viernes, mayo 17, 2024

Expediente 2019

Sí al aborto

Luis Velázquez

10 de octubre de 2019

Es hora de que la LXV Legislatura entienda y comprenda que la mujer es dueña de su cuerpo y de sus decisiones de vida.

Y es hora, por tanto, de despenalizar el aborto.

Pero más aún: es hora de que los diputados locales dejen de tener miedo a una excomunión de la iglesia como sucediera al gobernador de Guerrero, Ángel Rivero, y cuando ya había presentado la iniciativa de ley en el Congreso local para despenalizar el aborto, apenas, apenitas las elites eclesiásticas lo amenazaron con excomulgarlo reviró por completo.

Es hora, entonces, de que la LXV Legislatura demuestre su madurez política y social, y su independencia del Poder Ejecutivo, pero más aún, de los llamados poderes fácticos, entre ellos, la cúpula eclesiástica (católicos y evangélicos) y de igual manera como en la Ciudad de México y Oaxaca, el último, despenalice el aborto.

Y más, mucho más, cuando Veracruz ocupa el primer lugar nacional en abortos clandestinos, y con lo que, y por lo regular, exponen la vida de las mujeres, sobre todo, adolescentes, pues también estamos en el primer lugar nacional de menores embarazadas.

Es hora de poner un alto a la iglesia enarbolando la defensa, según ellos, de un ser humano, cuando caray, resultan imperdonables los sacerdotes pedófilos y pederastas que todavía siguen fregando la vida de miles de millones de menores en el mundo, entre ellos, México, y por añadidura, Veracruz.

El colmo: la semana anterior, un diputado local de MORENA en el estado de Hidalgo, Jorge Mayorga Olvera, mostró en la sesión parlamentaria su Ipad, su celular, burlándose de la legalización del aborto exhibiendo que es más delito matar a un toro que a un feto.

Por fortuna, sus homólogos de MORENA, de la izquierda, la izquierda delirante, levantaron la voz en su contra y hasta solicitaron su expulsión.

MUJERES, DUEÑAS DE SU CUERPO

Pero con todo, la lucha entre las O.N.G. y los activistas y la iglesia alrededor del aborto se presta para tanta xenofobia y segregación racial, cuando la verdad universal es muy sencilla: las mujeres son las dueñas de su cuerpo.

Y basta ya de seguir politizando el aborto en la cancha política y social, donde las buenas conciencias VIP se enfrentan a las malas conciencias, digamos, “la marea verde”.

Además, ninguna autoridad moral tienen las cúpulas religiosas con tantos desmanes de por medio, el peor, la pederastia y la pedofilia. Y el Vaticano pagando millones de dólares y euros en indemnización a las víctimas y a los familiares de las víctimas. Y los negocios sucios en el Vaticano, tan documentados en libros.

Y la iglesia en la Edad Media. Y la iglesia inventando la existencia de santos para domesticar a los feligreses, como por ejemplo, el invento de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego según lo denunciara en su oportunidad el abad de la Basílica, Schulemberg, condenado al exilio, casi casi al destierro.

Además, la iglesia en la guerra de la Independencia, 1800, dueña de la riqueza nacional en igualdad de circunstancias que las elites políticas de entonces.

Y la iglesia funcionando como Monte de Piedad en aquel entonces, prestando dinero a los jodidos, y por eso mismo, dueña de ranchos, haciendas, ganado, terrenos, edificios, apartamentos, y joyas y pinturas.

Es la mismita iglesia que sigue oponiéndose, en nombre de Dios a la despenalización del aborto, como si hablaran con él.

Pero, diputados de la LXV Legislatura, “Conscriptos de la patria” llamados en la antigua Roma, ya basta.

Una sola pregunta:

¿Están con la iglesia y los evangélicos o están con las mujeres reclamando su legítimo derecho a decidir el destino de sus vidas?

DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO HA DE PROCEDER

Los políticos han cedido a las presiones de la iglesia en la penalización del aborto… a cambio de su simpatía, activismo y cabildeo en tiempo electoral.

Incluso, nadie se equivocaría si pensara que muchas elecciones de presidentes municipales, síndicos y regidores y diputados locales y federales y gobernadores y presidentes de la república han sido ganadas en el confesionario y en la homilía y en el rosario y en misa.

Y más, en un pueblo católico.

El día cuando el cardenal Juan de Jesús Posadas Ocampo fue asesinado el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, Carlos Salinas presidente de la república, el poder político se subordinó al poder eclesiástico para evitar una resistencia pacífica de los feligreses, digamos, como en el tiempo de los cristeros.

El día cuando el subcomandante Marcos se rebeló con el E.Z.L.N. en Chiapas, Carlos Salinas presidente, el obispo Samuel Ruiz fue el gran cabildero para lograr, digamos, la reconciliación y/o el mejor entendimiento.

Nadie duda del poder político y social y de la iglesia en un país guadalupano.

Pero en el otro lado del charco “La marea verde” también tiene razones de peso, y cada vez son más y más y más.

Y por eso mismo, es hora de que la LXV Legislatura se quite la camisa de fuerza de las elites religiosas de Veracruz y se ponga a la altura cívica y social.

La despenalización del aborto en Veracruz ha de proceder.

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