jueves, abril 18, 2024

Expediente 2019

Purga en Morena

Luis Velázquez

La purga política ha empezado en Morena Veracruz, el partido de la República Amorosa. Un trío de diputados locales fueron expulsados. Su “delito de lesa humanidad” criticar al gobierno del estado y tratar de formar su propia bancada.

En el PAN, el PRI y Encuentro Social, algunos de sus legisladores integraron sus bancadas en desacuerdo con la política partidista. Incluso, también criticaron a los otros. Y ahí siguen. Ninguno fue lanzado.

En Morena, quizá porque son el partido en el poder estatal y por añadidura, dueños del recurso público, además del tráfico de influencias y el conflicto de intereses, la purga.

Claro, la historia, decía Federico Engels, se repite. Pero se repite, corrigió Carlos Marx, unas veces como tragedia y otras como comedia.

Y si en el siglo pasado, tiempo de las pasiones desaforadas, la purga era, por ejemplo, el estilo de ejercer el poder en el Partido Comunista, la izquierda, y la izquierda delirante, también, todo indica, hoy.

Magdaleno Rosales Torales, Jessica Ramírez y Nahúm Alvarez, se volvieron críticos de sus colegas y compañeros de partido en el camino sexenal, hace un año.

Primero, evidenciaron las decisiones públicas de los secretarios General de Gobierno, Salud y Seguridad Pública en un Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios y secuestros.

Y luego, cuando el despapaye electoral de Morena en los estados de Veracruz, Campeche, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, se lanzaron contra algunos secretarios, entre ellos, el de Desarrollo Social, por ocupar recursos públicos en el (presunto) trastupije.

Y, ni hablar, una militante de Morena en Veracruz, conocida por su familia y “la mano que mece la cuna” interpuso la denuncia de deslealtad e infidelidad del trío de diputados, “Los Malenos” y la Comisión Nacional de Honestidad (“la honestidad valiente”) y de Justicia…, los lanzó del paraíso terrenal.

Ya se verá si en los estados de Campeche, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, donde las asambleas para elegir a los delegados a la junta nacional y que terminara en peleas, puñetazos y sillas voladoras y falsificación de credenciales, también algunos militantes o funcionarios son expulsados.

Y, claro, se verá si la Comisión de Honor y Justicia es tolerante con la presidenta Yeidckol Polevnvsky, quien en la euforia de reelegirse ha causado el estercolero.

PURGAS FAMOSAS

La purga del trío de legisladores locales se ensarta en un solo eje rector y vaso comunicante: las elites de Morena en el poder sexenal son incapaces de aceptar y soportar la crítica.

Y menos, mucho menos, la crítica de los suyos.

Plutarco Elías Calles, el fundador del Partido Nacional Revolucionario, abuelito del PRI, ordenó matar a cien seguidores de José Vasconcelos, el candidato presidencial insumiso, rebelde y crítico, en Topilejo “y muerto el perro se acabó la rabia” dijeron, entonces, los suyos.

Además, y para apaciguar a los disidentes les otorgó cargos públicos con suficientes recursos oficiales disponibles, como por ejemplo, las gubernaturas y las presidencias municipales de los estados a los caciques y jefes militares… a cambio de mantener el control y evitar la sublevación popular.

Famosas las purgas de José Stalin en nombre del Partido Comunista en Rusia y que significaban enviar a los campos de concentración a los disidentes, desde militantes del partido hasta los intelectuales, escritores, pintores, escultores y músicos, entre otros.

Incluso, y como en el caso de León Trostky, ordenó su ejecución en todos los continentes donde se refugiaba hasta que el asesinato lo alcanzó en México, asilado por el presidente Lázaro Cárdenas del Río.

La gran purga, entonces, del Partido Comunista de Valentín Campa y Arnaldo Martínez Verdugo cuando Diego Rivera “traicionó y delató a varios miembros del PCM –algunos de ellos fueron asesinados—para congraciarse con los gobiernos represivos y obtener contratos”. (Proceso, Elías Chávez).

“Los Malenos” nunca delataron a los compañeros de Morena. Tampoco jugaron encapuchados. Dieron la cara. De frente. Críticos y autocríticos. Seguros de que la mirada con microscopio de Morena y los morenistas en ningún momento significa sumisión ni vasallaje, ni tampoco guardar silencio ante los errores y pifias y abusos y excesos del poder.

EL INFIERNO ESPERA A TODOS

Queda claro el estilo personal de ejercer el poder y gobernar:

Uno. Prohibida a todos la libertad de expresión, consagrada en la Carta Magna, pues Morena es un partido de feligreses callados.

Dos. Guillotina a los críticos del mismo partido, pero también, exclusión social a los críticos ajenos. Mínimo, la indiferencia, el desdén, el menosprecio y el desprecio.

Tres. Ante los críticos, crear y recrear y purificarse y darse “baños de pureza” en un mundo rosáceo alterno.

Cuatro. La frase memorable de Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, toma vigencia en Veracruz. “Estás conmigo o estás contra mí”.

Cinco. La expulsión del trío de diputados locales de Morena es la primera purga del reino de Cuitlalandia y anuncia tempestades peores. Ya mostraron el diente. Y todavía les quedan 5 años más para seguir trepados en su macho. Ya saben, todos, entonces, los riesgos de la crítica.

Heberto Castillo, glorificado en Veracruz, anduvo muchos días y semanas huyendo de casa en casa cada noche de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Alvarez y Fernando Gutiérrez Barrios, en el movimiento estudiantil del 68, incapaces de aceptar la crítica.

Intolerantes. Excluyentes. Rencorosos. Vengativos.

Seis. El estilo personal de ejercer el poder del góber de AMLO en Veracruz queda manifiesto. ¡Ay si más militantes de Morena siguen el camino de “Los Malenos”, pues el infierno los espera.

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