•Lodazal en MORENA

•Caso de Eva Cadena

•¿De veras AMLO es honesto?

Por Luis Velázquez

Uno. El peor cochinero

El caso de Eva Cadena, ex diputada de MORENA, es un lodazal. Un cochinero. Peor, incluso, que el caso de René Bejarano embolsándose el billete de Carlos Ahumada. Peor que la versión del senador Héctor Yunes Landa de que Cuitláhuac García salía de la Casa Veracruz, con Javier Duarte, con una maletita.

Ya van tres videos donde queda expresa la corrupción política. Y todavía, consciente de lo que hizo, o pudo hacer, ella misma anuncia que vendrán más.

Tardía, ya se sabe, fue la reacción de Andrés Manuel López Obrador, el apóstol de la honestidad. “Honestidad valiente” le llama. Primero, la defendió. Incluso, igual que Enrique Peña Nieto a Javier Duarte, la puso de ejemplo de integridad. El símbolo de la disidencia en Veracruz.

Así, las elites de MORENA la han inmolado en la hoguera pública. Todos, renegando en su contra. Todos, satanizándola.

Lo peor: MORENA interpuso denuncia en la FEPADE y en el INE. Los diputados locales la desaforaron, sin juicio político de por medio. La denunciaron en la Fiscalía. La expulsaron de MORENA. La exhibieron… por corrupta. Simple y llanamente, por corrupta. Antes, mucho antes quizá de que fuera acusada, digamos, de ausencia de malicia. O en todo caso, de un descuido imperdonable. Le faltaron suspicacia y mañas.

MORENA ganó el año anterior trece diputaciones locales. Y al momento, el ridículo con un par de diputados.

El primero, Sebastián Reyes. El mismito que renunció a la bancada de “El peje” porque AMLO es autoritario…como si antes, mucho antes, se ignorara. Ahora, mudado en el yunista más acendrado.

Eva Cadena. Inaudito: fue panista. Insólito: fue regidora. Peor tantito: es una empresaria exitosa de la industria del hule en el Valle de Uxpanapa. Es una señora hecha y derecha.

Caray: con tal biografía, muchas dudas quedan de si el billete era para ella o para alguien más arriba.

Lo dijo el ingeniero y constructor Ricardo Exsome Zapata, candidato de MORENA a la alcaldía jarocha en tres palabras:

“Es una pendeja”.

DOS. PARTIDOS, NEGOCIO DE ELITES

Está claro que los partidos políticos son un negocio de elites, de caudillos y hasta de familiares.

Queda fuera de duda que las prerrogativas otorgadas por el INE, Instituto Nacional Electoral, son manejadas con sentido patrimonialista.

Está claro que con frecuencia el INE ha multado a los partidos políticos por el manejo irracional de las prerrogativas.

Queda claro que si en el relato bíblico los emperadores y reyes heredaban el poder a los hijos, ahora los heredan a los hijos, claro, pero también a las esposas, a los hermanos, a los tíos, a las novias, a los amigos y a los socios, aliados y cómplices.

Está claro que los políticos se enriquecen a la sombra del poder, como Javier Duarte, pero también como un montón de exgobernadores, como César Duarte (Chihuahua), Roberto Borge (Quintana Roo), Jorge Herrera (Durango), Andrés Granier (Tabasco), Jesús Reyna (Michoacán), Guillermo Padrés (Sonora), Juan Sabines (Chiapas), Luis Armando Reynoso (Aguascalientes), Tomás Yarrington y Eugenio Hernández (Tamaulipas), Jorge Torres y Humberto Moreira (Coahuila), Gabino Cué (Oaxaca), Rodrigo Medina (Nuevo León) y Narciso Agúndez Montaño (Baja California Sur).

De veras, de veras, de veras, ¿en MORENA son diferentes?

En el caso, MORENA ha incendiado en la hoguera pública a Eva Cadena.

Pero…¿y si Eva Cadena presenta pruebas de que ella apenas, apenitas es la punta del iceberg y que su corrupción, con todo y “bolsita” y videos, es más arriba?

