Mujeres bragadas
Por: Luis Velázquez
Hay en Veracruz unas mujeres bragadas que, entre otras cositas, y además de la firmeza en su sentir, pensar y actuar, se han enfrentado a Javier Duarte.
Y, por eso mismo, igual que como afirmaba el historiador Daniel Cosío Villegas de los hombres de la Reforma, “parecen gigantes”.
Entre ellas, las siguientes:
Sara Ladrón de Guevara. Rectora de la Universidad Veracruzana, y en su defensa, ha interpuesto un par de demandas penales en contra del duartismo, una en la Fiscalía local, y otra en la Agencia del Ministerio Público Federal, por la retención de más de dos mil millones de pesos correspondientes a los subsidios estatal y federal.
Pero, además, está llevando a cabo lo que llamó una revolución silenciosa y pacífica por la UV. Luego de la publicación de desplegados y una marcha de estudiantes y egresados en Coatzacoalcos y Xalapa, la gran marcha que se anuncia en la capital. En contraparte, y como chivo en cristalería, Javier Duarte contestó con una iniciativa de ley para que los patrones oficiales, desde la UV hasta los alcaldes paguen en forma directa a sus pensionados.
Araceli Salcedo. Madre de Fernanda Rubí, la chica de 20 años secuestrada en una discoteca de Orizaba, encaró a Javier Duarte en Orizaba, y de frente le reprochó la ineficacia de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Fiscalía para hacer justicia. Incluso, y a partir de que Orizaba fue declarado Pueblo Mágico, dijo que Orizaba es pueblo mágico “porque aquí desaparecen a los hijos”. Nunca antes una mujer, una madre, había enfrentado al gobernador. Ella sigue en su lucha, soñando con encontrar a su hija.
Amanda Gasperín Bulbarela. Presidenta municipal de Rodríguez Clara fue la primera en lanzar “su espada en prenda” para reclamar al duartismo el pago de cien millones de pesos que la SEFIPLAN le había retenido de las participaciones federales. Luego, hubo una cascada de alcaldes uniéndose a la denuncia. También a nosotros, dijeron, nos han detenido el pago que cada mes la secretaría de Hacienda y Crédito Público entrega etiquetados a los gobiernos estatales.
LA GOTA QUE PERFORARÁ A LA ROCA
Rocío Nahle. Ingeniera petrolera, asesora energética en América Latina alternando con su esposo, diputada federal y coordinadora de los 33 legisladores federales de Morena, ha denunciado en la tribuna parlamentaria el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política en el gobierno de Veracruz. También lo ha denunciado ante los medios. De igual manera en sus reuniones con la población electoral. Lucha sistemática contra el duartismo. La gota que perforaría la roca.
Nadia Vera. Originaria de Chiapas, egresada de la Universidad Veracruzana, QEPD, gran activista social en Xalapa y Veracruz, siempre dijo a los suyos y en ruedas de prensa que si algún día la muerte la alcanzaba el único culpable sería Javier Duarte. Fue asesinada en la Ciudad de México, en la colonia Narvarte, al mismo tiempo que al fotógrafo Rubén Espinosa. Siempre luchó con gran sentido social.
Mónica Robles Barajas. Diputada local por el PVEM fue la única que en la sesión parlamentaria votó en contra de la ley anti-aborto enviada al Congreso por Javier Duarte como su iniciativa de ley… para quedar bien con la élite eclesiástica, encabezada por el arzobispo Hipólito Reyes Larios. Pero, además, defendió el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo en la tribuna. Es más, después ha seguido cabildeando al mismo tiempo que en el Congreso esperan la segunda ronda para votar la dichosa ley, a la que se opone la mayoría de las mujeres.
Maryjose Gamboa. Ex directora del Instituto de la Mujer en el Ayuntamiento de Boca del Río, de oficio reportera, es la única presa política de Javier Duarte, confinada, primero, en el llamado penalito de Veracruz, y después en el reclusorio de Tuxpan. Su único delito: el ejercicio periodístico crítico abierto y directo al estilo personal de gobernar del duartismo. Además de haber desafiado a la Barbie consentida, Ana Guadalupe Ingram Vallines, como candidata a diputada local por el distrito de Veracruz urbano. Un accidente automovilístico fue el pretexto para la represión política. Alcanzó la libertad y sigue en pie de lucha.
LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO
Nora Reyes Baruch. Madre de la niña de 5 años de edad, Karime Alejandra, que en Coatzacoalcos fue secuestrada, asesinada y sepultada en fosa clandestina al lado de su tía, también plagiada. El duartismo inventó que el homicida era un capo novio de la tía. La madre y el padre se fueron a la calle. Organizaron la primera manifestación de protesta de norte a sur y de este a oeste por tantos desaparecidos. Y como en el caso, el colmo, la gota que derramó el vaso, con una niña ejecutada con tanta saña. En la marcha sostenían una cartulina con la siguiente leyenda bíblica: “Hoy fue mi hija Karime. Mañana puede ser tu hija”.
Sara Luz Herrera Cano. Presidenta municipal de Alvarado, se soñó intocable, dueña del paraíso, dueña del presupuesto, dueña de las vidas ajenas. Entonces, perdió el control y el sentido de la vida pública. Un día, aliada con sus policías y los malandros, les ordenó que asesinaran a su secretario particular, porque ya sabía demasiado. Cuando trascendió desafío al duartismo: “Si me encarcelan hablaré y arrastro a otros” (sus cómplices). Está en el penal de Amatlán y ahí le llaman “La madrina”. Y nunca denunció a sus aliados. Se creyó más que Javier Duarte y pagó la temeridad. Y la lanzaron del paraíso terrenal. ¡Ah!, tiene pendiente una denuncia penal por ilícitos en más de 40 millones de pesos en su tiempo edilicio interpuesta por el alcalde sucesor, Gustavo Ruiz, y que el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras parece haber archivado.