Cuatro jinetes del Apocalipsis que tambalearán al candidato priista

0
524
  • El reglamento de tránsito, la ley del IPE, la deuda pública y la inseguridad en la vida y en los bienes socavarán el voto duro del PRI; si la oposición se integra en un gran bloque entrarán al palacio de gobierno

Luis Velázquez

Hay por lo pronto cuatro jinetes del Apocalipsis político arrastrando vientos desfavorables para la elección de gobernador y diputados locales el año entrante en Veracruz.

El cuarteto de jinetes significan un riesgo para el triunfo en las urnas del candidato priista, sea quien sea de entre los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, ambos punteros únicos en la encuesta histórica.

Desde luego, nadie dudaría de que el voto duro de la familia tricolor, además de la compra irracional, desmedida y cínica del sufragio, más los programas sociales, oro molido como dijera el ideólogo Salvador Manzur Diaz, favorezcan la victoria roja en las urnas.

Pero, bueno, si de aquí para entonces, la oposición se integra y compacta, sin fisuras internas, entonces, pudieran, digamos, descalabrar al partidazo.

Primer jinete. El reglamento de tránsito

Tal cual fue lanzado; aunque, al mismo tiempo, despertó gritos callejeros de inconformes, primero, por las elevadas multas, y segundo, porque hasta los peatones pretendían multar. Al momento hay más de 500 amparos que de llevarse a la Suprema Corte de Justicia de la nación significarían un descarrilamiento más para el llamado sexenio próspero.

Incluso, ante el rechazo popular, el gobierno de Veracruz reculó en una parte del clausulado, y no obstante que el reglamento, aprobado fast track en la LXIII Legislatura, estaba impreso y era vendido en cien pesos al público, lo modificaron.

Más todavía si se recuerda que por un lado, el llamado sexenio próspero (próspero para unos cuantos, la elite) suspendió el cobro de la tenencia, toda vez que muchos propietarios de automóviles iban a Puebla donde es de gratis, por el otro, las multas fueron incrementadas de manera desproporcionada.

Segundo jinete del Apocalipsis político. La ley del Instituto de Pensiones, IPE

En efecto, la ley del IPE fue modificada y aprobada fast track en el Congreso del cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo.

Pero, al mismo, originó inconformidad. Incluso, una parte de los irritados con tales disposiciones interpusieron amparos en la Suprema Corte de Justicia, donde el gobierno de Veracruz movilizó a sus cabilderos para que el dictamen fuera expedido a favor.

Desde entonces, no obstante, la protesta callejera se ha multiplicado en contra de la ley del IPE.

Pero la indignación se ha vuelto más crónica a partir de que la Secretaría de Finanzas y Planeación y el IPE expedían cheques de hule a los pensionados, luego de 30 años de servicio laboral ininterrumpido.

Y más por la deuda millonaria de la SEFIPLAN al IPE, que asciende a 4,500 millones de pesos.

Y más luego del madrazo del fidelato al IPE cuando desvió millones de pesos y hacia el fin del sexenio le pagó con la entrega de 700 lotes y terrenos como si el IPE fuera una agencia inmobiliaria.

Y más porque los Copipes, que aglutina a los pensionados, han denunciado que un par de líderes sindicales, ambos caciquitos, Acela Servín y Ricardo Diz Herlindo, se están quedando con ellos.

Tercer jinete. La deuda pública

A estas alturas, ninguna noticia es hablar de la deuda pública que según la SEFIPLAN es de 41 mil millones de pesos (dato de Mauricio Audirac Murillo) y según el diputado local, Fidel Robles Guadarrama, es de 140 mil millones, y según el diputado Ricardo Ahued Bardahuil, de 90 mil millones.

Por el contrario, la noticia es preguntar una y otra vez el paradero de los créditos millonarios autorizados por el Congreso al gobierno de Veracruz, el penúltimo de 5 mil millones de pesos, y el último, de 1,390 millones, pues ni siquiera, vaya, le fue informado a los diputados locales, que se enteraron en la prensa.

Pero, además, y luego de la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación, ASF, ante la procuraduría General de Justicia de la república, de las irregularidades millonarias en el gobierno de Veracruz con los fondos federales, la gran pregunta es el destino de tales recursos, que nadie conoce.

Y más cuando si el ciudadano voltea de norte a sur y de este a oeste y advierte que ninguna obra de infraestructura relevante, trascendente, existe a nivel regional ni municipal.

Cuarto jinete del Apocalipsis. La inseguridad

En el 2015, Veracruz otra vez igual que en los años 2011, 2012 y 2013, cuando quedara constancia de que éramos el peor rincón del mundo para el gremio reporteril.

Pero también el peor paso en México para los migrantes de América Central camino a Estados Unidos.

Más todavía, Veracruz convertido en el cementerio de migrantes más largo y extenso del país como lo denunciara el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra.

Todavía más, Veracruz, tierra pródiga en disputa por los Zetas, Jalisco Nueva Generación y Del Golfo, según documentara la PGR de Jesús Murillo Karam.

Tal cual, fuego cruzado, muertos, secuestrados, desaparecidos, decapitados, cercenados y fosas clandestinas.

Es más, todas las familias en el territorio jarocho tienen un pariente, un vecino, un compadre, un conocido, plagiado y desaparecido, incluso, asesinado, como nunca antes aquí, ni siquiera, vaya, con “La Sonora Matancera” en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes.

Cientos de ciudadanos secuestrados y desaparecidos.

Decenas de reporteros y fotógrafos asesinados.

Decenas de activistas sociales ejecutados.

Todos, la mayoría, en la impunidad.

El Veracruz de Arturo Bermúdez Zurita y de Luis Ángel Bravo Contreras.

El cuarteto de jinetes anteriores, más otros, llevaron al hartazgo ciudadano y al desencanto de la elite priista en el poder sexenal.