jueves, abril 25, 2024

Expediente 2020

Saña y barbarie

Luis Velázquez/Parte II

La saña y la barbarie en Veracruz es así:
El miércoles 19 de febrero, unos malandros fueron a Cosoleacaque para ajustar cuentas con un hombre. En el lugar de los hechos, el hombre logró escapar, cuando, y todo indica, los pistoleros tomaban un refresco en la tienda de la esquina.
Entonces, los malosos se fueron contra la hijastra del hombre, y quien por cierto cumplía quince años de edad y estaba con sus amigos.
Karina Martínez González se llamaba y vivía con su familia en el Barrio Segundo del pueblo.
La quinceañera forcejó. Opuso resistencia. Y cayó al piso.
Y en el piso, frente a la capilla de la Virgencita de  Guadalupe, la morenita del Tepeyac, el par de pistoleros le dispararon 5 tiros, dos más que a Rosita Alvírez, la de la canción.
Luego, el par de sicarios, tan quitados de la pena, ajustadas las cuentas, treparon a una motocicleta y se perdieron en la luz del día en medio de las calles y de las personas atónitas y sorprendidas.
«Una muerta más». «La muerte tiene permiso». La muerte, vestida de impunidad.
La población de Veracruz, rodando en el abismo social hacia el rincón más arrinconado del infierno.
Y arrinconado, por la fallida y errática política de seguridad pública y de procuración de justicia.
«¿Qué hacer?» se preguntó Lenin en víspera de la revolución rusa en el título de un libro publicado.
¿Qué hacer, entonces, en Veracruz, con el tiradero de cadáveres y el tiradero de la impunidad?
Un día antes del asesinato de la quinceañera en Cosoleacaque, a un ladito, en Minatitlán, una pareja de menores de edad, 15 años ella, 17 años él, fueron asesinados a tiros.
Un día de los días sórdidos que se viven y padecen preguntaron a la Fiscal sobre el índice de feminicidios.
Fría y calculadora, digamos, aseguró que no tenía actualizado el número de víctimas.
Para entonces, ya había puesto en la cancha desaparecer el delito de feminicidios porque así lo pide el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, con quien se tomó feliz y dichosa la foto.

LA MATARON DELANTE DE LA VIRGENCITA DE GUADALUPE

El asesinato de la quinceañera en Cosoleacaque tiene un significado polisémico. La realidad vista en diferentes vertientes. Entre ellas, las siguientes:
1) La peor naturaleza humana. Los malandros iban por el padrastro. Huyó y entonces, mataron a la hijastra. Karina. 15 años. Y de 5 tiros, por si cuatro fallaban. Y de forma icónica y simbólica, delante de la imagen de la Virgen de Guadalupe.
2) El par de malandros debían de cumplir con la orden superior del jefe. El padrastro huyó, y ni modo, la hijastra pagó con su vida. De lo contrario, peor les iría a ellos.
3) Si los carteles y cartelitos están colgando cadáveres de puentes y árboles y decapitando cabezas humanas y abandonándolas sobre mesas de antros, y si los sicarios huyen y se esconden en un kínder, entonces, peores días y noches hemos de esperar en Veracruz.
Y si alguna duda existiera ha de mirarse hacia el resto del país, donde la población está igual o peor.
4) Desde hace 15 meses, el obradorismo repite y repite en el discurso mañanero que combatirán las raíces del desastre social, herencia, dice, del neoliberalismo. Ajá. Pero cada vez, los carteles ganan o parecen estar ganando más terreno y dominio.
5) Hace 27 años, Patricio Chirinos Calero gobernador salinista, los carteles se establecieron en Veracruz. Y aquí siguen. Y nada, absolutamente nada, indica, anuncia, posibilita, que se vayan. Veracruz es una plaza jugosa. Antes, por el tránsito de sur a norte del país. Ahora, porque Veracruz se ha vuelto un estado consumidor de droga, por ejemplo, además de los otros negocios, el huachicoleo, los migrantes, los secuestros, las extorsiones, el derecho de piso, la trata de blancas, la prostitución, el robo de ganado y los negocios ilícitos con los políticos.
6) La codicia y la ambición de los carteles y cartelitos es igual o peor que, digamos, la ambición sin límites de las elites políticas. Y con tal de quedarse con el billete fácil, la naturaleza humana resulta insólita. Sórdida y siniestra. Por ejemplo, a una familia de los Llanos de Sotavento le han secuestrado a un par de hijos en tres ocasiones. Y como siguen pagando el rescate, más los secuestran. Ellos piensan ya «quemar sus naves» en Veracruz y exiliarse. Y empezar de nuevo en el otro extremo del país o en el extranjero. Una historia, además, repetitiva en todos los rincones de Veracruz. De sur a norte y de este a oeste.
7) La inseguridad  crece. Pero entre otras cositas se multiplica por la impunidad descarrillada, fuera de control. Los malos «crecen al castigo» porque saben que cometen y cometen fechorías y en la mayor parte de los casos, las libran. Cierto, de vez en vez el anuncio festivo de que una banda de sicarios fue detenida. Pero al mismo tiempo, los sicarios se reproducen como los conejos, los ácaros y la humedad.
8) Palabras mayores en Veracruz: asaltar a unos feligreses en la iglesia, asaltar a las parejas furtivas en los moteles, matar a personas en un balneario popular en día domingo, asaltar a comensales de una taquería, asesinar a una persona secuestrada aunque la familia pague el rescate, cortar los dedos de una mano de una anciana plagiada y enviárselos uno por uno, día tras día, a la familia para presionar el pago.
Nunca antes, jamás, vivido y padecido en Veracruz.

¡AY, LA CARTILLITA MORAL!

En el discurso, digamos, moral, tiempo de la Cartilla Moral, tiempo de la 4T, tiempo de «no robar, no mentir y no matar», tiempo de la renovación social, se diría que, caray, ni padres ni padrastros tengan malas amistades y se metan con los malandros de sicarios y pistoleros.
Pero una cosita son las buenas intenciones y los mejores deseos purificadores, y otra, el desempleo y el subempleo, y lo peor, los pinches salarios de hambre.
Bastaría referir un dato:
Uno de cada 3 jefes de familia llevan el itacate a casa con el ingresito del changarro en la vía pública vendiendo tortas y gordas y tacos y picadas con refresco de cola.
Otro dato:
Si la migración de México a Estados Unidos empezó con Porfirio Díaz Mori cuando la construcción de ferrocarriles, hay en EU un millón de paisanos de Veracruz como migrantes sin papeles.
Otro dato:
Y si hay migración creciente se debe, entre otras cositas, a la errática política económica para impulsar y favorecer la creación de empleos y de empleos dignos pagados con justicia laboral.
Otro dato:
Y si las fuentes de empleo carecen, entonces, cada padre de familia busca un ingreso al precio que sea, y digamos, por el camino fácil.
Y más cuando y como en Veracruz hay 600 mil personas analfabetas, y un millón de paisanos con la escuela primaria incompleta y otro millón con la secundaria a medias y 600 mil personas con el bachillerato inconcluso.
Y es que en tales circunstancias económicas y la recesión la posibilidad laboral se limita y estrecha y la vida endurece y solo queda chambear en lo que se pueda.
Un círculo vicioso tan antiguo y viejo como la historia y que nunca, jamás, será solucionado en un sexenio.
Por eso quizá, y como mera hipótesis, el hombre asesinado en Cosoleacaque andaba de malandro, y fueron por él, y huyó y mataron a su hijastra de quince años nomás como ajuste de cuentas y venganza.

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