“Es una pendeja” dijo Ricardo Exsome.

Pero… ¿una pendeja… porque cayó en la trampa, cuando en la trampa sólo caen las ratas, atragantándose con el queso?

Tres. “Dios no castiga el pecado”

En todo caso, las cúpulas de MORENA son corresponsables, por la siguiente circunstancia: el populismo, digamos, democrático, para elegir a los candidatos, pero también, para abrir las puertas a la afiliación del primero que pasa enfrente.

Eva Cadena, por ejemplo, fue panista. Claro, López Obrador fue priista y hasta presidente del CDE del PRI en Tabasco con Enrique González Pedrero, y si salió del tricolor fue porque las tribus rojas del entonces gobernador se le fueron encima, de igual manera, digamos, como las hordas rojas se le fueron a la yugular a Miguel Ángel Yunes Linares en el chirinismo.

Y, bueno, Eva Cadena en el PAN, partido de extrema derecha, brincando a MORENA, partido de extrema izquierda, resulta inverosímil, y ni siquiera Kafka convirtiendo a Gregorio Samsa en insecto tendría la suficiente química para un cambio de piel tan radical.

Además, la elección mediante la famosa “tómbola” democrática que, cierto, primero la antecede una votación interna, pero en todas las votaciones partidistas, ya se sabe, hay chanfle, dados cargados.

Ahora, con el cochinero de los videos queda claro que Eva Cadena habría caído, digamos, en una trampa como dijo AMLO, pero al mismo tiempo, caray, desde un principio estaba obligada, en nombre de la llamada “Honestidad valiente”, a rechazar el billete… y lo aceptó.

Se dirá, por ejemplo, dado el misticismo de “El peje” que Jesús tuvo un Judas en doce apóstoles.

Y que en todo caso, los políticos son seres humanos capaces de tropezar con la misma piedra más de dos ocasiones.

Pero, entonces, proclamarse políticos honestos, honestos “a prueba de bomba”, constituye el más barato y demagógico populismo en un país como México en los primeros lugares de la corrupción política mundial.

Las tribus de MORENA se fueron a la yugular de Eva Cadena porque “le cayeron en la maroma”.

Y ni modo, la historia registra que “la cuerda siempre se rompe por lo más delgado”.

Además, reza el proverbio popular, “Dios no castiga el pecado, sino el escándalo”.

El escándalo de los videos…, así el operador haya sido el diputado federal, Érick Lagos Hernández, acusado por MORENA.

•El infierno de los migrantes

•Encadenados de pies y manos

•Terrible desdén yunista

Por Luis Velázquez

PASAMANOS: El peor infierno lo están viviendo y padeciendo los migrantes. Aquí, en Veracruz y México, y en Estados Unidos. Todos siguen marchando ante los empleos precarios y mal pagados. Salarios de hambre les llamaba Ricardo Flores Magón en 1910. Y lo peor: el desdén oficial.

En el Valle de San Quintín, en la frontera norte, por ejemplo, según la secretaría de Trabajo federal hay unos diez mil jarochos. Todos, reclutados, en campos, digamos, de concentración.

Con otros miles han caminado de Baja California a la Ciudad de México. Se han sublevado en sus campos agrícolas. De nada ha valido.

En el cruce de México a Estados, ya por el río Bravo, ya por el desierto, otro infierno peor. Decenas de películas han filmado del camino al Gólgota. “Desierto” se llama una. La más espeluznante. La cacería de personas. Gael García en papel estelar.

En Estados Unidos, otro infierno, ahora con Donald Trump.

Un migrante lo cuenta así:

“Nos encadenan de pies y manos. Y nos pasean en el poblado donde nos tienen. Te dan ganas de llorar. Es degradante. Es deprimente” (La Jornada México, 15 de abril, 2017).

Dice otro: “Tuve que pedir dinero en la calle como si fuera un mendigo para completar para el pasaje de regreso a México”.

El colmo: tanto desdén hay en el bienio azul de Veracruz, que en la secretaría General de Gobierno, encargado del área, nadie tiene el número concreto y específico de los paisanos migrantes en el otro lado.

