viernes, abril 19, 2024

Hyundai Ioniq

Existen dos tipos de personas: las que piden su bebida sin popote para que todo el restaurante las escuche, y las que simplemente no lo sacan del empaque y lo devuelven al final. El Hyundai Ioniq es de los segundos. Es un coche híbrido que no está aquí para gritarlo a los cuatro vientos, pero sí para ofrecernos las bondades de su universo eco-friendly: ahorro de combustible y conducción cómoda.

La oferta de vehículos híbridos en México aún es limitada y se centra, en su mayoría, en coches de lujo. El Hyundai Ioniq llega a nuestro país para sumarse al segmento inaugurado por Prius y colocarse como el coche híbrido más barato del mercado —aunque sólo por pocos miles de pesos. ¿Hyundai dio en el blanco con su propuesta? La hemos puesto a prueba.

La cosa es así: Hyundai quería su propio Prius. La salida fácil hubiera sido un Elantra Hybrid, pero para plantar cara a la propuesta de Toyota había que partir desde cero. El Ioniq, desde el primer minuto de su desarrollo, fue concebido como lo que es: un vehículo ecológico del que también se desprenden una variante híbrida enchufable y otra totalmente eléctrica, aunque todavía no en México.

Quien niegue que los coreanos tomaron al Prius como inspiración, que justifique el estilo de la carrocería y el medallón dividido. Pero no nos centremos en compararlo; para eso ya habrá tiempo. Hablemos de lo que es Ioniq: un híbrido sin complejos cuyo diseño no restriega al mundo su naturaleza híbrida. Si acaso, lo delatan el inserto azul en la zona baja de la fascia y las placas Hybrid, pero en todo lo demás quiere camuflarse entre toda la “fauna” de compactos en las calles.

Ojo, que no por eso sigue líneas simples ni descuida su apariencia. El Ioniq es, quizá, el Hyundai disponible en México con el diseño mejor resuelto.Luce atractivo gracias al antifaz que va de la parrilla a los faros y la iluminación LED en forma de boomerang. Desde atrás, se esmera en detalles como el inserto negro brillante en la defensa y la forma misma de los faros, que nos recuerda incluso a los modelos que Hyundai ofrece en Europa.

Los interiores nos reciben con elementos que nos remiten al Elantra, sobre todo por el acomodo de la pantalla táctil y la disposición de botones en el tablero. Lo híbrido “se le nota” en los detalles azules en el contorno de las rejillas del aire acondicionado, alrededor del sistema de infotenimiento, en las costuras y el volante que, por cierto, es chato en la parte de bajo, como si fuera de algún deportivo.

Se respira una grata sensación de calidad. El plástico que recubre la mayoría del tablero es acolchonado y de una textura distinta al resto de los modelos de Hyundai. Bien logrado. El material de la consola central es más rígido sin demeritar la atmósfera de calidad. Aquí, en realidad, lo único que queda por perfeccionar son algunos ajustes de armado. Con apenas 400 kilómetros en el odómetro, nuestro Hyundai Ioniq de prueba ya tenía un ruido en la puerta del conductor. De ahí en fuera, gran trabajo.

Quizá uno de los aspectos donde se queda algo corto es en espacio interior.Pasajeros altos podrán encontrar su lugar en la segunda fila sin ir con las rodillas pegadas al respaldo, pero la cabeza sí irá rozando el techo. La caída del medallón y la necesidad de colocar las baterías debajo de los asientos traseros roba valiosos centímetros de espacio para cabeza. El lado B es que cuenta con salidas de aire acondicionado para la segunda fila.

De hecho, el equipamiento es muy completo en general. La versión que probamos, la Limited, lleva climatizador automático bizona, cargador inalámbrico para smartphones, espejo retrovisor electrocromático, quemacocos, tapicería en piel, faros de xenón, rines de 17 pulgadas —de diseño aerodinámico, pero nada feos—, llave inteligente, cámara y sensor de reversa, cuadro de instrumentos con pantalla de 7 pulgadas a color, monitor de presión de llantas e infotenimiento compatible con Android Auto y CarPlay. En materia de seguridad, viene equipado con 7 airbags, frenos ABS y controles de tracción y de estabilidad. Por el precio, nosotros quizá hubiéramos incluido monitoreo de punto ciego.

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