viernes, abril 19, 2024

Malecón del Paseo

  • 23 mil alumnos sin la beca
  • El colmo del duartismo
  • Canonjías de Motita en SEV

Luis Velázquez

EMBARCADERO: Si hay 32 mil estudiantes a quienes el gobierno de Veracruz ha dejado de pagar la beca mensual que ha de oscilar entre 500 y mil pesos, entonces, sólo queda preguntarse como Zavalita en “Conversaciones en la catedral” del novelista Mario Vargas Llosa, ¿en qué momento se jodió Veracruz?

Pero más aún, ¿en qué momento Veracruz sigue jodiéndose, sin que nadie, por ejemplo, SEFIPLAN, la Contraloría, el ORFIS, la Comisión de Vigilancia y los auditores internos y externos, ni tampoco los asesores, pongan un alto?

Según la Confederación de Estudiantes y Jóvenes de Veracruz, CEJEV, Elías Cristino Bautista, coordinador en la zona norte, la deuda asciende, por ahora, a 78 millones de pesos que, bueno, nada son para el gasto millonario que vendrá el año entrante sufragando la campaña del candidato priista a gobernador y diputados locales.

Lo peor del asunto es el discurso oficial donde la titular de la Secretaría de Educación y el Jefe Máximo del Priismo se desgarran las vestiduras cacareando que la educación es el punto central del desarrollo social y económico, y por el otro lado, regatean el pago de las becas.

Peor aún si nos vamos al caso de los 2,173 “aviadores” que el duartismo ha insistido se venían pagando desde el sexenio de Patricio Chirinos Calero y nunca, jamás, en los últimos casi cinco años existió voluntad política, voluntad moral, voluntad ética y voluntad social para enmendar la plana.

Por el contrario, mientras los 32 mil estudiantes de todos los niveles educativos se han apretado el estómago, “los aviadores” seguían cobrando, y como afirma el senador Héctor Yunes Landa, uno de ellos usufructuaba medio millón de pesos mensuales, que puede estar entre los asesores Enrique Jackson Ramírez y José Murat Casab y el suegro más famoso de Veracruz, Antonio “Tony” Macías.

ROMPEOLAS: Por eso la validez de la frase bíblica del Zavalita de Vargas Llosa en el sentido de ¿en qué momento se jodió Veracruz?

Y es que en la tarea de gobernar y ejercer el poder hay rubros sociales imprescindibles que están por arriba del “desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política”.

Entre ellos, y por ejemplo, punto número uno, la salud pública; punto número dos, el empleo; punto tres, la educación, y punto cuatro, la seguridad.

Incluso, basta y sobra con que el gobernante atienda con hechos y resultados gratificantes tales ejes sociales para que la población en la pobreza y la pobreza extrema, más, mucho más, que las clases media y alta, alcancen la satisfacción y la felicidad.

Bastaría referir que en las escuelas primarias de las regiones indígenas hay niños que se duermen sentados en el pupitre por la anemia y la desnutrición, y porque cada día llegan al salón de clases con un pancito en el estómago, una tortillita con frijoles.

Pero, de igual manera, y en contraparte, todos los directores y maestros de la Universidad Veracruzana, por ejemplo, saben que hay estudiantes en la miseria total que muchas veces llegan a clases con las tripas gruñendo, sin desayunar.

Y si 32 mil estudiantes esperan sus becas desde hace varios meses, caray, resulta indignante que, por ejemplo, durante su tiempo como secretario de Educación, el pedagogo Adolfo Mota Hernández haya tenido a nueve familiares (su esposa, su hermana, su cuñado, tres primos y las esposas de sus primos) en la nómina con sueldos de hasta de 33 mil pesos.

Pero además, que haya autorizado diez metrosexuales como asesores al subsecretario Nemesio Domínguez Domínguez, argumentando que “sólo así era feliz” y, bueno, Motita estaba allí para la felicidad del tuxtleco.

ASTILLEROS: Más todavía: quedó claro que el director del Instituto de Educación para Adultos, Álvaro Capetillo, habría ordeñado la vaca desviando recursos y que fue el motivo de su despido apresurado cuando la Auditoría Superior de la Federación estaba encima.

Es decir, se entendería que, incluso, el dinero de las becas bien pudo parar en alguna campaña de candidato a diputado federal, y/o bien estarían en el jineteo bursátil, y/o canalizados a otros programas en otras regiones, y/o en otros bolsillos.

Por eso, la única salida que el duartismo está dejando a los estudiantes, de igual manera como a muchos sectores sociales, es la protesta callejera, la marcha pacífica, los mítines con discursos incendiarios frente a palacio de gobierno, por más que las leyes aprobadas por el Congreso pastoreado por el cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, condene a cinco años de cárcel a quienes bloqueen las vías de comunicación.

“Los estudiantes, dijo el dirigente del CEJEV, están cansados del abuso del poder” al retrasar el pago de las becas.

Tal cual los alumnos, los 20 mil seniles a quienes retiraron el subsidio de 833 pesos que porque cobraban dos y tres pensiones y las 2,173 personas señaladas como “aviadores” y que trabajan, bien pudieran lanzarse a una gran protesta en Xalapa.

Es la hora de la sublevación.

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