Mujeres en el trono
Por Luis Velázquez y asociados
Verónica Hernández Giadans es la primera Fiscal en la historia de Veracruz. «Haiga sido como haiga sido», se abrió espacio en la cancha política, quizá, con el argumento de la cuota de género. Pasó de directora jurídica del secretario General de Gobierno a la Fiscalía. Y aun cuando su prima, Guadalupe Hernández Hérviz, conocida como «La jefa» en el mundo delincuencial, la ha incomodado, ella entró ya a la historia de la política local.
Pero antes, mucho antes, muchas otras mujeres abrieron brecha y marcaron pauta para, digamos, el desarrollo político y social de las mujeres y a quienes tanto ha costado.
Entre otras, las siguientes:
Amelia Cerecedo Castillo, la primera presidenta municipal de Veracruz. En su caso Teocelo, en el periodo 1955/58.
Lucía Méndez Hernández, la primera diputada federal.
Irene Bourell Peralta, la primera diputada local y la primera lideresa juvenil de la Liga de Comunidades Agrarias.
Gela Frutis, finada, la primera directora de Ecología en el sexenio de Rafael Hernández Ochoa.
Noemí Quirasco, la primera secretaria General de Gobierno con Miguel Alemán Velasco.
La profe Gloria Sánchez, actual Senadora de la república postulada por la MORENA de AMLO, la primera candidata a gobernadora.
La doctora Sara Ladrón de Guevara, la primera rectora de la Universidad Veracruzana.
Cada una dejó huella imborrable. Sobre todo, la gran apertura, aun cuando, y como dice el adagio popular, «una golondrina solitaria pocas veces anuncia el verano».
Ellas llegaron a la plenitud del poder, pero después, el silencio y el vacío, con una que otra, por ahí, escalando.
Y más, como hoy, cuando 6 de cada 10 habitantes de Veracruz son mujeres.
Incluso, algunas de ellas fueron aclamadas en su tiempo por las voces feministas porque se abrieron paso en un país, y en un Veracruz, de machos.
«La joya de la corona» será cuando una mujer sea elegida candidata a gobernadora y candidata presidencial y gane en las urnas y que algunos optimistas apuestan «veinte y las malas» que será Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y preferida de AMLO, el jefe de jefes, por encima, incluso, del vicepresidente en funciones, Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores.
Claro, Marta Sahagún de Fox se soñó sucesora de su marido en Los Pinos, pero parafraseando a Porfirio Díaz Mori, el país todavía no estaba listo para una mujer presidenta.
PRECURSORAS EN EL PAÍS
En el país, la primera secretaria de Estado fue Rosa Luz Alegría, en Turismo, en el sexenio de José López Portillo, aun cuando Beatriz Paredes Rangel fue la primera subsecretaria de Estado, en Gobernación, en el siglo pasado.
Y la primera gobernadora del país, la poetisa Griselda Álvarez, en Colima, con Miguel de la Madrid presidente.
La profe Elba Esther Gordillo fue la primera dirigente sindical nacional y terminó en la cárcel con su ex amigo Enrique Peña Nieto, luego de que Carlos Salinas la encumbrara en el trono imperial y faraónico.
Sandra Ávila Beltrán fue la primera jefa de jefas de los carteles de la droga y también terminó privada de su libertad.
Con un pie en la cárcel y otro afuera está Rosario Robles Berlanga, la primera lideresa nacional de un partido político, el PRD, y la primera jefa de Gobierno en la Ciudad de México y la primera mujer en ocupar dos secretarías de Estado, Desarrollo Social y Desarrollo Urbano, en el Peñismo, tiempo aquel cuando el presidente de la república le dijera «No te preocupes, Rosario», y aun cuando entonces fue redimida por el jefe del Poder Ejecutivo Federal en turno, ahora con AMLO le está yendo mal.
Algunas mujeres han sido precursoras, por ejemplo, como gobernadoras, pero cerraron las puertas.
Por ejemplo, Amalia García, PRD, en Zacatecas, y nunca más otra mujer en el trono imperial y faraónico.
Ivonne Ortega y Dulce María Sauri, en Yucatán, y pare de contar.
Beatriz Paredes, en Tlaxcala, y de nuevo las puertas y las ventanas y los resquicios cerrados para las mujeres.
Griselda Álvarez, en Colima, y nunca más.
Pero, bueno, Olga Sánchez Cordero, magistrada de la Suprema Corte de Justicia y académica en la UNAM jubilada, despacha como la primera secretaria de Gobernación al lado de AMLO.
Ya se verá si ensancha las posibilidades para las mujeres en cargos públicos, más allá de las siglas y las pasiones partidistas.
OTRAS MUJERES IMBORRABLES
Irma Cué, la primera abogada jarocha en convertirse en Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y secretaria General del CEN del PRI.
Delia de la Paz Rebolledo, la primera dirigente de la ANFER del CEN del PRI.
Patricia Gómez de Ibarra, la primera directora general de Tránsito del Estado.
Acela Servín, la primera senadora y diputada federal y local y la primera dirigente histórica del SETSE.
Nohemí Guzmán, la primera reina de la belleza en la facultad de Economía de la Universidad Veracruzana.
La primera cantante de Veracruz exitosa en la Ciudad de México, la metrópoli más grande del planeta, Toña la negra, intérprete de Agustín Lara.
La primera artista jarocha triunfadora en la Ciudad de México, Los Angeles y Europa, Salma Hayek.
La primera soprana originaria de Veracruz, exitosa en el mundo, Olivia Gorra.
La primera intérprete jarocha ganadora del festival artístico de Brasil, la OTI, Yuri.
La primera escritora que trascendiera la cortina de nopal, Josefa Murillo, de Coatepec, en el siglo pasado.
La primera esposa de Antonio López de Santa Anna, 3 veces gobernador de Veracruz y once ocasiones presidente de la república, una chica de 16 años de edad, hija de un comerciante español, originaria de Alvarado.
La primera esposa de un ex gobernador, Javier Duarte, asilada en Londres, la ciudad más cara del mundo, Karime Macías.
La primera guerrillera de Veracruz en el concierto de la llamada guerra sucia cuando las mujeres y hombres luchaban por un país justo y mejor y que, incluso, terminara encarcelada, Gloria Arenas Ajis, originaria de Orizaba, militante del Ejército Popular Revolucionario, EPR, del comandante Antonio.