Diario de un reportero

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•Veracruz ensangrentado

•Tiradero de cadáveres

•Desencanto civil

Luis Velázquez

16 de noviembre de 2019

DOMINGO

Veracruz ensangrentado

Los carteles se han recrudecido. Cada vez aumentan el grado de horror para sembrar el terror en la población y meter “miedo al miedo”, como decía el poeta español, León Felipe.

Asesinatos de mujeres. Asesinatos de niños. Asesinatos de ancianos. Asesinato de activistas sociales. Asesinato de políticos y líderes sociales.

Los malosos han ensangrentado a Veracruz. Y del paraíso que éramos en el siglo XVIII, ahora el infierno.

Y en el otro lado del charco, la autoridad con una política reactiva. Actúa, cierto, con su Guardia Nacional y Fuerza Civil y policías estatales y municipales.

Pero al mismo tiempo, solo aparece cuando hay una tragedia porque nada previenen. Incluso, los carteles siguen marcando la agenda pública y el gobierno simple y llanamente, los sigue.

Y se llena la boca de promesas y esperanzas y utopías. “Haremos justicia. Pronto serán detenidos. Ya tenemos el retrato hablado de ellos. La Guardia Nacional los está buscando ayudando a la Fiscalía”, grita y alardea el góber de AMLO.

Y el resultado es fatídico. Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios. Y primer lugar nacional en secuestros.

Paradojas de la vida: el góber de izquierda sigue vendiendo esperanzas, sin advertir que ya nadie le cree.

LUNES

Tiradero de cadáveres

Antes, mucho antes, los carteles y cartelitos se mataban entre ellos. Tiradero de malandros por todos lados. La mayoría, desconocidos. Pistoleros, cierto, de otras entidades federativas, pues así operan. Pero también, jarochos metidos al narcotráfico.

Ahora, sin embargo, continúan matando mujeres y niños y ancianos, la población más indefensa, desprotegida y débil.

Y lo hacen para intimidar y asustar a la población. Y de vez en vez, ejecutan a una figura pública dejando claro el mensaje de que si a los políticos famosos, ricos y poderosos, les llega la muerte violenta, entonces, a la población civil le puede ir, irá, peor.

Sabrá el chamán si los políticos y líderes emboscados y asesinados tenían parte negra en sus vidas. Pero cumplen el objetivo como es aterrorizar a la población.

Con todo, incluso, que muchas comunidades de norte a sur y de este a oeste viven en un virtual Estado de Sitio, un virtual Toque de Queda.

Y es que cuando apenas pardea la tarde/noche (ahora oscurece más temprano, hacia las 6:20pm), las familias están concentradas en sus casas, sin salir a la calle, porque las calles son propiedad de los malandros y ningún caso tiene exponerse a un levantón, a una bala perdida, a una desaparición, incluso, a un tiro fulminante.

MARTES

Desencanto civil

Por fortuna, la población está harta y perdiendo el miedo, además del desencanto de la población civil.

Por eso, en algunos pueblos de Veracruz se hacen justicia por mano propia.

Guardias comunitarias, autodefensas, vecinos integrados, whatsapp para estar pendientes, malosos detenidos y encuerados y amarrados de las manos y los pies y avisito a la policía para que los recojan en la calle, a excepción, claro, de cuando en Soledad Atzompa detuvieron, lincharon y prendieron fuego a un sexteto de pistoleros y como en el Valle de Uxpanapa donde capturaron a un homicida de su esposa y lo lincharon.

Tarde o temprano, la gente toma conciencia de que nadie puede seguir viviendo en el infierno y se cansa y procede, pues de por medio está la vida de los hijos, la esposa, los padres y los hermanos.

Con todo, la táctica de los carteles es sembrar el terror y se van a la yugular de la sociedad asesinando mujeres y niños, y de vez en vez, figuras públicas.

Incluso, en Veracruz se ha llegado a los límites. Cadáveres colgando de puentes. Cabezas decapitadas tiradas en la calle pero también dejadas en la mesa de bares y cantinas. Mujeres, amas de casa, secuestradas, desaparecidas, violadas y asesinadas.

MIÉRCOLES

Menores asesinados

En Guanajuato, noventa y ocho menores ejecutados del mes de enero al mes de septiembre del año que corre. En el Estado de México, ochenta y siete. En Chihuahua, sesenta.

Y aun cuando en Veracruz han asesinado a cuarenta menores en el tiempo del góber de AMLO, toda vida humana es invaluable. Y más, mucho más, de niños.

Insólito: al momento, los 40 niños ejecutados siguen en la impunidad.

Lo peor, ya nadie se acuerda de ellos, más que en sus casas, los padres sin hijos, los hermanos sin el hermano asesinado.

La bebé de 2 años ejecutada en brazos de su madre en la matanza de Minatitlán forma parte de una historia pasada.

Y mientras, el góber de AMLO sigue cacareando que pronto harán justicia, en tanto, el presidente de la república pide “un año más” para consolidar la Cuarta Transformación en materia de seguridad.

Meses anteriores, cuando vitoreara y levantara la mano a su góber, aseguró que en un semestre Veracruz estaría pacificado.

JUEVES

Saña y barbarie

En la era AMLO han asesinado a 796 menores de edad. Y el número significa un escándalo nacional. Pero más aún, es, sería un escándalo internacional.

¡Vaya escándalo mundial con aquel niño hijo de padres migrantes de África arrojado por el mar a la orilla de la playa!

La capacidad de asombro de la población civil alcanzó su decibel más alto con los 6 niños y las 3 mujeres de la familia Lebarón ejecutados en los límites de Sonora y Chihuahua, mucha, demasiada saña y barbarie.

Pero, insólito, los cuarenta menores de edad ejecutados en Veracruz dejaron de ser noticia al siguiente niño asesinado.

Y la impunidad ha crecido y crecido, imparable, descarrilada.

El secretario de Seguridad Pública, callado, evadiendo la realidad adversa.

La Fiscalía, prometiendo justicia.

El gobernador, anunciando que pronto detendrán a los homicidas y, claro, “lavándose las manos” inculpando a sus antecesores, Miguel Ángel Yunes Linares, Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán.

Y, bueno, ellos ya fueron juzgados por la población civil.

Además, hace casi doce meses que Cuitláhuac García es el jefe del Poder Ejecutivo Estatal, el jefe de las corporaciones policiacas, el jefe de las finanzas, el jefe de los penales, el jefe de parte del Poder Legislativo y Judicial.

Y su responsabilidad es superior. El enorme pendiente social de Veracruz es uno solo: la inseguridad, aunque la población ande desempleada, subempleada y con salarios de hambre.

VIERNES

Falta tocar fondo…

Solo queda la resistencia pacífica. La población organizada en cada pueblo para levantar la mano en la tribuna nacional.

El cabildeo en los medios defeños. El cabildeo con los corresponsales extranjeros. El cabildeo en la ONU y en la OEA. Y en las ongs extranjeras.

Fortalecido, claro, con las marchas y caminatas en cada cabecera municipal de Veracruz. Incluso, y como se estilaba en el siglo pasado, huelgas de hambre para estremecer el aparato gubernamental.

Veracruz chorrea tanta sangre que, por ejemplo, la simple declaración mediática se ha vuelto insustancial.

Y más, porque una sencilla rueda de prensa solo impacta, si impacta y que mucho se duda, unas horas del día, y luego, todo se olvida, y en contraparte, los crímenes, los secuestros, los feminicidios, siguen descarrilados, como ruleta rusa.

Y todavía así, y como dijo el sacerdote José Alejandro Solalinde, en Veracruz “todavía falta tocar fondo” con la inseguridad.