Expediente 2020

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La Santa Muerte

Luis Velázquez/IV y última

Muchas cositas han ideado los políticos de Veracruz para, digamos, apagar el infierno convertido cada vez en un tiradero de cadáveres.

El alcalde de Xalapa, por ejemplo, de MORENA, dijo que solo restaba “cuidarse unos a los otros”.

El arzobispo refirió que solo “quedaba ponerse a rezar” y rezar y rezar, confiando en la fuerza superior de la oración.

El presidente municipal de Coatzacoalcos, de MORENA, anunció al mundo que hablaría con los carteles para convencerlos de que son hijos de una mujer y deben portarse bien.

El presidente de la república dijo que en vez de lanzar a marinos y soldados en contra de ellos nada más eficaz como la política de abracitos y besitos.

El gobierno de Veracruz vendió la esperanza de que en dos años (han pasado catorce meses) Veracruz estaría pacificado.

El diputado local de MORENA, Rubén Ríos, vislumbró que Veracruz sería de nuevo el paraíso terrenal… pero dentro de diez años.

Etcétera, etcétera, y por desgracia, Gadafi, el perro justiciero, ya fue jubilado con honores, y ni modo de confiar en un extraterrestre para.

Pero, sorpresas que da la vida, un par de anuncios en la prensa impresa podría, digamos, solucionar el gravísimo pendiente social de la inseguridad y la impunidad, cierto, en Veracruz, pero también en el país, de tal modo que significara una aportación de la tierra jarocha al resto de la nación.

La primera lucecita alumbrando la siniestra y sórdida noche “tibia y callada de Veracruz” es la siguiente descrita en el anuncio publicado en el aviso económico:

“Santísima muerte Mi Niña Blanca/ Mil gracias te doy por el favor recibido”.

Firma, Claudia.

Y “si la fe mueve montañas”…

Y si “el hombre puede ser derrotado pero nunca vencido” como decía Ernest Hemingway…

Y si en la vida de un político lo más importante “es vender esperanzas” como afirmaba Napoleón Bonaparte…

Y si Veracruz está azorrillado con el oleaje de violencia, entonces, quizá todos habríamos de encomendarnos a la Santa Muerte para que logre una limpia en los 212 municipios y los carteles y cartelitos “salgan despavoridos huyendo de Veracruz” como dijera Luis Ángel Bravo Contreras al protestar como Procurador de Justicia de su majestad, Javier Duarte, el ex gobernador preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México condenado a 9 años.

Y es que conmueve la firmeza de la persona que publicara el anuncio económico dando las gracias a su “Niña Blanca” “por el favor recibido”.

Y, bueno, los 8 millones de habitantes de Veracruz bien podríamos volvernos adoradores de la Santa Muerte… si a cambio y en reciprocidad un día amaneciera en paz, sin ningún cadáver, sin ningún secuestro ni desaparecido, sin ninguna fosa clandestina, sin ningún hombre colgado de un árbol o de un puente, sin ninguna cabeza decapitada abandonada en la mesa de un prostíbulo.

UNA BRUJA AL RELEVO

La otra solución mágica para restablecer la vida en Veracruz puede advertirse en otro aviso económico en la prensa impresa.

De entrada, si aquí, entre nosotros, hay una Guardia Nacional y una Fuerza Civil y una Policía Federal y policías estatales y municipales y autodefensas y guardias comunitarias… luchando contra los malandros y todos están rebasados, entonces, la única solución está en una bruja que se anuncia con la advertencia de que no es charlatana y es una bruja estable.

Y trabaja los 365 días del año.

Ella publica el anuncio con un aviso luminoso. Dice:

“Acude, te ayudaré”.

Y ayudará, refiere, en casos de “maldiciones y cualquier problema de industria, negocio, agricultura, ganado, trabajo y enfermedades”.

Y, bueno, si somos un tiradero de cadáveres y ocupamos el primer lugar nacional en feminicidios y secuestros, y a reserva del dictamen de los cristianos evangélicos, asesores de Palacio Nacional, diríamos que vivimos y padecemos una maldición.

Una maldición, por ejemplo, si en el siglo XVIII, Veracruz era un paraíso terrenal con Alejandro de Humboldt, pero también en el siglo XX con Agustín Lara y María Félix a su lado en la suite nupcial del hotel Mocambo, y de ñapa, Pepe Guízar con su casita en Mocambo llena de florecitas.

Una maldición, porque desde hace 27 años y meses (de Patricio Chirinos Calero a la fecha), Veracruz está en manos de los carteles.

Una maldición desde que en el duartazgo aparecieran las primeras fosas clandestinas en Veracruz y desde entonces siguen y siguen y siguen.

Entonces, una bruja, mejor dicho, una hechicera, una maga, lograría el milagro para volver a bailar “El tilingo lingo” y “La bamba” con la sonrisa más feliz del planeta.

¡Tengamos fe!

¡Démonos la oportunidad de probar con la Santa Muerte, “Mi Niña Blanca”, y con una hechicera (la fascinante Maga de Julio Cortázar en “Rayuela”, miembro del Club de la Serpiente) de que por encima de todo, con todo y el club de boy scouts “Orgullo de Veracruz”, y el club de “Veracruz se antoja”, 8 millones de personas tienen el legítimo derecho humano de soñar con el paraíso terrenal.