miércoles, abril 24, 2024

Expediente 2017

Buscan a sus hijos

Luis Velázquez

La señora Lucy Díaz Genao perdió a su hijo en el duartazgo. Y muchos años después, lo sigue buscando. Llena de esperanza. Sin doblarse. Todavía más: ha comulgado con un montón de madres cuyos hijos también continúan desaparecidos. Y entre todas, se ayudan.

Más aún: también extienden la mano a las madres del norte y del sur y del centro de Veracruz, en igualdad de circunstancias adversas.

Todas, rastrean la huella de sus hijos. Y unas a otras, se apoyan. Ella lo ha dicho: ni el gobierno de Veracruz (ni el pasado ni el actual) ni el gobierno federal les han tendido la mano como lo establecen los derechos humanos.

Y por eso mismo, ellas también buscan ingresos porque, y por ejemplo, cada semana significa un gasto de diez mil pesos para continuar la búsqueda en diferentes puntos del territorio jarocho, tan lleno, dice el padre José Alejandro Solalinde Guerra, de fosas clandestinas con unos quince mil desaparecidos.

Ellas tienen el Solecito jarocho. Pero en otras latitudes e Veracruz se ha integrado el Colectivo de Familiares en Búsqueda en Poza Rica y las madres les han solicitado apoyo.

“No podemos” les ha dicho la señora Lucy. Apenas, apenitas, ellas, con la venta de ropa usada, con las rifas, con la venta de antojitos en Semana Santa en la playa y en el carnaval, se avinieron de unos cuantos recursos.

Así, también han sugerido a las madres de Poza Rica que entre todas se lancen a esa aventura. La vendimia popular. Solo así podrían, digamos, seguir buscando a los suyos.

Terrible, entonces, que hayamos llegado a tales estadios.

En el Veracruz de Javier Duarte secuestraron y desaparecieron a sus hijos. En el Veracruz actual, ni siquiera, vaya, el Fiscal, ha mostrado voluntad política, voluntad social, voluntad humana, voluntad cristiana, para “juntarse con nosotros” y acordar una agenda que permita continuar la búsqueda frenética y desesperada de los suyos.

NINGUNA LUCECITA EN EL TÚNEL

Por equis razones, motivos o pretextos, las ONG de familiares de los desaparecidos se distanciaron. Ahora, cada parte anda por su lado. Y el camino al Gólgota se recrudece.

Por ejemplo, resulta paradójico, cruel y atroz, que ni siquiera tengan recursos humanos y materiales para la búsqueda.

Y más, con tanta corrupción política.

El billetito que le dieron a la diputada Eva Cadena que, incluso, pidió unas bolsitas para guardarlo.

El billetito oficial de la LXIV Legislatura para las borracheras, la droga, las mujeres y las orgías de uno que otro diputado local, encabezados, dice Cinthya Lobato Calderón, por He Man Sergio Hernández y Carlos Fuentes Urrutia.

El billetito que cada mes recibe (un millón doscientos mil pesos) el coordinador de la bancada de Morena, Amado Cruz Malpica, cuyo destino ignoran el resto de los legisladores de “El peje”.

El dinerito que el año anterior habría entregado Javier Duarte a Cuitláhuac García para su campaña electoral a gobernador según revelara el senador Héctor Yunes Landa.

El dinerito millonario gastado por los alcaldes en turno para financiar las campañas electorales de sus esposas, hijos, hermanos y amantes a las alcaldías.

Y es que solo con el diez por ciento del monto de los anteriores trastupijes el Solecito (y los Colectivos) tendrían recursos suficientes para la búsqueda de los suyos.

Un semestre y diecinueve días después queda claro que con la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” otorgada por el Congreso a las ongs de desaparecidos y con la llamada Comisión de la Verdad…, de nada sirvió y a ningún lado se ha llegado, porque todos ellos necesitan fondos para moverse.

Y, bueno, como ahora está de moda culpar a Javier Duarte del saqueo atroz a las finanzas (incluso, delito de lesa humanidad, fue culpado de que este año suspendieron la comelitona con los medios el 7 de junio por falta de recursos oficiales), el Solecito atraviesa un largo y extenso túnel, sin que ninguna lucecita se encienda.

“TODAVÍA NO ACABAMOS”

Las ONG de los desaparecidos están entre la espada y la espada.

Sus hijos fueron levantados y muchos meses y años después ninguna noticia alentadora tienen.

Ellas ignoran si sus hijos y familiares viven o están muertos y sepultados, incluso, en fosa clandestina.

La autoridad “se cura en salud” con juntitas donde solo inmolan la palabra oficial, pero sin resultados.

Los días y los meses y los años han transcurrido y los pendientes van quedando en la impunidad. “El Fiscal, dice Lucy Díaz Genao, es la persona más nefasta que puso el gobernador”. (La Jornada Veracruz, 8 de mayo, 2017)

Más fosas siguen apareciendo. La última, en Tihuatlán. La penúltima, otra más en el terreno aledaño al Frac. Colinas de Santa Fe, en el puerto jarocho. “Todavía no acabamos”, dice la señora Lucy.

Y sin el apoyo oficial y sin recursos, con la esperanza de hallar a sus hijos, las madres del Solecito siguen picando piedra con rifas y venta de ropa usada y antojitos.

La Diócesis de Orizaba (sacerdote Marcos Palacios Cárdenas, Pastoral de Medios) dijo que la iglesia seguirá dando apoyo moral a las familias, sin anunciar, por ejemplo, que podrían apoyar con una parte de las limosnas, pues el aliento moral ya lo tienen de sobra entre ellas.

Por fortuna, la LXIV Legislatura aprobó veinte millones de pesos de presupueste este año para la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, CEAPP, y los familiares de los reporteros asesinados, la mayoría, todos mejor dicho, en la impunidad, tendrán esperanzas para que el asesinato de los suyos alcance la justicia plena.

El Solecito, como otros más, seguirá empujando la carreta con sus propios medios, pues el sacrificio de sus hijos y parientes es razón de sobra.

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