado José Manuel Pozos Castro asegurando que en el palacio de gobierno de Xalapa hay “demonios, desleales y traidores”, sobre todo, inverosímil, inédito, demonios.

El diputado Gómez Cazarín, llamado “El pelele”, gritoneando que “seguimos trabajando”.

El diputado Rubén Ríos asegurando con su gran capacidad neurológica que “el Fiscal tiene que caer porque tiene que caer”.

Jarochilandia, SA de CV. Los jarochoides en su dimensión estelar. La vida, quizá, como el pitorreo que por eso ya viene el carnaval jarocho, pues en Coatzacoalcos, ni modo, lo suspendieron por la austeridad, y en Minatitlán, por la ola de violencia.

VENTANAS: Luego del rafagueo legislativo entre los buenos, MORENA, y los malos, panistas, anexos y conexos, MORENA, la Cuarta Transformación del País, la república amorosa y la Cartilla Moral se volvieron en Veracruz “un vehículo de calumnia personal contra los enemigos” (José Alvarado).

Y es que cuando el fracaso para tumbar al Fiscal, los Morenos reaccionaron “como el más encarnizado, rabioso y frenético enemigo” de que se tenga memoria al grado de perder los estribos morales, ¡vaya Código de Ética!

Y lo peor, a través de las anónimas redes sociales.

CERRADURA: Las cúpulas de MORENA exhibieron “el diente” y mostraron su calidad moral, su ropaje ético, su verdadera república amorosa.

Pero más aún:

Intentan postrar a los pies del gobernador “a tirios y troyanos”, la entidad federativa de un solo hombre, el tlatoani, el gurú, a sus órdenes, señor, usted manda, la hora que usted diga, con usted hasta la ignominia, qué caray.

Sin prudencia ni mesura, los más elevados atributos de un ser humano, pero más de un político, un funcionario público, en un revoltijo de perros y gatos rabiosos.

La investidura merece respeto decía Adolfo Ruiz Cortines.

“La mujer del César ha de ser y parecer” dicen los ancianos del pueblo, tan sabios.

PATIO: La política, ya se sabe, saca a flote lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, igual que las pasiones desaforadas y los amores prohibidos, igual que la ira y la cólera, igual que el odio y la venganza, igual que la lengua sin control.

Los morenos se serenan, o de lo contrario, el gobernador habrá de volverse un siquiatra para reorientar conductas, un confesor para escuchar delaciones, un mago para cicatrizar heridas, un gendarme para asestar el manotazo necesario en estos tiempos huracanados y torrenciales.

Y es que así como andan los morenos, anexos y conexos, están en la antesala de la paranoia política y social.

Más, mucho más se consigue con miel que con vinagre, y más cuando las heridas están abiertas.

Las calenturas solo son buenas en el nido de amor y durante los 7 minutos estelares que decía Irving Wallace dura la pasión corporal.

En diez semanas, la Cuitlamanía, que sueña con gobernar Veracruz hasta que pase otra vez el cometa, solo ha dejado rastros de ilusiones sociales incumplidas.

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