viernes, abril 19, 2024

Escenarios

•Flavino Ríos, en la mira

•Atraco en 40 días

•Se fregaron $2,500 millones

Luis Velázquez

Uno. Flavino Ríos, en la mira

Flavino Ríos Alvarado, FRA, es doctor en Derecho Constitucional por la UNAM. Su aprendizaje en política inició con Rafael Murillo Vidal, 1968/1974, cuando fue dirigente juvenil de la CNOP. Y su despegue con Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980. Mucha, demasiada “agua ha corrido bajo el puente”.

Durante 40 días gobernó Veracruz, luego de estrepitosa fuga de su antecesor, Javier Duarte, quien lo encumbrara como secretario de Educación y secretario General de Gobierno.

De aquel gabinete siempre fue considerado el más prudente y mesurado que usaba las neuronas en vez del corazón y el hígado y el sexo para ejercer el poder.

Ahora, no obstante, y luego de que estuviera unos días preso en el penal de Pacho Viejo, enviado a un hospital por achaques de la edad y bajo arresto domiciliario, le enviaron un mensajito vía la columna política, “Kiosco”, de El Universal del jueves 26 de octubre.

Le dicen, por ejemplo, que con su vocera, Irma Chesty, la última directora de Comunicación Social en el sexenio anterior, saquearon las arcas estatales.

En su mandato, oh sorpresas que da la vida, hubo un “presunto daño patrimonial de dos mil millones de pesos detectados bajo la fachada de ‘difusión’ a través del pago a empresas fantasmas”.

Y más allá del desenlace, “es hora de sonar los tambores de guerra”, porque el avisito mediático puede multiplicarse.

Dos. FRA, un nombre que cuidar

De entrada, el gasto de dos mil millones de pesos se antoja inverosímil para haberse canalizado en 40 días, aun cuando, nadie lo duda, unas horas son suficientes para el atraco y el saqueo.

Y más insólito, porque FRA tiene un nombre y un prestigio (es académico e investigador en la Universidad Veracruzana) que cuidar.

Y si bien nació en Oaxaca y se avecindó en Minatitlán, en Xalapa enterró de nuevo su cordón umbilical.

Y, por si fuera poco, está su frase bíblica: “Javier Duarte era mi amigo, pero a todos nos engañó”.

Se ignora si el presunto daño patrimonial se habría, digamos, consumado, que las partes han de demostrar, una en contra y la otra en defensa.

Nadie dudaría de que el calambre político y mediático puede deberse a la sicosis duartiana que tiene a once políticos durmiendo en el penal de Pacho Viejo, y al ex góber tuitero, en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, y a Karime Macías “con el alma en un hilo” solicitando asilo político en Gran Bretaña, con todo y que en una plataforma digital levantan firmas en contra.

Pero de que FRA “ha de poner las barbas a remojar”, ni duda cabe, antes de que el boomerang seguía creciendo.

Tres. La fuga de Javier Duarte

FRA brincó al escenario nacional cuando trascendiera que como gobernador interino prestó un avión, un helicóptero, a Duarte, para, digamos, viajar de Xalapa a otra latitud geográfica del país, aun cuando luego se conociera que en realidad su destino era Guatemala como prófugo de la justicia.

Desde hace once meses, los 11 meses del gobierno azul, miles de toneladas de papel y tinta y de tiempo aire se han ocupado en Veracruz, en el país y en el extranjero de la filosofía política, económica y social con que Duarte y los suyos ejercieron el poder.

Incluso, tanto fue el cochinero que Miguel Ángel Yunes Linares tiene “suficiente tela de donde cortar” de aquí, mínimo, a mediados del año entrante cuando se efectúen las elecciones de diputados locales y federales, senadores, gobernador de 6 años y presidente de la república.

Cuatro. Lodazal duartiano

En el “Kiosco” de El Universal hablaron de dos mil millones de pesos y que, vaya paradoja, es la misma cantidad que desde hace ratito está en el carril político.

Primero, fue endilgado a María Georgina Domínguez Colio, la primera vocera.

Después, al diputado federal, Alberto Silva Ramos, quien como el segundo y el cuarto vocero de Duarte habría “metido las manos al cajón” con empresas fantasmas, algunas, se afirma, de su propiedad.

Luego, “El cisne” “se lavó las manos” e inculpó a Gina.

Y en respuesta, Gina cachó la pelota en el aire y devolvió la pedrada a “El cisne”.

Ahora, le rebota a Flavino Ríos y a su vocera, Irma Chesty.

El lector común pensaría que el ping pong político es demasiado incierto, como dando “palos de ciego”.

Pero…

Pero resulta que se trata del penúltimo atraco de Javier Duarte en las horas apresuradas de la transición a FRA.

Cinco. Desaparecieron $2,500 millones

Hasta donde se sabe si bien se sabe, con todo y que Duarte terminó el sexenio en la ignominia y el oprobio, su fuerza política y sicológica ante Flavino era tanta que el gobernador de 40 días se habría prestado a otro trastupije.

Se ignora si Duarte ya lo tenía cabildeado, el caso es que en la transición, Flavino inició o siguió la gestión en la secretaría de Hacienda y Crédito Público de Luis Videgaray Caso para que les anticipara el pago de 2,500 millones de pesos (dos mil quinientos) de las participaciones federales del mes de diciembre 2016… y que hacia el final del día y de la noche sombría, se los dieron, sabrá el chamán las razones oscuras.

Miguel Ángel Yunes Linares, entonces gobernador electo, tuvo conocimiento y reaccionó de inmediato y tocó puertas en Hacienda para que detuvieran la entrega del dinerito millonario anticipado.

Y una de las más altas autoridades de Hacienda, donde despachaba el político de mayor confianza de Enrique Peña Nieto, se habría opuesto argumentando que ya estaba autorizado.

Entonces Yunes solicitó, en nombre de la ley, que nombraran un auditor para evitar que el dinerito se fuera por las cañerías.

Y también se negaron.

Y el dinerito siguió caminando al gobierno de Veracruz y nunca, jamás, jamás, jamás, llegó a su destino social.

Y ahora, ni modo, Flavino Ríos Alvarado, el notario público de Minatitlán, está en el infierno, y lo peor, atrapado y sin salida.

Y por alguna razón, acompañado de su vocera Irma Chesty.

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