Escenarios

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•Políticos mesiánicos

•Nada les costó

•Llenos de soberbia

Por Luis Velázquez

UNO. Políticos mesiánicos

Si los priistas y panistas que aterrizaban en el poder público se creían Hernán Cortés desembarcando en las playas de Chalchihuecan o Cristóbal Colón descubriendo América, entonces, la dinastía de MORENA en el poder se siente y cree, está segura de ser enviados de Dios en la tierra para redimir al país.

Nunca la soberbia, mejor dicho, la frivolidad y petulancia, el engreimiento, una clase política había llegado al trono imperial y faraónico sintiéndose iluminados. Los puros entre los puros. Los ángeles de la pureza.

Todos los días, desde hace 14 meses y 3 semanas predicando desde el púlpito contra los políticos corruptos, pillos y ladrones, a quienes ahora llaman los “Fuchi… caca”.

Un día sí y el siguiente también asegurando que sus antecesores son los más corruptos de la historia, más, incluso, que Antonio López de Santa Anna, quien de hecho y derecho regalara la mitad del territorio nacional a Estados Unidos para congraciarse con las poderosas elites políticas de entonces.

En cada nuevo amanecer el implacable bombardeo nuclear contra los Miguel Ángel Yunes Linares y los Javier Duarte y los Fidel Herrera Beltrán y los Enrique Peña Nieto y los Felipe Calderón y los Vicente Fox y los Carlos Salinas.

DOS. Agravios en el trato humano

El colmo del viaje esotérico es el curita José Alejandro Solalinde Guerra, quien de plano descubrió que el presidente de la república “tiene mucho parecido con Dios” y hasta se presentó en una posada navideña cargando un Niño Dios con la cara de… AMLO.

Pero la actitud humana y el comportamiento político y las declaraciones mediáticas y el trato diario de los Morenistas a la población y a los políticos y a los gobernados cae en la locura total cuando hablan como si fueran enviados de Dios en la tierra, los predicadores y oficiantes de una nueva religión, los profetas anunciando el nuevo mundo.

Encaramados en el poder sexenal o municipal, los priistas y panistas también se creyeron y creen dioses. En la locura hasta el derecho de pernada, famoso en el siglo pasado, todavía claro, lo ejercieron y ejercen.

Pero en el caso de los Morenistas, agravian y humillan en el trato humano.

De entrada, todos los demás son corruptos. Luego enseguida, denigran la dignidad personal, pues a todos ponen bajo sospecha.

Después, la exclusión, advirtiendo que nadie entrará al reino de sus cielos.

De inmediato, la amenaza de una denuncia penal, y de ñapa, declarándose puros entre los puros.

Si en la elección presidencial del año 2018 unos treinta millones de mexicanos votaron por AMLO fue por AMLO, y todos los demás ganaron por inercia.

Pero las elites en el poder se creen y sienten herederos de la pureza por ósmosis. Y así se portan en cada nuevo amanecer.

TRES. Nada les costó, más que a AMLO

El político, dueño del aparato gubernamental para “hacer y deshacer” ha de actuar, dice la Teoría del Estado, con humildad, y con humildad porque de su lado tiene todo el poder del mundo, incluidas las corporaciones policiacas para secuestrar y desaparecer y asesinar y sepultar en fosas clandestinas.

Pero como a los Morenistas nada les costó aterrizar en el trono imperial y faraónico más que a AMLO con sus dieciocho años de seguir abriendo el surco social, entonces se muestran como los todopoderosos dueños del día y de la noche, a tal grado que, por ejemplo, hay familias que acomodaron a 6, 7, 8 parientes en la nómina oficial.

Lo más grave, indicativo y significativo es el trato humillante a los demás, y más, si son políticos, digamos, del pasado inmediato y de otros partidos.