Además, claro, de que ni a la secretaría de Desarrollo Agropecuario (Joaquín Guzmán Avilés) ni al secretario de Desarrollo Económico (Alejandro Zairick) interesa el asunto. Ni para bien ni para mal. Simple y llanamente, indiferentes. El desdén total. El menosprecio y el desprecio. La indiferencia. Allá ellos. “Son pobres porque quieren” diría el secretario de Desarrollo Social de Javier Duarte, Marcelo Montiel Montiel, cuya fortuna los amigos calculan en dos mil millones de pesos.

BALAUSTRADAS: En Reynosa, Tamaulipas, reposa en un albergue el jarocho Delfino Luis Treviño. Le dieron una golpiza del tamaño del infierno. Fue “un coyote”. Todo, porque el paisano no lo contrató para cruzar a Estados Unidos.

Ha de recordarse: cada fin de semana parten de Veracruz a la frontera norte ene número de autobuses con migrantes. Y llegando allá, cada quien a su suerte.

Oh paradoja: las remesas se han convertido en el sostén de la economía local. Por encima, incluso, de los ingresos derivados de la caña de azúcar, los cítricos y el café.

Y ni así, el trabajo oficial ni para abrir la posibilidad, digamos, de empleos temporales, ni tampoco para ofrecer en EU una asesoría jurídica, por ejemplo, a los migrantes con muchos años para evitar la deportación.

Ya ni se diga para que la SEDECO aliente con hechos y resultados la creación de empleos. Sería temerario escribirlo, pero al momento, cinco meses y cinco días después de la Yunicidad, nada se sabe ni conoce del trabajo del titular. Menos, de la creación de un solo empleo.

Además, la realidad avasallante: en la mayor parte de los trabajos salarios de hambre. Un dato: hay periódicos donde pagan 4,500 pesos mensuales. Y lo peor: les prohíben alternar con otros medios. Quieren la exclusividad. La exclusividad de la inicua explotación laboral.

Por eso es que, entre otras razones, Veracruz se mantiene como el primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras sexuales. Mujeres que han de vender su cuerpo para llevar el itacate a casa. Y en la lista, tanto mujeres como hombres. Basta leer el anuncio sexual los fines de semana en algunos medios. Insólito el número.

Es el Veracruz azul. El Veracruz de la Yunicidad.

ESCALERAS: José Luis Guerrero González es un migrante. Llegó a Estados Unidos en 1988. La policía de Donald Trump lo acaba de deportar. En el estado de Virginia quedaron su hija de 12 años, un hijo de 27, cuatro nietos y su nuera.

A él le prohibieron regresar en veinte años, bajo la advertencia fatídica: si regresa será encarcelado.

La otra cara de la migración. El retrato atroz de la desintegración familiar. Todo, porque aquí, en el México de Enrique Peña Nieto, en el Veracruz de Miguel Ángel Yunes Linares, las oportunidades laborales escasean. Mejor dicho, son nulas.

Un millón de indígenas y dos millones de campesinos soñando con una vida mejor.

Y mejor significa tener empleo, tener salud, tener educación. Vivir, pues, al día, sin la posibilidad de construir el futuro. Sólo hoy. El presente. Mañana, Dios dirá.

El otro drama, atroz y espeluznante: los hijos tratando de ingresar a EU para alcanzar a sus padres. La simple necesidad sentimental y espiritual de vivir y estar con los padres.

Y en EU, Donald Trump amenazando con hechos, más allá de las palabras, de separar de sus padres a los niños que sean detenidos, según la Casa Blanca como estrategia para desalentar la migración.

Ya lo dijo el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra: con muro o sin muro, los migrantes seguirán intentando llegar a EU.

Un investigador de la Universidad Veracruzana dice que en EU hay un millón de jarochos.

He ahí, entonces, el tamaño del drama humano que a la Yunicidad (secretarios General de Gobierno, SEDARPA, SEDECO y SEDESOL y hasta el DIF, por los estragos familiares) le vale.