martes, mayo 7, 2024

Sube la apuesta por el turismo espacial

Jeff Bezos ha entrado de lleno en la carrera del turismo espacial. El magnate del comercio online, se propone enviar pasajeros más allá de los límites de la Tierra en viajes de recreo antes de que acabe esta década. El multimillonario fundador de Amazon canaliza su aventura espacial a través de otra de sus empresas, Blue Origin, que, de hecho, ya invita desde su página web a reservar plaza en los futuros convoyes. «¿Un asiento en ventanilla?», pregunta su página web nada más abrirla. El propio Bezos se ha apuntado ya como uno de los primeros pasajeros de sus propios cohetes.

El empresario pretende emplear lanzaderas que aterricen verticalmente y de esta forma puedan ser reutilizadas, al estilo de los cohetes Falcon 9 que está empleando, hasta ahora con limitado éxito, la compañía SpaceX. En realidad, Blue Origin había patentado la idea de la plataforma flotante sobre el mar para el aterrizaje, pero SpaceX recurrió la patente y se anticipó en este tipo de maniobra. La reutilización es una de las grandes bazas para hacer viable el futuro de la industria espacial, que requiere de enormes costes que van a parar a la basura si no se logra recuperar al menos parte del material empleado.

Jeff Bezos anunció la pasada semana que Blue Origin, con sede en el estado de Washington, llevará su proyecto de turismo espacial al otro extremo del país, hasta Cabo Cañaveral (Florida), donde utilizará el Complejo 36, de donde partieron en su día misiones como las Mariner, las primeras en visitar otros planetas; la Pioneer 10, la primera sonda que atravesó el llamado cinturón de asteroides y en obtener imágenes cercanas de Júpiter, y la Surveyor 1, la primera nave espacial estadounidense que se posó de forma suave en la Luna. Este emplazamiento, sin embargo, ha permanecido inactivo en la última década y Bezos llega dispuesto a revitalizarlo: «Lleva demasiado tiempo en silencio y no podemos esperar más para solucionar eso», asegura.

El emprendedor indicó en una presentación celebrada en Florida que Blue Origin no se limitará a lanzar cohetes desde allí, sino que creará unas avanzadas instalaciones en las que fabricar los aparatos reutilizables y prepararlos una y otra vez para los viajes orbitales. «No sólo vamos a despegar desde aquí, vamos a construir aquí», señaló. Según apuntó, «situar el ensamblaje de los vehículos cerca del punto de lanzamiento facilita el procesamiento y el transporte de unos cohetes que son realmente grandes». Estas instalaciones supondrán una inversión de 200 millones de dólares (unos 177 millones de euros) y generarán más de 300 empleos, indicó.

Sin embargo, los detalles del proyecto de Blue Origin son todavía una incógnita y se desconoce en qué consistirán exactamente los vuelos que pretende ofrecer. Más que aportar datos, Bezos apela a su propia pasión por el espacio. «Siendo un niño –confesó en la presentación en Florida– me sentí inspirado por las gigantescas misiones Saturn V que rugieron con estruendo desde estas costas. Ahora nosotros estamos emocionados por venir al «estado del sol radiante» para una nueva era de exploración». «Estaremos despegando desde aquí a finales de esta década. Nos oiréis antes de vernos», dijo de forma enigmática. Y advirtió a los periodistas: «No sé cuánto tiempo llevará esto, pero un día espero daros una rueda de prensa en el espacio».

Por el momento, el mayor logro de su compañía espacial ha sido el lanzamiento en pruebas el pasado mes de abril de su New Shepard, una nave no tripulada para vuelos suborbitales que despegó desde el oeste de Texas, pero del que no fue posible recuperar el módulo de propulsión por una pérdida de presión en el sistema hidráulico para el descenso.

Pasión extraterrestre

La apuesta espacial de Bezos a través de Blue Origin compite, además de con la citada SpaceX, capitaneada por el fundador de Tesla Motors y de Paypal, Elon Musk, con la de Virgin Galactic, de Richard Branson, que sufrió un severo revés en octubre de 2014, cuando uno de sus aparatos explotó en el aire durante un vuelo de prueba en California. Según un informe de la Oficina Nacional de Seguridad en el Transporte dado a conocer el pasado julio, se debió a la combinación de un error humano y de procedimientos de seguridad inadecuados. También los directivos de Google Larry Page y Eric Schmidt han invertido en una empresa con objetivos extraterrestres, Planetary Resources, en este caso centrada en la explotación minera de asteroides.

La faceta aerospacial de Jeff Bezos no es la única incursión que ha hecho fuera de su negocio de Amazon, el que le ha catapultado como uno de los grandes gurús de la era de internet. Una de sus inversiones más sonadas fue la adqusición en 2013 del periódico The Whashington Post por 250 millones de dólares (más de 220 millones de euros al cambio actual). La revista Forbes sitúa a este empresario nacido en 1964 en el estado de Nuevo México en el puesto 15 de su última lista de los más ricos del planeta y le atribuye una fortuna de 47.900 millones de dólares (cerca de 42.400 millones de euros).

abc.es

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